Capítulo 16.

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Pongo a Jax dentro del carrito del súper y voy empujando levemente mientras camino, Paula camina a mi lado con una sonrisa en el rostro.

-¿Recuerdas esa vez que nos conocimos aquí? - asiento, pasando uno de mis brazos por su espalda baja.

-¿Crees que podría olvidar a la chica loca que iba llamar a la policía porque según ella me estaba robando a su hijo? Eso no se olvida, mujer - ríe un poco y esquiva mi mirada.

-Es cierto, yo tampoco podría olvidar que me dijiste cabra loca.

Niego divertido.

-Admite que es un buen apodo - asiente.

-Todo gracias a este pequeñajo hermoso - acaricia la mejilla de su hijo.

<<Totalmente cierto, es mi pequeño cómplice>>

Continuamos poniendo alimentos dentro del carrito, eso hasta que Paula vuelve a hablar.

-Desde que empecé con la sesión de fotos tengo más ingresos de dinero, algo que es demasiado genial.

Le muestro una sonrisa ladina.

-Espero que me subas el sueldo, la miseria que me pagas apenas me alcanza para comer - me fulmina con la mirada, suelto una carcajada.

-Bien, te daré diez dólares más - murmura entre dientes.

-¿Escuchaste eso, Jax? Mamá por fin se apiadará de nosotros - choco mi puño contra el de él.

-Mami nita - la susodicha ríe.

Pongo algo de helado, galletas, pastas y demás cosas que necesitamos para sobrevivir. Seguido nos formamos en una de las cajas, la fila atestada de personas. Tomo un mechón del cabello rubio de Paula y lo dejó detrás de su oreja. Me sonríe con tanta lindura que me dan ganas de besarla, pero me contengo. La fila avanza un poco, mientras intento distraerme con mi móvil.

Un sensual y para nada peculiar mensaje de Ruth me hace medio reír.

Ruth: Hola, chiquito, ¿no te apetece venir por un café gratis y unos cuentos besos? Muero por besarte, tocarte y desnudarte, ¿qué dices?

Todo el texto iba acompañado de varias caritas graciosas, la rubia me mira unos segundos, luego viene la esperada pregunta.

-¿Porqué te ríes?

-Por un mensaje que me enviaron, de una amiga - le doy una mirada que la hace pasar saliva.

-Oh... - es lo único que dice, reprimo una risa.

La abrazo por la cintura un poco.

-Tranquila, bonita, ella es mi amiga, pero tú eres mi amor platónico.

-¿Debería creer tu labia barata? Yo creo que no - dejo un beso en su mejilla.

-Cree lo que quieras - el enano ríe desde el carrito, totalmente divertido con la situación.

Cuando ya estamos por ser atendidos Jax me señala el estante de los dulces, le guiño un ojo para poner en práctica nuestra rutina.

Tentación mortal #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora