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El único ruido en la habitación era el del molesto reloj de pared, que marcaba demasiado fuerte los segundos que pasaban. El plumón bailaba entre sus dedos, mientras veía intensamente el pizarrón que tenía frente a sus ojos.

Los trazos unían algunas fotos de gente, lugares, y objetos, pero faltaba un algo, o un alguien, que los uniera a todos entre sí.

En voz baja murmuraba sus pensamientos, mientras fruncía el ceño por la concentración.

Sabía que la respuesta estaba frente a sus propios ojos, y tenía que encontrarla.

JJ ingresó a la habitación, con la tablet en la mano, y una gran sonrisa en el rostro. Tenía un audífono en la oreja y el otro le colgaba del cuello.

--Llamaré de nuevo a la hora de dormir, cariño-- dijo con voz baja, para no interrumpir al genio-- Obedece a papá. Los amo--

Después de una pequeña pausa, soltó un sonoro suspiro, para después de dirigirle unas palabras al chico.

--Vas a romper el pizarrón con los ojos, Spence-- 

El doctor parpadeó un poco, como para desconectarse de la información y ponerle atención a su mejor amiga. Tomó aire e intercambió la mirada de los dibujos a la agente, unas cuantas veces. 

--No puedo resolverlo-- admitió después de un rato. Decir aquello le causó un pequeño escalofrío.

--Yo no creo eso-- respondió ella, mirándole-- Todos estamos cansados y estresados. ¿Hace cuántos días que no duermes bien?--

El muchacho no necesitó tiempo para hacer la cuenta rápidamente. 

--Ciento veinte- 

La rubia apretó los labios por un momento. Apenas llevaban dos semanas trabajando en el caso, y obviamente ese tiempo no eran ciento veinte días. No formuló la pregunta, pero la respuesta llegó sola con tan solo mirarle a los ojos. 

--¿Has intentado algo?--

--El doctor me dijo que tomara tés relajantes, que haga ejercicio hasta agotarme o que intente leer un poco antes de acostarme-- comentó, comenzado a hablar rápido-- Una vez leí seis libros en la noche y lo único que hizo fue despertarme aún más. El ejercicio nunca ha sido lo mío y las infusiones de hierbas no son tanto de mi agrado--

La muchacha le escuchó, con media sonrisa comprensiva y divertida. 

--García me regaló uno de sus juguetes-- echó un rápido vistazo a su bandolera, que estaba en la mesa-- Pero me presentó de una forma tan amable con el Señor Kitty-Mellow, que me sentiría culpable de estrujarlo en mi puño-- 

Ese último comentario le robó una risa a la agente. Incluso Spencer sonrió un poco, al verla reír. 

--¿No has intentado ver películas antes de dormir?-- 

Reid alzó una ceja, porque nunca se le había ocurrido esa innovadora idea.

--Una de las películas favoritas de Henry es Lluvia de Hamburguesas-- comenzó JJ-- Al inicio la veía con él de principio a fin, pero después comencé a aburrirme tanto, que me quedaba dormida a su lado--sonrió de lado, evocando el recuerdo en su memoria-- Podrías intentarlo--

Spencer imitó su gesto, asitiendo con la cabeza.

--Lo tendré en cuenta-- 

La chica asintió con la cabeza, volviendo los ojos hacia el pizarrón donde su mejor amigo trabajaba. Reid se giró, para también ver en aquella dirección otra vez. Un suspiro cansado salió de sus labios, mientras volvía a hilarse con la información.

Everything I didn't sayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora