Narra Guido:
Cuando Solange atravesó la puerta con las claras intenciones de irse y alejarse de mi, sentí que el mundo se me venía abajo, el pecho se me cerraba y sentía incontrolables ganas de golpear todo lo que tenía a mi alrededor. Amagué con ir detrás de ella, pero unos pares de brazos de detuvieron y me metieron en la habitación de nuevo.
Los miré con el ceño fruncido, no los entendía. ¿Ahora qué?
Cerraron la puerta y se pusieron frente a mi con la típica mirada de "tenemos que hablar" que tantas veces me había tocado soportar.
Si había sobrevivido a la anterior charla, ésta sería pan comido.
El problema es que tenía otras prioridades que eran mucho más importantes que oir una charla de mis hermanos... Mi relación con Solange era mi prioridad.
Quise huir nuevamente y como era de esperarse, fallé en el intento.—¿Qué pasa? Quiero ir a búscarla. —Dije con un poco de enfado, comenzaba a perder la poca paciencia que me quedaba.
—Antes, explícanos qué pasó, ¿porqué se fue así? —Dijo Patricio, con toda la tranquilidad del mundo... ¡¿Cómo podía estar así?!
—Nada, cosas nuestras. —Dije bajando la mirada, apretando los puños y sintiendo incomodidad, no les quería decir lo que supuestamente había hecho la noche anterior, ya me imaginaba todo lo que me dirían...
—Sé que no nos corresponde ni nos conviene, pero ésta vez creo que tenemos derecho a saber, ¿no te parece? —Dijo Gastón, con esa mirada comprensiva que solía tener en situaciones como éstas. No es que Sol y yo nos pelearamos seguido, al contrario, pero Gastón era una de esas personas que siempre estaba dispuesto a ayudarnos, sea lo que sea.
—Me dijo que me vió besándome con otra chica... —Listo. Lo había dicho, y no me había costado tanto como yo había imaginado.
—¿Qué chica? —Pregunto Patricio con una media sonrisa que insinuaba picardía.
—La recepcionista de este hotel. —Los dos me miraron boquiabiertos, demás está decir que no se lo esperaban para nada.
—¿Y lo.. lo hiciste? —Preguntó Gastón, con un importante nivel de tartamudeo que me dio ganas de entrar a reir, pero claro, no era ni el momento ni el lugar indicado. Suspiré y lo miré a los ojos.
—No. Bueno, no sé. —Dije encogiéndome de hombros y bajando la cabeza.
—¡¿Cómo que no sabes?! —Gritaron los dos, dejándome desconcertado por un momento.
—Y bueno, no sé. Anoche tomé mucho y no me acuerdo de nada... —Dije rascándome la nuca, me sentía mal tanto física como emocionalmente. En pocas palabras y resumiendo todo; estaba en el horno.
—No entiendo como es que sos tan débil con el tema del alcohol... ¿No te acordás nada de nada? —Pregunto Patricio, con los ojos bien abiertos.
—No, nada.
—Entonces... ¿Ya no son novios? —Preguntó Gastón, con la tristeza dibujaba en la cara.
—Creo que no, pero voy a hacer todo para volver con ella.
—Ajá, ¿y cómo pensas hacer que te perdone si ni siquiera recordas qué fue lo que pasó como para darle una explicación creíble? —Dijo Patricio, intentando reprimir la risa.
Fruncí el ceño. Patricio, por más que nunca se tomaba en serio éste tipo de cosas, ésta vez me había dado qué pensar.
¿Cómo la iba a recuperar si no sabía como explicarle lo que pasó?
"Recuperar", bueno, en el caso de que la haya perdido...
¿A quién quiero engañar? Es obvio que la perdí, pero no es demasiado tarde para arreglar las cosas.Cuando mis hermanos decidieron que era mejor dejarme hacer lo mío a seguir hablandome y "retarme" por algo que no recordaba haber hecho, comencé a pensar y a armar estrategias; me sentí como en un campo de batallas, y también sentía que si no la recuperaba sentiría lo mismo que uno siente cuando una granada le explota encima. Sonaba estúpido, no hacía falta decirlo; era irreal y hasta infantil, lo admitía. Y sabía que sin ella seguiría pensando éste tipo de cosas que se asemejan demasiado a los pensamientos que los niños de nueve años suelen tener.
Había pasado menos de una hora de la pelea y ya tenía un plan en mente...
~
Estaba haciendo fila para hablar con ella, pero a comparación del resto de las personas, yo iba a preguntarle algo bastante particular...
—Buenos dí... ¡Hola! —Dijo ella con sumo interés mientras alejaba sus ojos de una planilla en la que había anotado los datos personales del chico que estaba frente a mi antes, y los posó sobre los míos, intentando leerme los pensamientos. No le sonreí ni hice ningún gesto que le irradiara amabilidad o algo parecido.
—Necesito tu ayuda. —Dije intentando ser directo, para no perder más tiempo del que estaba perdiendo en ese momento al hablar con ella y cometer semejante locura.
-¿En que te puedo ayudar, rubio lindo? –Puse los ojos en blaco ante tal "piropo"; típica minita. ¿Yo me besé con... Ésto? Me daba asco de sólo pensarlo. Aprendí la lección, nunca más voy a volver a tomar alcohol de la forma en la que lo hice anoche.
—Respondeme algo, nosotros nos... ¿besamos?
—¿Porqué la pregunta? ¿Querés repetir? —Dijo con una sonrisa insinuante y con los ojos brillantes; me sentía ligeramente violado. Asco, asco... ¡Quiero a mi novia, no a esto!
—No, ni cerca.
—¿Entonces...? —Dijo confundida.
—Necesito que me lo digas... ¿Si o no?
—Sí, y me dijiste un par de cosas que en éste momento no recuerdo. —Dijo haciendo una mueca.
—Yo tampoco lo recuerdo. ¿Porqué me dejaste besarte si me viste lo borracho que estaba?
—No sé, quería un beso tuyo... —Dijo bajando la mirada, probablemente por vergüenza.
—Bueno, gracias a eso me quedé sin la persona más impotante en mi vida; mi novia. —Contesté enojado.
—¡¿Tenés novia?! —Dijo casi gritando, sentí el impulso de llevarme las manos a los oídos, pero no lo hice.
—Tenía.
—¿Terminaron por mi culpa?
—Algo así.
—¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte? Me siento mal, yo no sabía que... —Y continuó divagando sobre lo mal que se sentía al respecto, pero no le estaba dando toda mi atención, una idea simplemente maravillosa se cruzó por mi mente...
—Pará, callate. Sí, hay algo que podés hacer... –Sonreí. A veces me sorprendía lo genial que podían ser mis ideas.
~
"Se que estás enojada y decepcionada y estás en todo el derecho de estarlo. No te mereces todo lo que te hice y todo lo que te estoy haciendo sufrir en este momento. Capaz que mi actitud te parece un poco pesada, pero estoy dispuesto a hacer todo lo necesario para recuperarte, ganarme tu confianza nuevamente y conseguir tu perdón. Se que el amor no se te va de un día para el otro, pero que estas cosas apuran todo y bueno... Y lo que trato de decir es que si todavía me amas y me queres como lo hacias antes, vas a aceptar a que nos veamos en el hotel, aunque no quieras ir, te pido por favor que lo hagas... Te debo una buena explicación y luego de eso, podes hacer lo que quieras... Aunque tengas dudas de ello, te amo y sos la primer mujer que amo más que a nada en el mundo y estoy cien por ciento seguro de que quiero pasar mi vida entera con vos.
Vos decidís."Puse su número y luego presioné el botón "Enviar", ahora sólo me queda esperar...
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Sacrificios [Guido Sardelli] [Sin editar] ©
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