Estoy mal, muy mal.
Veo mi reflejo en el pequeño espejo de la pared, mi rostro luce demasiado pálido y mis ojos están rojos como si hubiera estado llorando. Tomo un par de respiraciones largas antes de salir, debo estar preparado para otro interrogatorio intenso del doctor. Paula se quedó con Jax en el departamento ya que no fue al trabajo, simplemente tuve que inventarme una excusa para no decirle la verdad acerca de mi enfermedad.
-Jayden, ¿qué tan frecuentes se han vuelto los vómitos? - la mirada severa del viejo me acecha.
-Bastante frecuentes, al igual que las náuseas - digo, yendo directo al grano.
Anota un par de cosas en una receta, lo miro fijamente hasta que termina de escribir.
-Tendrás que tomarte este medicamento, es más fuerte que el actual, por lo que te va a ayudar a reducir esos síntomas - asiento.
-Gracias, ¿usted cree que realmente pueda vivir por más tiempo? - me da una mirada incrédula.
-Si mal no recuerdo, hace un par de meses lo único que querías era morirte, ¿qué te ha hecho cambiar de parecer?
<<Bastante sabio el vejete>>
Fijo mi vista en la pared, pensando en esa rubia de ojos claros que me vuelve loco y en todo lo que he aprendido a su lado.
-Me he dado de que realmente hay motivos por los que todos como personas debemos de luchar en esta vida de mierda, sin importa si ganamos o perdemos la batalla, seremos unos guerreros al final de todo.
Le da un apretón a mi hombro con cariño.
-Me alegra verte con esas ganas de vivir, ese es el Jayden que todos queremos ver, ya verás que todo saldrá bien - tomo la receta junto con mi chaqueta.
Me despido del doctor con un pequeño ademán y salgo del hospital. En el camino pienso en mis palabras, realmente son ciertas y me sorprende haber sido yo el que las dijo. Llegando al edificio subo hasta nuestro piso, Paula y el pequeño son lo primero que veo al entrar al departamento, ellos ríen viendo la televisión. Me miran, el enano corre en mi dirección y lo levanto en brazos.
-Hola - les saludo luciendo normal.
-Hola, ¿estás bien? - asiento formando una media sonrisa.
-Sí, sólo tengo un pequeño malestar, nada grave - me da una mirada seria, luego se relaja. - ¿Qué quieren hacer para pasar la tarde?
Jax ríe hacia su madre, esa risa traviesa que sólo él tiene.
-Pensaba que podríamos ir al parque que está como a dos cuadras un rato, ¿qué dices? - bajo al pequeño mientras asiento.
-Vamos entonces - los tres salimos del departamento.
Paula no aparta su mirada de mi rostro en ningún momento mientras bajamos por el ascensor, y no es que me moleste pero me hace sentir extraño.
-Deja de ver mis sensuales facciones, me desgastas, mujer - niega divertida.
-Me gusta tu perfil - confiesa mirando hacia el otro lado del pequeño espacio.
-¿En serio? Porque a mí me gustas tú - suelto de pronto, sin detenerme a pensar mis palabras.
Muerde su labio inferior, y sin decir nada caminamos fuera del ascensor cuando se detiene en la planta baja. Ambos tomamos una de las manos de Jax, el pequeño se la pasa balbuceando cosas todo el camino, Paula y yo asentimos aún sin saber qué es lo que nos dice. El pequeño parque se encuentra lleno de niños de todas las edades, sus padres los cuidan desde unas bancas algo apartadas. Jax se va corriendo junto con otros tres niños un poco más grandes que él, luego empiezan a jugar con una pelota azul riendo entre ellos.
Le señalo a la rubia un par de columpios que están solos, vamos hacia donde se encuentran y en silencio empezamos a balancearnos. Ambos miramos lo feliz que se ve su hijo al lado de los demás niños, sonreímos a la par.
-Es un niño demasiado inteligente para tener un año, ¿no crees? - le pregunto para romper el silencio.
-Lo sé, la pediatra me dijo que es un niño superdotado, y me alegra demasiado poder compartir con él toda la inteligencia que tiene.
-Eso es genial, ese enano tiene a la mejor madre del mundo - sus ojos azules brillan por unas pequeñas lágrimas que amenazan con salir, las retiene.
-Y al mejor niñero también - reímos.
Observo la hermosa vista que nos brinda el horizonte, un cielo azul lleno de nubes y un poco más allá el sol tratando de perderse entre las montañas, dejando un color anaranjado para el paisaje. Me levanto dando unos pasos hacia donde va el sol, me detengo cuando llego a la orilla, Paula me mira desde el columpio algo dubitativa.
-Bonita, te invito - murmuro para que sólo ella pueda escucharme.
Su ceño se frunce ligeramente.
-¿A qué? - pregunta.
-A tomar mi mano y ser felices.
Saco mi mano del bolsillo de mi jean, segundos después siento como la mano de ella se entrelaza con la mía, un simple gesto que me revoluciona el corazón.
-¿Porqué lo haces, Jayden? - la miro entrecerrando los ojos.
-¿Hacer qué?
-Con las cosas que me dices me haces sonrojar, haces que mi corazón se quiera salir de mi pecho y provocas que me ponga torpe, eso - la atraigo hacia mi cuerpo, abrazándola contra mi pecho.
-Davis, tú ya eres torpe por naturaleza, no me culpes a mí - suelto una risa ronca cuando me pellizca el brazo.
-Arruinas el momento, Allen.
-Prefiero decir que lo hago más especial - sonríe un poco, luego se pone de puntillas y besa mis labios rápidamente.
Sonrío como un estúpido cuando se aleja.
-Ahora yo te invito.
-¿A dónde? - pregunto, vacilando un poco.
-A buscar a Jax antes de que los otros niños lo corrompan - río, siendo arrastrado por ella hacia los juegos infantiles.
Este es el momento en que no sé si siento náuseas por el tumor, o por todo el zoológico que estoy sintiendo en el estómago.
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¡Hola, mortales! xD
Espero que les haya gustado el cap, a mí en lo personal me encantó. Si tiene frases en imágenes de mis historias háganmelas llegar, por favor.
No se olviden de votar y comentar, las/os amo.
¡Besos!
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Tentación mortal #2
RomansaLa vida de Jayden no ha sido precisamente la que todo chico de 20 años lleva. Está destinado a lidiar con un tumor en el cerebro siempre, o por lo menos hasta que puedan operarlo. Odia estar enfermo, odia tener ataques constantemente, odia el no pod...