Todo había sucedido tan rápido, en un abrir y cerrar de ojos, que incluso Spencer tardó en comprender lo que ocurría.
Morgan iba delante, encabezando el grupo con la pistola en alto. Dobló en una esquina de la gran vivienda sin hacer ningún ruido y dio la orden de avanzar. Reid iba detrás de él, apuntando a un objetivo aún ausente, pero sin bajar la guardia. Los otros policias revisaron el pasillo, excepto una puerta.
La puerta en la que Derek estaba parado. Tenía el ceño fruncido y acercó con cuidado la mano al picaporte. Spencer miraba todo con el corazón acelerado, no era su primera vez en trabajo de campo...pero no sabía cuando sería la última.Y justo antes de que Morgan pudiera rozar la perilla con sus dedos, una bala atravesó la madera de la puerta e impactó en el chaleco del moreno.
Él retrocedió por el impulso de la bala, pero ésta no fue la única que salió de allí. Otra serie de balas más le chocaron en el chaleco, justo en el mismo lugar donde había pegado la primera.
Spencer no lo dudó y contraatacó a quién fuera que estuviera detrás de la madera agujereada.
Un disparo. Dos. Tres. Cuatro.
Sólo se detuvo hasta que escuchó caer la pistola del ignoto. Su respiración se agitó por la impresión y por la adrenalina que sentía correr por su cuerpo, e impulsado por esta misma, se volvió hacia Morgan, dispuesto a tenderle la mano para que se levantase.
Pero Derek estaba en el suelo, rodeado por un charco de sangre.
Los ojos de Spencer se abrieron enormemente mientras sentía sus piernas vacilar.
Qué había pasado?
Sus ojos recorrieron rápidamente su cuerpo. El chaleco tenía algunas balas atoradas pero había un hoyito en medio, donde la mayoría de los proyectiles habían impactado. Debieron de haber sido varios porque perforar el material de estos era difícil. Y también una muy mala señal.
-Derek...- su voz sonó débilmente mientras escuchaba como uno de los oficiales que los acompañaban pedía ayuda por los micrófonos.
-Rápido. Tenemos que sacarlo, el sitio aún no es seguro.-
Uno de los oficiales tomó el mando y guió al equipo por otras habitaciones mientras dos hombres se esforzaban por llevar a Morgan a la salida. Spencer se tambaleaba detrás de ellos, temblando como si estuvieran a grados bajo cero y con la mirada fija en el moreno.
Prentiss esperaba fuera de la casa, con el rostro ensombrecido por la angustia.
-Dios mío.- exclamó al ver a su compañero.
Los dos policías dejaron a Morgan en la acera como si de un muñeco de trapo se tratase. La sangre salía a borbotones de la herida sin que Derek emitiera un quejido por ello, se veía pálido, casi del mismo color de la nieve y tenía los ojos fijos en la nada. Su pecho subía y bajaba con rapidez.
Entonces Reid, que no había estado escuchando las cosas que Emily le decía, avanzó hasta su pareja y se dejó caer de rodillas a su lado.
Le miró negando con la cabeza, los cabellos humedos por el sudor le caían por la cara y los gritos se le acumularon en la garganta, ahogandolo.
Tomó aire haciendo acopio de sus fuerzas.
-Derek, escúchame. No me iré de aquí, entiendes?.-
La voz le temblaba tanto como su propio cuerpo y parpadeaba intentando desnublar su vista por las lágrimas. Llevó las manos a la herida y presionó con fuerza mientras soltaba un incontenible gemido de miedo al ver que la sangre brotaba tan deprisa y sin detenerse.
-Derek.- dijo con un hilito de voz.- No cierres los ojos.- su voz estaba tan rota como todo su ser.- Por favor.-
Las palabras le salían temblorosas y se trababan en su boca. No podía hablar, apenas y tenía la fuerza suficiente para respirar en ese momento.
-Recuerdas...cuando me dejaste...esas notas en mi casa?.-
En ese momento, le importó poco que estuvieran rodeados de policías y sus compañeros de unidad.
-Cuando te vi...- sentía las lágrimas bajar por sus mejillas sin parar, como el agua que sale de un grifo completamente abierto.- Y me dijiste que me amabas...-
Los ojos de Derek luchaban por enfocarse en Spencer; se movían de un lado a otro mientras se le estremecía el cuerpo bajo el agarre del genio.
El chico sonrió débilmente al recordarlo.
-No... no sabes lo... lo feliz que me sentí.- escuchó las sirenas venir a lo lejos.- Fue... fue el mejor.... día de mi vida...-
Las llantas de la ambulancia derraparon en el pavimento con un chirrido fuerte y en un acto rápido los paramédicos llegaron junto a Derek.
Reid se hizo hacia atrás inevitablemente mientras dejaba que los sollozos sacudieran libremente su cuerpo.
Prentiss miraba aquello con el corazón en la mano, el equipo ya estaba al tanto de lo ocurrido por lo que J.J. llegó casi enseguida; la rubia no pudo retener las lágrimas, y al ver a Spencer de esa manera sollozó más. Intentó acercarse a él para abrazarlo, pero Reid se alejó dejándole sorprendida. Spencer era fuerte, podía soportarlo sólo ya que no había porqué preocuparse: Derek estaría bien.
Cuando subieron al moreno en una camilla, Reid se abrió paso entre la gente que había salido de sus casas para ver lo que sucedía y montó a su lado, tomandole la mano con fuerza mientras veía a los paramédicos hacer su trabajo.
Unos días antes, Reid estaba despertando en la cama de Morgan mientras los fuertes brazos de éste rodeaban su delgado cuerpo. Unas horas antes, habían unido sus labios en la sala de juntas mientras nadie estaba viéndolos.
Ahora Spencer veía todo eso tan lejano, mientras su corazón latía dolorosamente. Porque ahora no sabía cuando volvería a pasar todo eso.
Si es que volvería a suceder...
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Wuuuuu. :3
Gracias por la idea StillAlive_lb
❤
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Everything I didn't say
FanfictionMorgan se ha ido a vivir a Chicago con su familia. Su vida transcurre normal, hasta que un día recibe un sobre en el buzón de su casa, con una nota pegada que decía "Toda mi vida he estado esperando el momento adecuado para decirte lo que siento". S...