POV Jax
Tanteo los bolsillos del pantalón de mi smoking negro para asegurarme de que no me hace falta nada, entonces recuerdo que en el departamento me olvidé del birrete que debo usar al final de la entrega de títulos. Me vuelvo por las escaleras para no tener que esperar el ascensor, de por sí ya tengo el tiempo justo para llegar a la ceremonia y no quiero retrasarme aún más. Frente a la puerta saco las llaves de la bolsa donde cargo la toga y otras cosas que voy a necesitar y abro el cerrojo, rápido me encamino hacia la barra americana de la cocina donde dejé el birrete.
Al tomarlo escucho un llanto proveniente de la habitación de invitados justo frente a mi recámara, me detengo en seco. Ese espacio siempre está cerrado bajo llave y nadie, excepto mi madre, puede entrar ahí. Me encamino hacia el lugar y abro la puerta cautelosamente. Distingo el cabello rubio claro y la figura esbelta de la mujer que me dio la vida sentada sobre sus rodillas, en el piso. Lleva puesto un vestido azul largo y su cabello está atado en un rodete, luce hermosa aún estando de espaldas a mí.
Rápidamente me acerco a ella con preocupación de que algo le haya pasado, pero al ver un montón de cosas de mi padre esparcidas sobre la alfombra marrón disipo esa idea.
-Mamá, ¿por qué lloras? - cuestiono, ella me observa con esos bonitos ojos que tiene.
Limpia sus mejillas húmedas con el dorso de su mano, tratado de calmar los constantes sollozos que escapan de sus labios pintados con labial de color rojo.
-Estaba... recordando a Jayden, y pensando en lo feliz que él estaría ahora de verte recibir tu título en diseño gráfico. Recuerdo que él me contó una noche que siempre quiso terminar la carrera, pero que los ataques de la enfermedad se lo impedían. Lo que me llena de orgullo es nunca se dio por vencido, ¿sabes? Todos esos cuadros que pintó los tengo guardados para que tú los conserves como un recuerdo que él te dejó. Sé que donde quiera que se encuentre, está muy feliz de verte recibir un certificado de su más grande pasión.
La sola mención de mi padre me hace sentir una extraña opresión en el pecho, respiro profundo unos segundos. Mamá siempre me ha hablado de él; llevo casi dieciocho años de mi vida conociendo al hombre que me dio el cariño de un verdadero padre, a pesar de no serlo biológicamente hablando. Y soy consciente de que fue un gran hombre, porque mi madre jamás va poder olvidarlo aunque se haya casado con otra persona.
El que ella me haya dicho hace un momento que hoy voy a recibir un papel que estipula mi conocimiento sobre el arte, me satisface el alma en cantidades inmensas. Desde hace tres años pude graduarme en diferentes profesiones debido a que soy un ser humano distinto a los demás, tengo una inteligencia superdotada y debía sacarle provecho a eso. Y precisamente este día, voy a graduarme oficialmente de la profesión que más orgullo me llena por honor a mi papá.
-Siempre ha sido por él, mamá. Porque cada momento que pasamos juntos, por más pequeño que yo fuese, lo recuerdo a la perfección. Porque sé, que Jayden Allen, te hizo la mujer más feliz del mundo el tiempo que estuvo contigo - la rodeo con mis brazos en un abrazo cálido, sintiendo un nudo instalarse en mi garganta.
Vuelve a llorar un poco antes de apartarse de mi cuerpo y buscar algo en una de las cajas selladas con cinta adhesiva. Cuando parece haber encontrado lo que buscaba, me mira.
-¿Recuerdas a Max?
Su pregunta me desconcierta un instante, aunque rápido me recompongo al volver mi memoria años atrás para verme con ese oso de peluche al que siempre adoré con toda mi alma.
Asiento, un poco confundido. Decido no hablar para recibir una explicación de su parte, rápidamente la recibo:
-El día que Jayden murió tú entraste a despedirte de él junto con tus tíos, aunque no estoy segura de que lo recuerdes. Esa noche le obsequiaste a tu oso favorito; ese oso al que a todos nos consta que amabas y que por nada del mundo lo regalarías. Quedé sorprendida cuando me dijo lo que hiciste, y encantada porque esa noche le dijiste que lo querías mucho porque era tu papá - mis ojos se llenan de lágrimas al igual que los suyos cuando tomo al peluche entre mis manos.
ESTÁS LEYENDO
Tentación mortal #2
RomanceLa vida de Jayden no ha sido precisamente la que todo chico de 20 años lleva. Está destinado a lidiar con un tumor en el cerebro siempre, o por lo menos hasta que puedan operarlo. Odia estar enfermo, odia tener ataques constantemente, odia el no pod...