Aware [E]

«Mentira».

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La lluvia azotaba con fuerza, una adolescente junto a sus dos “hermanas menores” se encontraban refugiándose de la lluvia bajo la cornisa de un edificio abandonado. Las tres se encontraban de pie mirando al cielo, suplicando que la incesante lluvia detuviese su golpeteo, hacía frío y no tenían las ropas adecuadas para la estación otoñal, sus cuerpos llevaban algún que otro pantalón junto a camisetas de manga corta. Ellas no poseían bienes, huían de las autoridades por ser menores y todo lo que pudiese llevarlas a un horrible orfanato.

—Nee-chan.—habló la pequeña rubia, la mayor la observó de soslayo.

—¿Qué sucede, Rei?—ella tiritó ante una brisa de aire.

—Hace frío.—Tora miró sus manos ante el comentario de su mejor amiga, las dos pequeñas palmas eran blancas y se encontraban cálidas, aunque ella sabía porqué.

“No puedo usarlo, ese kosei...”.

—Taiga—así habían decidido llamarla, después de todo ella quería olvidarse de quién había sido, de quienes la habían “criado”, y todo lo que había dejado atrás—¿tu kosei de viento no puede hacer algo?

—Podrías crear una burbuja de aire—comentó bajando sus manos—aunque tengo hambre, por lo que no durará mucho tiempo.—la seriedad que había mantenido desde que la arrojaron a las calles nunca había cambiado.

—¡Eso, eso!—comentó alegremente la pequeña rubia—¡haz una burbuja, Taiga!—ella suspiró.

—Está bien.—así fue, así lo hizo, envolvió el cuerpo de las tres, evitando que el frío entrase en aquel espacio que había creado.

—Me pregunto porqué está tan calida...—musitó la morena, el cuerpo de Tora provocó un ligero temblor ante ese comentario, pero se mantuvo en silencio mirando a otro lado.

—Nee-chan—la voz de Reika volvió a llamar a la mayor del grupo, ella sonrió para animarla a continuar—nosotras somos una familia, ¿verdad?—la morena asintió palmeando su cabeza.

—Claro que sí.

—Entonces, ¿por qué no tenemos un apellido?—preguntó hacia arriba, buscando la mirada grisacea de la mayor, sorprendiendo a esta.

—Tienes razón—entonces se colocó en cuclillas tomando a Tora también—entonces tenemos a Takahashi Reika y Takahashi Taiga—la rubia asintió contenta—¿qué tal?—preguntó con una sonrisa la morena, la pelirosa asintió algo avergonzada.

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Unas risotadas inundaban la zona final del aula, el extravagante peinado de Bakugō era como el mejor chiste del universo.

—¿En serio Bakugō?—exclamó Kirishima, al pobre le dolía el estómago de tanto reír, hasta el punto de retorcerse.

—¡Calla! ¡Os mataré como sigáis!—emitió un berrido como usualmente hacía.