«Cenizas».

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N: En este capítulo aparecen ''los tres grandes'', es por ello que según el hilo argumentativo puede parecer descompensado o erróneo en el tiempo, pero no se preocupen, desde el inicio de la historia está escrito que pueden producirse cambios en r...

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N: En este capítulo aparecen ''los tres grandes'', es por ello que según el hilo argumentativo puede parecer descompensado o erróneo en el tiempo, pero no se preocupen, desde el inicio de la historia está escrito que pueden producirse cambios en referencia al manga. Espero que no lo encuentren confuso, sin más dilación disfruten del capítulo.

La mente de Kirishima viajaba de esquina en esquina de la clase, analizando el posible amor platónico de aquel chico que le interesaba a su compañera pelirosa. Después de todo, había rechazado a Bakugō, era de buen hombre, encontrar a aquel que ha mancillado el honor de tu mejor amigo, incluso si no fuese culpa suya.

Por eso mismo, no pudo evitar clavar la mirada en Tora, desde bien entrada la mañana, eso le hizo darse cuenta de diversos aspectos, desde su corta vida sabía que comprender el ''mundo femenino'' no entraba dentro de sus experiencias, nunca supo como tratar adecuadamente una conversación con ellas, tampoco buscaba algún interés amoroso, pero sabía reconocer a una mujer hermosa cuando la veía, ¡no era estúpido! Aunque esto no lo diría en voz alta cerca del rubio ceniza, o le estallaría la cara solo al pronunciar el nombre de la chica que le gusta junto a un halago.

«Incluso de perfil es bonita, es buena estudiante, poseedora de dos peculiaridades, valiente, decidida, graciosa, amable...»

Kirishima suspiró enumerando con los dedos de la mano, cuantos adjetivos podrían ir asociados a la de cabellos cortos mientras la veía sonreír junto a sus otras amigas desde su pupitre, sentada como si ella fuese el foco de atención, y así era en realidad. Todos los que tomaban contacto con la de cabellos rosados sabían que la muchacha podría ser el centro de gravitación del propio universo.

«Bakugō amigo, lo siento por ti».

Un suspiro salió del interior de su pecho, mientras se compadece de su compañero, sin duda Katsuki era apuesto, inteligente y poderoso, era digno de admirar, pero si observaban de cerca su personalidad, todos tendríamos que reconocer que está algo podrida, incluso si en el fondo tiene buen corazón.

—Oi, ¿me estás escuchando Kirishima?—su amigo Kaminari le miraba algo molesto, había estado moviendo la mano frente a su rostro desde hace por lo menos tres minutos, este había ignorado su presencia por completo, el pelirrojo se encontraba sentado en su respectivo pupitre mientras que el contrario estaba de pie.

—Lo siento, hermano—sonríe nervioso mientras rasca ligeramente su cabellera—estaba pensando en algo.

—No eres un tipo que piense a menudo—se burló el rubio mientras se apoyaba en la mesa del contrario, a lo que el rojizo le da un codazo—perdón, perdón.—reía disculpándose.

—Estaba siendo serio, Kaminari.—le reprochó casi en un puchero, él asintió.

—¿Te preocupa algo?—le preguntó neutro, realmente el chico electrico tenía curiosidad por conocer aquellos pensamientos que hacían que uno de sus mejores amigos estuviese en las nubes, después de todo, el de cabellos rojos no era un tipo de mucha reflexión.

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