Sacrificios [Guido Sardelli] [Sin editar] ©

Capítulo 08

Narra Solange:

Pasaron exáctamente dos semanas desde aquella noche... Dos semanas en las que no he parado de llamar a Guido y él no ha parado de ignorarme. ¿Realmente había sido tan malo lo que Jonathan le dijo? Nunca lo supe y creo que a menos que Guido se digne a atenderme las llamadas, nunca lo sabré. No quiero ni pensar qué fue lo que lo hizo irse de mi departamento de esa forma...

~

Después de haber estado ocupada durante todo el día, llegaba el momento más preciado; la hora de dormir. El momento en el cual podía liberar mi imaginación y dejarme llevar por los pensamientos y los recuerdos, que de alguna forma siempre me llevaban a soñar con Guido...

Me acosté en la cama, pasaron los minutos y no lograba conciliar el sueño.
Tomé mi celular y comencé a debatirme si llamarlo o no. Tras marcar su número unas diez veces consecutivas, finalmente me di por vencida. Ya era algo habitual en mi, sino le dejaba mensajes lo llamaba. No intenté ir a su departamento porque sabía de ante mano que estaba de gira con la banda. También se me pasó por la cabeza que ignoraba todos mis métodos para contactarlo porque estaba ocupado con eso o con algo más, pero no, algo me decía que no era así. Algo me decía que era intencional.

Dejé el celular en su respectivo lugar y nuevamente, intenté dormir.

 ~

Comencé a sentir una melodía que de a poco me estaba despertando, miré para todos lados, desesperada por detener aquel molesto sonido. Segundos después mis ojos se toparon con el objeto del demonio, mi celular.  Era una llamada.

Atendí sin mirar el número en pantalla. Miré el reloj ubicado en la mesita de luz; las siete de la mañana. ¿Quién me llamaría a esta hora? Quizás es Gui... No. Imposible.

 —Hol... —Tenía la voz ronca. Aclaré mi garganta. —Hola.

—Buen día, espero sepas disculparme por llamarte a estas horas. Soy Valeria.

—¿Quién?

—Yo soy quién se encarga de organizar el casting para el video... Hablé con vos hace unas semanas... ¿Me recordás?

—Ah, si. ¿Todo bien?

—Sí. ¿Te acordas de que habíamos quedado en que unos días antes del casting yo te enviaba un mensaje con los datos para que te presentes? 

—Si... 

—Bueno... Hubo un repentino cambio de planes...

—¿Que queres decir con "repentino"? –Pregunté acomodándome sobre la cama.

—Bueno... La banda que nos contrató para organizar el casting apareció hace media hora en el estudio diciendo que quieren hacer el casting hoy porque se le adelantaron unos cuantos proyectos y le movieron la fecha del lanzamiento del videoclip. 

—Ah... Entonces, ¿cuándo es el casting?

—Hoy.

—¡¿Hoy?!

—Si, te hubieramos avisado con mas anticipación, pero no se pudo. 

—¿A qué hora es? Me organizo y voy.

—A las ocho. 

—Miré el reloj. —Tengo menos de una hora... ¿En qué dirección?

—¿Tenes lápiz y papel a mano?...




~

Me adentré en el edificio con una sonrisa nerviosa y las manos temblandome de puro entusiasmo.
A penas crucé la puerta, una chica rubia de ojos azules me miró y me dirigió una sonrisa amable, supuse que seria Valeria. Se acercó hacia mi y me guió por un pasillo hasta un camerino dónde debía cambiarme, antes de cerrar la puerta e irse me dijo que no me maquille. 

La habitación era linda, había muchas cosas en ella, pero lo que mas me llamó la atención fue el gran espejo que se ubicaba en la pared y un pequeño sillón de color blanco con 4 bolsas sobre él.

La ropa era hermosa, se veía bastante cara, como esas que lucen algunas modelos en las famosas revistas de moda. Me sentía fuera de lugar, sobre todo porque comencé a pensar que me veía ridícula; mi autoestima tocó fondo. Había retrocedido en el tiempo y estaba viviendo mis quince años, cuando deseaba ser más linda y más flaca. Una sóla mirada al espejo y ya me estaba arrepintiendo de haber venido hasta acá.

Estaba a punto de sacarme la ropa nueva para ponerme la mía, cuando una voz me sobre exaltó.

 —Solange.

—¿Si?

—¿Estás lista? 

 —Eh... Sí.

Valeria me acompañó hasta un living dónde había otras cinco chicas, todas vestidas con ropa igual o más linda que la mía.

Al rato entró una mujer con un pequeño maletincito dónde supongo yo, guarda el maquillaje. 

—La de linda sonrisa, empiezo con vos. —Sí. Era yo.

 Diez minutos de maquillaje y ya estaba lista.

La mujer me mencionó un par de veces que de por si ya era linda y no necesitaba usar mucho maquillaje. De no ser porque ella me expresaba confianza, hubiera pensado que pretendía cosas conmigo.
Empezó a maquillar a otra chica, mientras que yo aproveché para mirar a mi alrededor y luego fijar mis ojos en Valeria, quién no paraba de anotar cosas en una agenda. Un chico se acercó a ella.

 —Val, ya llegaron. ¿Tenés a alguna chica que esté lista? —Valeria se percató de mi mirada epectante sobre ella y me sonrió.

~

Después de un rato, nos dejaron al resto de las chicas y a mi solas en el living. Una de ellas empezó a hablar.

—Hace un ratito ví a uno de los de la banda.

—¿Lo conocés? ¿Cómo era? —Preguntó la chica sentada a mi lado.

—No lo conozco, pero es rubio y tiene una sonrisa hermosa.