Narra Solange:
Mientras el rubio me preparaba el desayuno, decidí buscar mi ropa y vestirme para estar un poco más cómoda. Gran error... Durante el desayuno, mi blusa terminó con una enorme mancha de color marrón causada al beber mi café; fue entonces cuando Guido se vio obligado a prestarme una de sus remeras.
Después de rebuscar entre toda su ropa, finalmente encontró algo que pensó que me quedaría bien, era una de esas remeras sueltas que él suele llevar la mayoría de las veces.
Me analicé en el espejo; llevaba puesto mi jean ajustado, mis Converse y la enorme remera de Guido, sin contar que tenía el cabello un poco revuelto y no llevaba ni una pizca de maquillaje encima. Si el rubio no me quería estando así, nadie lo haría.
Salí de la habitación dispuesta a ayudar a Guido con la limpieza de los utensilios y todo lo que usamos al desayunar, pero no me pude acercar ni un solo centímetro a la cocina...
—¿Te ayudo?
—No, está bien. —Dijo sonriendo.
—Si queres te ayudo... No tengo problema.
—No. Sos mi novia, no mi sirvienta. —Y me dio un beso en la mejilla, para luego seguir guardando cosas en los cajones de la alacena. Sin darme cuenta, llegue hasta el balcón ubicado en la sala.
Estaba entretenida viendo a aquellas personas caminar vía libre por las calles de la ciudad, algunas estaban apuradas y se llevaban a medio mundo por delante, en cambio, otras, parecían disfrutar la caminata.
Ni siquiera la vista que me brindaba el balcón me podía distraer de mis pensamientos... "Novia" Y es que me costaba entenderlo, no sabía si había oído bien, si aquello habría sido una indirecta muy directa o si lo había dicho sin pensarlo antes. Aquellas palabras retumbaban en mi mente haciendo eco, habían pasado unos escasos minutos luego de que dijo eso y ya estaba sacando conclusiones extrañas.
De la nada sentí unos brazos aferrarse a mi cintura, abrazándome por atrás. Me sobresalté de una manera terriblemente patética, y todo porque estaba metida en mis pensamientos.
Lo tenía justo detrás de mi, era ahora o nunca.
—¿Dijiste... Dijiste "novia"?
—¿Qué? —Preguntó frunciendo el ceño... Ya no sabía si se estaba haciendo el estúpido o no.
—Lo que dijiste en la cocina... Novia...
—No dije nada.
-Lo hiciste. Dijiste "Sos mi novia, no mi sirvienta". —Y me giré, quedando cara a cara, y sólo lo hice para ver su expresión al oír aquello.
Se tomó su tiempo para fruncir el ceño, mirar hacía el piso y frustrarse por haber dicho aquello. Cuando dirigió sus ojos a los míos pude notar su incomodidad, debí haber hecho como si no oí nada y continuar con lo siguiente... Pero no, yo y mi bocota... Siempre la misma historia.
—¿Y qué si fueras mi novia? —Preguntó finalmente, encogiéndose de hombros y mirándome fijo.
—Pero no lo soy. —Si existía alguna ilusión, con lo que dije, ya la había hecho pedazos.
—¿Pero y si lo fueras? —Insistió.
—Sería raro...
—¿Porqué?
—Por tus fans, los medios... No sé, no me convence... —No tenía excusas. Me sentía mal, incómoda, avergonzada, apenada, como sea que le quieran llamar; si hubiera podido, probablemente hubiera saltado por el balcón.
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Sacrificios [Guido Sardelli] [Sin editar] ©
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