«Ai».

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No importa cuan lejos llegaría, ni los obstáculos en el camino, tampoco aquellas voces o cicatrices en su cuerpo, era el momento de reaccionar, tenía amigos a su lado y nada más importaba, dado que contaba con el armamento necesario para enfrentar cualquier situación.

Recordaba las inumerables puertas que había abierto en difíciles situaciones, aunque la siguiente parecía peor que la anterior, la puerta metálica ante la pelirosa relucía a causa del foco yacido encima de ella, provocando un dolor de estomago a causa de los nervios, el pasillo estaba oscurecido, ni un alma surcaba aquellos suelos, era lógico teniendo en cuenta que se encontraba en una pisión de máxima seguridad.

«La tratan como una gran delincuente, esos maditos, aunque no puedo culparles».

Tora cerró sus ojos, puso su cuerpo en tensión para luego liberarse y relajarse ligeramente, miró sus deportivas blancas, perfectamente atadas, elevó sus hombro en un suave giro, colocando de forma alineada en sus hombros la sudadera lima con ambas manos, se aseguró que su pantalón fruncido estaba colocado a la perfección y se adentró en la habitación, petando levemente.

Un “adelante”, se escuchó al otro lado, la fina voz de su hermana menor provocó un temblor en sus manos, las cuales ya estaban abriendo el picaporte, al hacerlo, entrecerró sus ojos a causa de la iluminada habitación blanca.

«Esto parece un centro psiquiatrico».

—Por favor, pasa.—Tora observó a la menor, su atuendo era completamente grisaceo destacando en gran medida a causa de los tonos de la sala, la pelirosa observó una silla metálica, igual a la de la chica, y se acercó para sentarse, apróximando la silla hacia la chica.

—“No te acerques demasiado”—el adulto habló a través del intercomunicador, ella rechinó sus dientes, asintiendo ante la orden—“guarda distancias”.—y así lo hizo, no lo suficientemente lejos, pero tampoco lo suficientemente cerca como para tomarse de las manos.

—Lo siento.—la de cabellos lila la miró confundida.

—¿Por qué te disculpas?

«Que te traten como una persona altamente peligrosa».

—Olvídalo—resopló—es mejor que me disculpe por mi propio comportamiento.

—No comprendo.—realmente no lo hacía, llevaba mucho tiempo sin entablar una conversación normal con otro sujeto que no fuese Chisaki, ¿cómo podría acostumbrarse de nuevo?

—Me encerré durante una larga temporada en mi habitación, incluso sabiendo que habías pedido verme.—Shiro la miró sin expresión alguna, simplemente se limitó a recolocarse levemente en la silla, sin mover sus dos manos las cuales hacían de cómoda para la otra.

—Puedo comprenderlo—Tora la miró por primera vez, directamente a los ojos, nunca había sentido algo así, verse reflejada en los ojos de otra persona de una forma tan...ópaca y sin vida—soy una asesina—la pelirosa cerró sus ojos con fuerza, como si fuese a llorar—una villana, un ser despreciable para los ciudadanos normales y los héroes.

Aware [E]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora