A la mañana siguiente, Karol se vistió para matar en su apartamento del Upper East Si de de Manhattan. El ascensor con paredes de espejo le devolvió su imagen y el silbido de alguien que pasaba al tiempo que ella subía al taxi le informo que estaba perfecta.
Le dio al taxista la dirección y se relajo en el asiento, pero por dentro iba hecha un lío de besos y preguntas. Quería ser como Ann Curry, la afamada periodista: abierta y sencilla, pero capaz de hacerles preguntas difíciles que no quisiera contestar.
Tenia que mostrarle que estaba allí dispuesta a triunfar, que era una periodista seria...aunque el hecho de haber vendido una pregunta por un beso lo podía echar a perder. Pero de alguna forma necesitaba abrir la puerta.
El taxi se detuvo ante su edificio y pago al taxista antes de bajar. Respiro hondo y se encaminó hacia la puerta giratoria. Sin dudar, entro con paso firme al vestíbulo.
Sonrió al guardia de seguridad al darle su nombre y el hombre se puso tan nervioso que se le cayo el bolígrafo. Empezaba bien. El guardia le entregó la identificación de visitante y le indico donde estaban los ascensores. Subió sola, y, cuando las puertas se abrieron, se encontró ante un enorme rotulo que decía Macafee International.
-Señorita Sevillano, sigame, por favor -le dijo la recepcionista un par de minutos después.
Tomaron un largo pasillo hasta llegar a una puerta con el nombre de Ruggero en ella. Estaba abierta y entro. Lo primero que le llamo la atención fue el tamaño del despacho. Era grande, con una pared de cristal que daba al centro de la ciudad, y ella permaneció quieta casi un minuto, con el sol a espaldas de Ruggero, de modo que no pudo distinguir cual fue su reacción.
El se levanto y bordeo la mesa para ofrecerle la mano.
-Buenos días, señorita Sevilla.
-Creo que a estas alturas podemos dejarnos de formalidades, Ruggero. Llámame Karol, por favor.
-Directa como siempre.
-¿Creias que iba a haber cambiado desde anoche? A ver si no vas a ser tan listo como yo creía.
El se echo a reír, y ella sintió deseos de sonreír también. Parecía un hombre divertido. Si se hubieran conocido en otras circunstancias... quizás. ¿Quizas que? Nunca se habrían conocido si su amiga Ana Jara Martines no hubiera decidido acudir a su empresa de búsqueda de pareja, y no uniera accedido después que grabara un programa de televisión que diera cuenta de sus citas.
Ana había decidido probar con su empresa después de no haber podido encontrar un hombre que le interesara de verdad. Como dueña a su vez de una empresa de relaciones públicas, estaba siempre muy ocupada y no tenia tiempo, Carolina, a esta se le ocurrió de inmediato la idea de grabar un programa para la televisión con su experiencia.
-Creo capaz de sorprenderte aun- dijo el.
Seguro que si.-¿Has decidido rendirte y concederme la entrevista? Imagínate lo tranquilo que te quedarías después.
-Sientate, por favor -la invito-. Creo que debes de estar un poco mareada si de verdad piensas que seria liberador para mi conceder una entrevista.
Se acomodo en el sofá de cuero colocado frente a su escritorio, se recostó y cruzo las piernas, todo bajo su atenta mirada. Deliberadamente dejó que que el borde de la falda se le subiera un poco por las piernas para ver su reacción.
Las pupilas se le dilataron y se inclino hacia delante, apoyando los codos en el escritorio. Ahora sabía que no se había imaginando la atracción que había sentido entre ellos la noche anterior. Había sido tan fuerte, tan intensa, que casi se había temido que fuera un sueño.
-¿Has meditado la proposición de convertirte en mi amante? -le preguntó.
-Creía haberte dejado claro que no iba a hacer tal cosa. Esperaba que hubieras recuperado la cordura.
-A mi buen juicio no le pasa absolutamente nada. Simplemente soy un hombre que persigue lo que desea, Karol, y siempre lo consigo.
-Pues en ese caso, te has encontrado con la horma de tu zapato, porque yo nunca pierdo.
-¿Nunca?
No, a menos que tomara en consideración su infancia, pero nunca lo hacia. Formaba parte del pasado, y entonces era demasiado pequeña para saber como enfrentarse a ello.
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INDISCRECIONES AMOROSAS
FanfictionRuggero Pasquarelli, millonario y soltero, estaba dispuesto a cerrar un trato con la entrometida periodista Karol Sevilla. Karol quería que el contara su historia, algo que Ruggero estaba dispuesto a hacer...cuando ella accediera a compartir su cama...