Capitulo 28

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Karol durmió inquieta, y quiso achacarlo al hecho de no estar acostumbrada a compartir la cama con nadie. Pero lo que de verdad le pesaba en la conciencia era el hecho de que había accedido a ser la amante de Ruggero por un acuerdo. En sus sueños veia a su jefe, que averiguaba como había conseguido la historia de Ruggero, y la despedida.

Por fin se levantó a las seis, justo antes de que sonará el despertador. Ruggero parecía dormido. Entró sin hacer ruido en el baño. No quería tener que enfrentarse a él aquella mañana. Sabía que no debía marcharse sin despertarlo, pero en el fondo era lo que deseaba.

En parte tenía miedo de lo que fuera a decirle, de lo que ella le diría... lo ocurrido la noche anterior había sido más intenso de lo que se esperaba, pero lo cierto era que con Ruggero nada salía nunca de acuerdo con el plan.

Cerro con cuidado la puerta de su pequeño cuarto de baño y abrió el Grifo para que saliera el agua caliente. Mientras, se miro al espejo. Era la de siempre.

Quizás le estaba dando demasiadas vueltas a todo aquello. No había nada despreciable en acostarse con él. Otras veces había tenido aventuras de una sola noche, y siempre que ambos estuvieran en la misma onda, nadie resultaría herido. Entonces, ¿por qué le estaba molestando tanto aquello?

El vapor del agua comenzó a llenar el cuarto, apartó la cortina y entro. Había empezado a lavarse cuando oyó que se abría la puerta.

-Buenos días, karol - la saludo Ruggero con la voz enloquecida del sueño, y ella se quedó petrificada, con la Esponja en una mano y el bote del gel en la otra.

Qué absurdo. Sabía que estaba ahí, y se imaginaría que desnuda. ¿Por qué demonios estaba siendo tan idiota?

-Hola - lo saludo -. No quería despertarte. Es que tengo una reunión temprano.

- No hay problema. En condiciones normales te dejaría Tranquila aquí dentro, pero es que sólo hay un baño y yo también tengo una reunión a primera hora, así que tengo que asearme.

-No pasa nada.

Demonios... Se había ido al baño para esconderse de él y ahora lo tenía ahí. Pero al menos no tendría que mirarle la cara. Todavía.

-¿Cómo tienes el día? - le preguntó él.

-Normal.  ¿Tienes idea de lo que hace un periodista en un día normal?

-¿Meterse en la vida de los demás y causarles problemas?

Su tono sonaba divertido, y apartó un poco la cortina de la ducha para mirarle. Estaba inclinado sobre lavado lavándose la cara, desnudo. Qué cuerpo tan estupendo, aún con las marcas del bronceado en las piernas y los brazos.

Al ver que se incorporaba cerro la cortina para que no la pillara contemplándolo.

-¡Ja! Pues no, no es eso lo que hago. La mayor parte del tiempo me lo paso investigando y Llamando a gente para intentar que lo más recalcitrantes se decidan a hablar conmigo.

-Y sí eso no funciona, te cuelas en sus fiestas.

Ella negó con la cabeza. Sus bromas estaban consiguiendo que se relajara. Le preocupaba lo que había entre ellos, pero Ruggero la Estaba tratando exactamente igual que antes.

-Eso lo he hecho sólo en tu caso.

Acabo de lavarse el cuerpo y aunque era un día impar del mes y no solía lavarse el pelo esos días, lo hizo.

-Cuánto honor. Te importaría que me metiera contigo en la ducha?

Karol dudó. Si había estado escondiendo tras la cortina para no tener que mirarlo a la cara, pero ahora ya no sentía esa necesidad.

-En absoluto. Ya estoy terminando.

-Bien. Será un momento.

Apartó la cortina y entro. Ella no pudo contenerse y lo tocó, a lo que él contestó con una sonrisa.

-No puedo hacer el amor esta mañana - dijo sin más.

-No pasa nada.

Le entregó la Esponja y el gel, intercambiaron sus sitios.

-Te dejo el sitio.

-¿Estás nerviosa?

-Claro que no - contestó ella, pero sabía que se estaba comportando como una tonta. No dejaba que la gente la afectará de ese modo. Pero Ruggero lo estaba consiguiendo -. Es que no quiero tentarte cuando sé que no hay tiempo para ello.

-Tú siempre eres una tentación para mí - dijo, y se acercó a ella, apoyando las manos en la pared del fondo para besarla.

Karol cerró los ojos y echó hacia atrás cabeza. Su boca le resultaba calmante y exitante al mismo tiempo. La mayoría de sus dudas se fueron por el desagüe y de pronto se alegro enormemente de qué Ruggero estuviera allí aquella mañana.

Adelantó las caderas y sintió su erección en el estómago, seguido del movimiento de sus manos para cubrirle los pechos.

Ella también deslizó las manos por su cuerpo mojado, y alcanzando su miembro lo acarició en toda su esplendorosa longitud. Ruggero siguió besándola y la alzó por la cintura para hacerle apoyar la espalda en la pared. Ella le rodeo los hombros con los brazos y la cintura con las piernas.

-Creía que no tenías tiempo - dijo él.

-No seas presumido - replicó ella.

Se acomodó En sus brazos hasta que lo sintió colocado y, lentamente, fue dejándole entrar en ella, exitandola, con los pezones rozándose con su pecho.

Se movió con fuerza dentro de ella hasta que sintió que llegaba el orgasmo, y mientras apoyaba la cabeza en su hombro, sintió que el se deshacía dentro de su cuerpo.

Lentamente bajo una pierna. Y la pasión que con tanta felicidad explotaba entre ellos la dejaba aturdida. Ruggero salió de su cuerpo y la besó con ternura en la frente antes de lavarla para luego lavarse el mismo.

Carola veo la cortina de la ducha y tiró de la toalla, se secó rápidamente y salió del baño al dormitorio.

Ya no podía fingir que lo de la noche anterior no lo había cambiado todo.

Ya no podía fingir que lo de la noche anterior no lo había cambiado todo

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