Cuando vives en las calles lo único que te protege, es tu astucia y la capacidad de resistencia que te permita tú cuerpo. Tora era conocedora de la oscuridad en los barrios bajos, su viento era lo único que permitía crear una coraza para alejar sus...
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La chiquilla había soñado cuantiosas veces cómo sería estar envuelta en las palabras amistosas de sus compañeros o simplemente regresar al hogar y escuchar «Bienvenida a casa». Para ella todos esos sueños y anhelos, se habían desvanecido cuando todo lo que ella amaba la empujó al abismo.
Hasta ahora había controlado sus sentimientos y emociones dejando a un lado todo aquello que la volviese "débil". Por ello, en el presente lograba sobrevivir a las penurias con las que convivía en el orfanato, ya que si sus convicciones cedían, la muralla despedazada descubriría sus más interiorizados miedos. De esa forma lo único que la mantenía de pie -su fuerza de voluntad- desaparecería.
Ahora que había ingresado en la U.A, la muchacha era consciente que algo en su interior comenzaba a estrujarse hasta el punto de ser agradable. Y es así como notó, que su aptitud indiferente con los demás -la cual usaba normalmente- no funcionaba en la Clase A. Ya que todos se aceptaban, por muy duras que fuesen las dificultades o diferencias entre ellos.
Su primer día de clase y ya estaba siendo embaucada por las ideologías y sueños de sus acompañantes en la academia. Tomó sus pequeñas investigaciones con ansia, por ello sus conocimientls había aumentado en gran medida, existían tantos temas, que no podía evadir su entusiasmo por aprender. Descubrió que para estos chicos incluso los más estúpidos y cómicos momentos, eran los más preciados para ellos.
Es por ello, que si un héroe fuese como los alumnos de la Clase A, en verdad, tal vez... Comenzaría a aceptar que ser un héroe era agradable y que tener una peculiaridad no era tan terrorífico como ella lo veía.
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Ya en los vestidores, ambos grupos, femenino y masculino cambiaban sus ropas después del largo entrenamiento.
-¿Mineta-kun, qué estás haciendo?-Midoriya se sintió curioso al ver a su pequeño compañero de clase pegado a la pared, eso y que parecía idiota, aunque eso sería algo que probablemente pensaría algunos no Midoriya.
-¡¿No lo sabes?!-exclamó despavoriso-¡nuestros sempais han dejado tal abertura, para que lleguemos a las puertas del cielo!
-¡Mineta-kun, es suficiente de tu comportamiento fuera de lugar!-exclamó el presidente de la clase, el cual estaba desconforme por las palabras del pequeño pervertido.
-¡No lo comprenden!-exclamó el de cabello violeta-¡estamos a unos centímetros de grosor de poder observar a las chicas!-tras esas palabras los presentes fueron conscientes de sus palabras, aún eran jóvenes con hormonas en proceso de revolución, una guerra interna se adueñaba de ellos.
-¡Mineta no puedes hacer eso!-justificó Kirishima, aunque no podía negar estar algo interesado.
-¡Las bragas flotantes de Tooru-chan!-comenzó a acercar su ojo al agujero-¡El voluptuoso cuerpo de Yaoyorozu y Mina!-lentamente-¡la cintura de Uraraka y Asui y el cuerpo bien proporcionado de Tora-chan!