Capitulo 19

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Ruggero trabajó hasta El ultimo momento, pensando en llegar a casa de su hermana razonablemente tarde. Si Karol hubiera estado allí para verle, se habría dado cuenta de que no erun animal social. Le imponían respeto las fiestas y demás reuniones sociales porque lo de la charla insustancial no era lo suyo.

Bueno...en realidad no le gustaban porque detestaba sentirse rodeado de desconocidos que podían saber demasiado de su pasado. No se explicaba como Vale era capaz de sobrevivir estando permanentemente bajo los focos. Siempre había gente que quería sonsacarle sobre su pasado y hacerle preguntas sobre cómo había sido tener que pasar por esa humillación publica.

Algo que él esperaba ni tener que recordar nunca. Cuando estaba a una manzana ya de casa de Vale, cayó en la cuenta de que no había comprado un ramo de flores, o una botella de vino. Y uno no se podia presentar en casa de la mejor anfitriona de América sin un regalo. Vale le crucificaría.

-Párate en la esquina, Randall -le dijo a su chofer-. Tengo que comprar una botella de vino.

-Si, señor.

Ruggero se bajó a toda prisa y compró El mejor vino que tenían en la tienda de la esquina. Pagó la botella y subio al coche. Randall condujo hasta la torre de apartamentos de Vale, pero, cuando se detuvo junto a la entrada, no sintió demasiadas ganas de bajarse.

Ruggero tomó El ascensor hasta el ático y marco en código que le permitiría acceder directamente a casa de su hermana. La primera persona que vio al entrar fue a Palmer Casino.

-Vaya, así que a ti también te ha liado para que vinieras -dijo Palmer.

-Desgraciadamente, si. Me acorraló diciendo que había un numero impar de invitados.

-Bien. Conmigo a usado otra técnica.

-¿Donde esta mi hermana?

-En la cocina, con una invitada, que sospechoso ha invitado para ti.

-Entonces es El momento de escapar, ¿no? -bromeo Ruggero.

-Yo no lo haría. Es una mujer muy sexy.

Ruggero río y fue hacia la cocina.

No estaba muy convencido de querer ir a su encuentro, pero con un poco de suerte, la mujer a la que Vale había invitado le ayudaría a quitarse a Karol de la cabeza, aunque fuera sólo por aquella noche. Incluso en aquel momento le parecía estar oyendo su voz, pero cuando cruzo El umbral de la cocina, se dio cuenta de que no era que la cabeza le estuviera jugando malas pasadas.

Karol estaba de pie junto a su hermana, ayudándola a preparar algun tipo de entrante para la cena.

-Ayayay... mi hermano no parece muy contento de verte -adivino Vale

-Ya te lo decia yo -contesto Karol.

Ruggero le entrego la botella de vino a su hermana y le dio un beso en la mejilla.

-Karol, me gustaría hablar un instante contigo en privado. Vale, voy a usar tu estudio.

Dio media vuelta y salio de la cocina. Oyó él sonido de los pasos de Karol detrás de él y entrando en él estudio, la esperó.

Cuando hubo entrado, cerró la puerta y se volvió a ella para preguntarle.

-¿Se puede saber qué demonios haces aquí?

-¿Se puede saber qué demonios haces aquí?

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