Jax ríe, lanzándome uno de sus soldados de juguete.
-¡Oye! Cuando yo tenía tu edad jugaba con plastilina, valora a estos, amigo - nos ponemos serios, segundos después volvemos a reír.
La puerta se abre y Paula aparece con su mochila de diario sobre los hombros, una sonrisa plasmada en sus labios rosados.
<<Esos labios>>
-Ya llegué, chicos - Jax la recibe con un abrazo.
-¿En serio? Creí que era un holograma tuyo - me da una mala mirada.
Ahora que lo pienso, no hemos hablado sobre el beso que nos dimos hace un par de días, y tampoco es como si tuviéramos algo de qué hablar.
-He pasado por el súper a comprar unas cosas, tengo ganas de preparar un postre - asiento.
-Si quieres puedo ayudarte, ahora mismo iré a buscar recetas en internet - me sonríe.
Voy hasta el ordenador que se encuentra en mi recámara y busco en diferentes páginas hasta encontrar una buena receta. Entro a la cocina, observando lo atestada que está la barra americana.
-Ya tengo la receta, espero que tengamos dotes en repostería - suelta una risita.
-Empecemos entonces.
Ponemos todos los recipientes en la barra, algunos bolws para mezclar y con Jax sentado en su silla de comer viéndolo todo. Paula abre la alacena y toma unas cuantas cosas, luego me mira un instante.
-¿Tienes huevos? - le dirijo una mirada divertida.
-Obviamente que tengo, ¿por quién me tomas? - sonríe divertida.
-Dame tres - se los paso con una sonrisa vaciladora.
Seguimos mezclando todo perfectamente, tal y como dice en la página de cocineros. Al terminar ponemos la bandeja dentro del horno, satisfechos con nuestro trabajo. Veo que el enano se ha quedado dormido, Paula lo mira enternecida.
-Lo llevaré a la cama - asiente.
Lo cargo dulcemente, llevándolo hasta la habitación para que termine de dormir su siesta. Cuando vuelvo la rubia está sobre el taburete, comiéndose una barra de chocolate. Tomo su mano y le doy una mordida a su chocolate, me saca la lengua.
-Mañana tengo el día libre, así que estaré con ustedes - salgo de la cocina detrás de ella.
-Sería bueno ver un maratón de películas, ¿qué opinas? - sugiero al estar en el sofá.
-Me parece increíble, pero yo elijo lo que veremos - niego rápidamente.
-Yo debo elegir porque la idea fue mía - hace un puchero.
Es, probablemente, lo más ridículamente tierno que haya visto jamás. Quizá sean las ganas de besarla que tengo.
-Te reto a una partida de Xbox, el que gana elige - extiende su mano, la estrecho sin dudar.
-Bien, veamos que tan buena eres - le guiño un ojo.
Tomo uno de los controles, su mirada desafiante me hace reír internamente. La batalla que estamos teniendo es de luchadores, el de ella lleva la energía más abajo, mientras tanto yo me concentro en darle los últimos golpes de dolor. Aprieta los botones con desesperación, formo una sonrisa socarrona al ver que su peleador a muerto.
-Espero que estés preparada mentalmente para un maratón de películas de terror.
Abre sus ojos más de lo normal, dejando caer su cabeza en mi hombro.
-Eres muy malo, pero espero que tú estés preparado para mis chillidos - acaricio su mejilla lentamente.
Me mira unos segundos, luego se levanta sin decir nada y entra a la cocina. La sigo, apagando el horno justo al tiempo de cocción. Con un cuchillo corto un pedazo del pastel de chocolate. Una ligera y brillosa capa lo cubre, haciéndolo ver apetitoso. Tomo un trozo, saboreado lo exquisito que nos quedó.
-Ven, prueba un poco - le ofrezco un bocado, se acerca para comerlo.
-Está riquísimo - se aleja luego de hablar.
Pongo el plato sobre la barra, seguido me giro hacia ella.
-¿Porqué huyes de mí? - pregunto con los brazos cruzados.
-¿De qué hablas? No estoy huyendo de nada ni de nadie, estás loco - esquiva mi mirada, retrocediendo sin darse cuenta.
Su espalda choca con el refrigerador, sonrío.
-Tienes miedo de no poder contenerte estando cerca de mí, no lo niegues - susurro cuando me encuentro lo suficientemente cerca de ella.
-¿Volverás a besarme a la fuerza? - pregunta poniendo sus manos sobre mi pecho para que no me siga acercando.
-No será a la fuerza porque sé que tú también quieres besarme.
Con mis manos tomo su rostro y lentamente me voy acercando. Sus cálidos labios me reciben con un toque tan delicado y dulce que hace que mis manos bajen a su cintura y la apresionen contra mi cuerpo. Sus manos suben alrededor de mi cuello, jala de mi cabello hacia atrás y como respuesta muerdo su labio inferior ligeramente. Nos separamos un momento, dejando nuestras miradas conectadas, con nuestros labios rojos e hinchados.
-Oto beso - nos giramos hacia la puerta de la cocina con rapidez al escuchar esa particular voz dulce.
Paula se aleja de mí, caminando hacia su pequeño hijo espía.
-¡Jax! - le reprende.
-¿No era que estaba dormido? - me pregunto a mi mismo en voz baja.
-Mami, oto beso - sonríe hacia su madre.
-Deberías complacer al pequeño, Davis, él quiere ver otro beso - Jax asiente.
-¿Estás intentando corromper a mi hijo?
-No te pongas celosa, que puedo corromperte a ti también - choco mi puño con el enano.
Paula niega con exasperación.
-Ojalá que Dios me de paciencia para sobrevivir con ustedes dos, son unos demonios - reímos.
Bastante razón que tiene esta chica, nosotros seremos los demonios y ella será el ángel.
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¡Woolas!
Aquí les traigo otro sensual capítulo porque estoy motivada por varias razones. Entre ellas, ¡llegamos al 1k de leídos y entramos al ranking! De verdad que no sé como agradecerles por hacer esto posible, las amo demasiado.
Ojalá que les haya encantado este capítulo, porque a mí sí, cada día me gustan más estos dos tórtolos :^
No olviden votar y comentar, por favor, ya las leo.
¡Besos!
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Tentación mortal #2
RomanceLa vida de Jayden no ha sido precisamente la que todo chico de 20 años lleva. Está destinado a lidiar con un tumor en el cerebro siempre, o por lo menos hasta que puedan operarlo. Odia estar enfermo, odia tener ataques constantemente, odia el no pod...