Sacrificios [Guido Sardelli] [Sin editar] ©

Capítulo 23

Narra Solange:

Ayer, luego de haber hablado con Guido intenté continuar con mi rutina de todos los días; trabajo, estudio y modelaje. Digo "intenté" porque no tuve exito alguno, por momentos me distraía horriblemente y tardaba demasiado tiempo en reaccionar y darme cuenta de que debía olvidarme del tema por un momento y concentrarme en esas hojas que tenía frente a mi y que me debía aprender a la larga o a la corta. 

Hoy, por ser sábado y necesitar urgentemente un poco de distracción, decidí pasar el día en casa de mi mamá, a dónde no había ido en un largo tiempo. Sinceramente, la extrañaba muchísimo, y desde que estába con Guido éste es el primer fin de semana libre que tengo y puedo estar completamente a solas con ella, no es lo mismo hablar cosas de mujeres con la presencia de un novio a hacerlo a solas con la mujer que te dió la vida.
A penas la ví, la abracé como si hiciera más de diez años que no la veía, la había extrañado demasiado y poder abrazarla al fin, se sentía genial, me había quitado un peso de encima.
La casa siempre estába igual, impecable y bien decorada, como a ella le gustaba. Mi antigüa habitación permanecía igual a como la dejé antes de mudarme a mi actual departamento, mi ropa, los posters de las bandas que escuchaba, todo estába igual y amaba que se mantuviera tan persistente mediante el tiempo. Me traía melancolía pero a al vez felicidad.

Durante el almuerzo, compartimos todo eso que no nos habíamos dicho durante el tiempo en el que no nos vimos. Aún así, por más que intentara esquivarlo a toda costa, pasó...

—¿Y Guido? —Mi mamá podía tener todos los años encima, pero seguía siendo la misma mujer preguntona de siempre, y tal y como indicaba su trabajo, siempre metía el dedo en la yaga. Ahora, por ejemplo.

—Nos peleamos. —Contesté secamente. Si con eso no entendía que no quería hablar del asunto bajo ninguna circunstancia, realmente estába perdida.

—Oh. ¿Puedo saber porqué? La última vez que los ví estaban re bien. —Suspiré. Me daba pereza rebobinar y comenzar a explicar todo desde el principio, así que sólo le dije lo básico, que era suficiente como para que entendiera los motivos de la pelea.

—Me engañó. —Dije con indireferencia, no es que el tema ya me diera igual, es sólo que comenzaba a cansarme y lo peor de todo es que esto es sólo el comienzo, aún falta que me acosen los medios y las fans me hagan el mal de ojo -hablando en el peor de los casos-.

—¿Fue sólo un beso o algo más?

—Dios quiera que haya sido sólo un beso.

—¿Y qué si no lo fue? ¿Haría alguna diferencia?

—Sí, creo que me sentiría un poco más decepcionada que ahora y hasta puede que nunca lo perdone.

—Te voy a hacer una pregunta y quiero que me contestes con la pura verdad, ¿sí? —asentí —¿Lo amas?

Ya comenzaba a sentir la eterna disputa interna que se armaba cuando me ponía a pensar en eso, ¿que me quedaba por decir?

Lo amaba antes y lo sigo amando ahora, a pesar de todo, siempre vamos a tener una conexión que ninguno de los dos tiene con otra persona, siempre vamos a ser él y yo. Poco me interesa si se besó o se acostó con otra chica, está bien, todo está bien... Pero de momento, estoy decepcionada y bastante afligida, es algo que no me lo esperaba y verlo con mis propios ojos me dolió más que cualquier otra cosa que me haya tocado vivir.
Si me ponía celosa de su familia, ¡imagínense con eso! 
Fue como recibir un baldazo de agua congelada...  En invierno... A cinco grados bajo cero. 

—¿Que si lo amo? Con la vida, con lo que soy, con cada parte de mi cuerpo, corazón y alma. —Demasiado cursi para ser verdad, pero desafortunadamente nunca en mi vida había hablado más en serio.

—Entonces andá, búscalo y perdonalo, vuelvan a ser felices como antes.

—Mamá, no es tan fácil.

—Claro que si, es más fácil de lo que pensas.

—¿Como estás tan segura de lo que decís? Papá nunca te engañó con nadie. 

—Papá no, pero un novio que tuve anteriormente, sí. —Abrí los ojos por la sorpresa que me habían causado aquellas palabras. ¿Se le había escapado o lo había dicho a propósito? —Lo perdoné porque me di cuenta de que si seguiamos peleando no íbamos a llegar a ninguna parte, el amor que sentía por él era mucho más grande que el odio que había abarcado mi sangre en aquél momento. Y de no haberlo perdonado, no se qué habría sido de mi. Él y tu padre fueron las dos únicas personas que amé hasta el cansancio, claro que después las cosas se pusieron difíciles y me tuve que separar de tu papá, pero eso es otra historia; lo que quiero decir es que tenes que pensar muy bien qué es lo que vas a hacer, después no vas a tener tiempo de arrepentirte.

—Bueno, eso lo decidiré yo cuando lo vea y nos pongamos a hablar.

—Siempre decís eso y nunca hacés nada, va a ser mejor que lo llame para que venga a casa y ustedes puedan hablar.  —Dijo mientras agarraba el teléfono fijo. 

—¡No! ¿Mamá, estás loca? Deja eso. —Prácticamente me tiré sobre ella para evitar que marcara el número y realizara la llamada, pero de nada sirvió... 
—¿Guido?