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Nada lo hacía más feliz que escuchar la voz de Derek, aunque sea a través del teléfono celular. Una sonrisa sincera se dibujaba en sus labios cuando leía el nombre del moreno en la pantalla de su celular, y un rubor aparecía en sus mejillas cada vez que Morgan lo saludaba con un: Hola, niño bonito.


Las llamadas diarias se habían vuelto algo común entre ellos; Derek solía mirar el reloj en secreto y acercarse a su celular cuando marcaba la hora en la que Reid llegaba a casa; el genio, a pesar de sentirse agotado y turbado por los nuevos casos, siempre respondía lo más alegre que podía. Morgan era su dósis de esperanza, sus llamadas siempre lo hacían sentir mejor.


-Hace tres semanas, dos días, veinte horas, diez minutos y catorce segundos.- Morgan soltó una carcajada del otro lado de la línea cuando escuchó a Reid decir aquél cálculo.- Que no te veo.-

-Llevas un calendario?.-

Spencer sonrió negando con la cabeza.

-Lo hago inconscientemente.- respondió, sosteniendo entre sus manos la taza de café que se había preparado.- Haces mucha falta aquí y no sólo hablo por mí.-

En la casa donde vivió desde pequeño, en Chicago, Illinois, Derek se llevó una mano a la frente, pensando en todos sus compañeros de unidad.

-Cómo han ido los casos?.- preguntó con tono curioso, frunciendo el ceño, como era habitual en él.- La vez pasada consolé a García por medio de una videollamada, no fue fácil, creo que verme por su computadora la deprimió más.-


Spencer soltó un suspiro, que Morgan escuchó tan claramente como si estuviera a su lado.


-Fue uno de los peores.- dijo con voz trémula.- Se trataba sobre niños pequeños.- Morgan sabía que cada pausa que hacía Spencer era para alejar las imágenes mentales que tenía al recordar eso.- A veces me gustaría no ser yo.-


El moreno frunció el ceño al escuchar aquello. Era la primera vez que oía a Reid decir algo así. Qué quería decir con eso? Como si hubiera formulado la pregunta en voz alta, Spencer respondió casi enseguida.


-Algunas veces está bien recordar las cosas...- no encontraba las palabras, aunque se escuchaba tranquilo.- Es decir, es de gran ayuda, pero...cada vez que cierro los ojos, puedo ver con tanta claridad las escenas del crimen...- otro suspiro.- No sé como alejarlas.-


Derek guardó silencio unos segundos, antes de hablar con cuidado.


-Has tenido pesadillas, niño bonito?.-


El silencio fue respuesta suficiente para el moreno, quien tensó los labios un poco, deseando estar con Reid para darle un fuerte abrazo.


-Oye, no tienes porqué ponerte así.- dijo, intentando animarlo.- Muy pocas personas nacen con la gran habilidad que tú tienes, y tú has hecho grandes cosas con ella. Tú eres el que siempre descubre los códigos de los ignotos cuando nosotros no lo podríamos haber hecho jamás, eres el que siempre sabe qué hacer. Has salvado vidas, pequeño, y si algo te puedo asegurar, y que quede claro que no lo digo sólo porque te amo, es que eres uno de los mejores agentes que el FBI a podido tener. Comprendes eso?.-


Spencer esbozó una sonrisa, sintiendo el calor subir a sus mejillas y un repentino nudo se había formado en su garganta, que le impedía pasar saliva con normalidad. Llenó de aire sus pulmones.


-Lo comprendo.- respondió intentando mantener el tono firme de su voz.


Morgan sonrió al escucharlo y se sujetó al teléfono celular, como si no quisiera soltarlo jamás.


-Eres un héroe, Spencer Reid.- le dijo.- Uno de verdad.-


El moreno se imaginó al genio sonriendo y no estaba tan equivocado. El doctor había dejado la taza de café en la mesa del comedor, para recargarse contra la pared y dirigir toda su atención a la llamada.


Spencer abrió la boca para decir algo, aunque no sabía muy bien qué, cuando un sonido se filtró a través de la bocina de su celular.


Derek volvió la mirada hacia la puerta de su casa, alzando una ceja y preguntándose de quién se trataba. Sarah corrió tan pronto el timbre dejó de sonar, dispuesta a abrir la puerta.


-Hay visitas, Pretty Boy. Lamento tener que dejarte en estos momentos.-


El chico sonrió, sintiéndose mucho mejor, como cada vez que hablaba con su pareja. Sacudió la cabeza antes de responder.


-No te preocupes. Estoy bien.-


-Te llamo después, sí?.- dijo, luego agregó en voz más baja.- Te amo.-


Derek guardó silencio, esperando la respuesta del genio.

-Te amo.-

El agente sonrió hasta que sus mejillas le dolieron y sólo después de escuchar al menor, colgó.


Un gran alboroto se había formado en el recibidor de su casa, saludos felices y risas joviales le llegaban a los oídos, pero sus ojos aún no reconocían a la persona que estaba parada en la puerta, junto a su hermana.

Entreccerró los ojos para ver mejor y sus cejas se alzaron sorpresivamente al descubrirlo.

Con un pastel en la mano y una sonrisa en los labios, Savannah saludaba a la hermana de Derek con gran emoción, antes de volver los ojos a él.


Savannah estaba en su casa.

Savannah... su exnovia.








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No actualizaba desde el año pasado! :O

😄

Everything I didn't sayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora