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Spencer soltó un suspiro con los ojos cerrados escuchando la lluvia caer sin piedad, golpeando con fuerza los vidrios de las ventanas mientras paseaba los dedos por el abdomen desnudo de Morgan.

Si bien afuera hacía frío, en la habitación reinaba la calidez que desprendían los cuerpos de ambos envueltos entre las sábanas.

El moreno tallaba levemente la espalda de Spencer, como un acto reflejo para no quedarse dormido del todo, a pesar de que ya no podía mantener los ojos abiertos.

El genio escucha el tranquilo marchar del corazón de Morgan mientras sentía cada una de sus respiraciones, cada vez más pausadas y profundas.

Reid sonrió sintiendo la piel de Derek bajo sus dedos, tibia y tersa.

-Derek.- murmuró con pesadez debido al sueño.

El moreno inhaló profundamente y luego soltó un suspiro.

-Mhum?.-

El chico besó su pecho antes de continuar.

-Te amo.-

-Te amo, niño.- murmuró el otro.

Spencer sonrió sin poder evitar soltar otro suspiro por el cansancio que lo consumía; dejándose caer poco a poco en los brazos de Morfeo.






El día siguiente amaneció con las lluvias del día anterior. El cielo estaba completamente nublado y de un color gris oscuro, mientras la lluvia caía sin piedad sobre el pavimento; posiblemente todo eso era por la llegada a la ciudad de un nuevo ciclón o tormenta.

Fue un trueno el que los despertó: había retumbado fuertemente haciendo vibrar los cristales de las ventanas.

Derek bostezó sonoramente mientras Spencer se llevaba las manos a la cara para tallar sus ojos.

-Ya amaneció?.- preguntó el moreno con voz ronca.

Y el genio, mirando de reojo el reloj de la mesita de noche, asintió con la cabeza.

-Son las nueve con quince minutos.- respondió con voz somnolienta para después bostezar con la mano en la boca.

Derek soltó un pequeño gruñido.

-Aún es muy temprano.- se quejó y tomando la almohada rápidamente, se cubrió la cabeza para volverse a dormir.

-Muy temprano? Es demasiado tarde.- le dijo Spencer y sonrió divertido por la acción del moreno.- Vamos, Derek, hay que levantarse.- 

Le movió ligeramente pero simplemente obtuvo por respuesta otro gruñido.

-Cinco minutos más, mamá.-

Aquello hizo reír al genio, el cuál soltó un suspiro de rendición y aceptó dejar de molestar a Morgan. Al menos por el momento.

-De acuerdo.- le dijo y se sentó en la cama, con los pies en el suelo. Se inclinó hacia adelante para tomar su ropa y comenzó a vestirse aunque no perfectamente, porque decidió no abrochar todos los botones de la camisa y andar descalzo por la casa.

Everything I didn't sayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora