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-Qué tal vas?.-le preguntó JJ a Derek.

El moreno volvió la mirada momentáneamente hacia ella, antes de responder.

-Muy bien. Tengo que ir al médico dentro de dos días, para que me de el certificado de que estoy perfectamente bien y pueda volver al trabajo.-

El genio escuchaba, al mismo tiempo que veía con curiosidad las fotografías que la madre de Morgan tenía en una repisa, encima de la chimenea. Aunque le daba la espalda a los demás, de vez en cuando sentía los ojos de Derek sobre él.

-Me alegra escuchar eso.- respondió la rubia, con alegría.- Todos te echamos de menos.-

Las voces fueron disminuyendo hasta que Reid dejó de escucharlas por completo, toda la atención que había puesto en la conversación la concentró en una foto que valía oro puro. Una sonrisa divertida se dibujó en su rostro, mientras se atrevía a tomar aquél retrato entre sus manos. Su cuerpo se estremeció cuando soltó una risa silenciosa, mirando detalladamente a un pequeño Derek Morgan con regordetas mejillas y cabello enmarañado, haciendo un puchero a la cámara. Verdaderamente era algo que valía la pena admirar y que Spencer jamás olvidaría en toda su vida.

-Reid?.-

La voz fuerte del agente le hizo sobresaltarse un poco, porque la había escuchado justo detrás de él. Devolvió la fotografía a la repisa rápidamente, esforzándose por ocultar su sonrisa divertida. Llenó de aire sus pulmones, guardando las manos en los bolsillos de su pantalón.

-Si?.- preguntó, volviéndose a mirarle.

Sólo hasta entonces se percató de que la habitación se había sumergido en un extraño silencio, porque JJ y Savannah habían desaparecido. Derek, al ver su mirada confundida, esbozó una sonrisa mientras le alborotaba el cabello.

-Están en la cocina desde hace un rato.- explicó.- JJ nos está dando tiempo.- añadió en un murmuro.

El chico sintió las mejillas calientes. Tan concentrado estaba que ni siquiera se había dado cuenta de la ausencia de las chicas.

-Cómo has estado?.- preguntó en voz baja, disfrutando de la cercanía del moreno.

Morgan le recorrió con la mirada, sin discreción alguna, antes de responder.

-Estoy mejor ahora que estás aquí.-

Aquél comentario le sacó una sonrisa al genio, que le miró a los ojos mientras hablaba.

-Me alegra verte otra vez.- admitió Reid.

-Sabes qué es lo mejor?.- murmuró Morgan.- Dentro de unos pocos días estaré tomando un vuelo a Quántico, para volver a casa.-luego añadió en voz más baja, pero comprensible.- Y estar contigo.-

-Ésas son muy buenas noticias.- dijo el chico, con una sonrisa llena de esperanza.

Morgan soltó una pequeña risa, antes de poner una mano en el cuello del genio. Ambos sabían cuál era la intención de aquél gesto, pero ninguno tomó la iniciativa; no era que no quisieran hacerlo, solo que no era seguro hacerlo allí, cuando la cocina se encontraba a unos pasos de distancia.

-Dónde está tu familia?.- preguntó Reid, con curiosidad.

No había visto ni a su madre, ni a sus hermanas desde que llegaron y ellas tampoco habían aparecido durante la estadía de los agentes en la vivienda.

Everything I didn't sayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora