Capítulo 30.

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~Reproduzcan la canción cuantas veces sea necesario mientras terminar de leer el capítulo, y por sobre todas las cosas, lloren hasta deshidratarse. Las/los amo.









POV PAULA


Siento como si el mundo a mi alrededor hubiera detenido su marcha, apenas soy consciente de lo que ha pasado la última hora. El doctor dijo que le quedaban escasas par de horas de vida a Jayden y hasta el momento sigo shockeada. Quiero creer que este es un mal sueño, una pesadilla. Pero al ver a las personas que me rodean intentando no llorar me devuelve a la realidad; ver a Mercy y a Grace partidas en lágrimas me destroza, porque comprendo a la perfección lo que están sintiendo.

<<El amor de mi vida está muriendo>>

Sollozo, pasando el dorso de mi mano por mis mejillas para quitar el exceso de agua salada en ellas. Los chicos salen de la habitación, Ronan me da una mirada que me indica que soy la siguiente y la última en despedirse. Pero no puedo, no quiero hacerlo. Sé que en el momento en que ponga un pie en esa habitación mi mundo se va derrumbar, porque la vida del chico ahí denpendeende de un hilo. Porque estoy enamorada de él y no quiero dejarlo ir, por lo menos no ahora. Quiero una vida completa a su lado, lo necesito...


Me refugio en los interiores de la sudadera que llevo puesta, la tomé del armario de Jayden antes de venir al hospital debido a que estaba haciendo algo de frío y al caer la noche se intensificó aún más. La baja temperatura del clima y la del hospital me cala hasta los huesos, tanto, que un escalofrío me recorre de pies a cabeza. Tomo el valor suficiente para encaminarme hacia la habitación, sin detenerme en mirar a alguien. El pomo de la puerta se siente frío entre mis dedos, lo giro y luego de pasar cierro la puerta.

En el momento en que pongo un pie dentro quiero salir corriendo, quiero seguir creyendo que esto no es real y que no está pasando.

El olor a antisépticos y alcohol me recibe, dejando una extraña sensación en mis fosas nasales. Y entonces lo veo. Lleva una mascarilla de oxígeno cubriendo su nariz y su boca. Debajo de sus hermosos ojos chocolate puedo percibir unas medias lunas obscuras por la falta de sueño y por el avance de la enfermedad. La bata que trae puesta lo hace ver más delgado de lo que realmente es, incluso se ve frágil. Me doy cuenta de que es muy probable que este instante sea el último que compartamos juntos y solos, siento una punzada en el pecho.

Sus ojos se abren, y a pesar del cansancio que denotan siguen brillando. Retira la mascarilla de su rostro y sonríe radiante al verme.

-Bonita, ven acá. - señala un espacio vacío al costado de la camilla, lentamente me voy acercando. - Debo decirte un par de cosas antes de irme.

Tentación mortal #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora