- Karol Sevilla, una periodista - le informó
- Ay, Dios. Me pregunto que hará aquí.
Ruggero le paso un brazo por los hombros.
- Ese programa de la tele en el que estoy participando... Quiere entrevistarme por eso.
- ¿De verdad? ¿Y vas a concederle la entrevista? Siempre me ha parecido de muy mal gusto hablar de la vida privada de las personas.
- Soy consciente de ello- contestó Ruggero, besándola en la frente - creo que lo mejor sera que nos deshagamos de ella antes de que pueda comprometernos.
- Buena idea ¿Quieres que le pida a Darren que la acompañe a la salida? Y, por cierto, ¿como ha conseguido entrar?
-No hay porque molestar al jefe de seguridad con algo así- respondió. El llevaba ocupándose de mujeres de esa clase desde los catorce años-. Seguramente ha venido como acompañante de alguien.
- El año que viene me aseguraré de que las invitaciones sean mas restrictivas- contestó su madre- no quiero que puedan colarsenos mas de su clase.
- ¿De la clase de quien?- Pregunto valentina, su hermana, que acababa de llegar junto a ellos.
Valentina era una mujer elegante y moderna que tenia su propio programa en televisión de cocina y tendencias. No rehuía a los medios como el y su madre. Pero era porque ella apenas había sufrido el mazazo de la infidelidad de su padre.
- De una periodista
-El azote de dios -bromeó valentina, guiñándole un ojo- ¿Donde esta? Ya me ocupo de ella.
- Yo lo hare -intervino Ruggero, intentando cortar por lo sano la conversación.
-¿Quien es?
- La castaña -contestó su madre.
- Ah... Ya veo porque quieres ocuparte tu. A por ella, hermanito.
- Mamá, creo que a esta niña deberías haberle aplicado más disciplina cuando era pequeña.
- Es perfecta -contestó su madre.
Moviendo la cabeza, se alejo de ambas y fue abriendose paso entre los asistentes de la fiesta.
Ella lo miro al verlo acercarse y en sus ojos vio aflorar la culpabilidad, antes que la ocultara tras una brillante sonrisa.
- Ruggero Pasquarelli -exclamó, quizá con demasiado entusiasmo-. El hombre al que quería ver.
-Karol Sevilla -le contestó el imitando su energía-. La mujer a la que no recuerdo haber invitado.
- Si hubiera tenido que esperar a recibir una invitación de tu parte, nunca habría tenido la oportunidad de hablar contigo en persona.
- Eso es porque no concedo entrevistas.
Su padre había estado metido en la política, e incluso después de abandonar esa actividad, sus negocios requerían de la prensa, para lo que los periodistas debían tener libre acceso a su vida. Ya con quince años, Ruggero había sido fotografiado por todas las revistas del corazón y detestaba vivir en una pecera. Entonces se juro que no permitiría que le ocurriera lo mismo cuando fuese adulto.
La verdad era que se le había hecho bastante bien, teniendo en cuenta que llevaba una vida social bastante activa e incluso tenia fama de mujeriego; nunca concedía entrevistas y rara vez conseguían captarlo los objetivos de los paparazzi.
- Creo que estas reaccionando así por alguien del pasado -dijo ella, una vez estuvieron algo alejados de la gente, y se soltó de su brazo-. Prometo que sera indoloro.
- A lo mejor lo que me gusta es el dolor- respondió Ruggero, principalmente para no morder de su anzuelo, pero también porque aveces tenia la sensacion de que sentir dolor era el único modo de recordar que estaba vivo.
- ¿Me responderías a unas cuantas preguntas?
-No.
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INDISCRECIONES AMOROSAS
FanfictionRuggero Pasquarelli, millonario y soltero, estaba dispuesto a cerrar un trato con la entrometida periodista Karol Sevilla. Karol quería que el contara su historia, algo que Ruggero estaba dispuesto a hacer...cuando ella accediera a compartir su cama...