Capítulo 3

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Ya me siento mejor y estoy en casa con mis padres,  Taylor pues siempre me acompaña cuando estoy mal, igual como yo  lo hago con ella, para eso están las amigas,  pero no dejaba de pensar en lo que el doctor dijo acerca de mi organismo, es decir, siempre he estado bien y de la noche a la mañana me dicen que hay algo en mi que no es normal, la  verdad que no lo entiendo.

-Hija no trabajaré en la tarde para cuidarte, así que faltaré a la junta  -lo dice en un tono de madre protectora, pero  no me hace sentir bien que mis cosas  afecten su trabajo.

-No madre tranquila ya estoy bien, me siento bien. Además -le hago señas a Taylor para que me siga la corriente-Taylor se quedará  para cuidarme, no tienes porque faltar -lo digo un tanto nerviosa esperando  que Taylor capte las señas.

-Eh... si claro yo puedo quedarme no hay ningún problema, y si llegan tarde también me puedo quedar a dormir -mi madre nos miró a las dos.

-Está bien, pero Taylor te encargo darle las pastillas que le mando el doctor, ella es muy despistada y de seguro ni se acordará -es cierto nunca me acuerdo de nada. A veces pienso que si sufriera de diabetes y mi vida dependiera de inyectar me insulina me muero de una alta de azúcar, se me olvidaría la insulina y comería miles de dulces sin darme cuenta.

-Okey señora Lauren-dice Taylor. Siempre es ella la que me ayuda en todo.

-Bueno chicas me voy se me hace tarde, ya saben  cuídense - dice  mi madre subiendo al auto con mi padre.

-Está bien, adiós -decimos Taylor y yo al unísono. Pasaremos la tarde juntas me parece perfecto.

-¡Oye Michelle! -me dice Taylor tan alterada que me asusto.

-¡¿Qué?!-le respondo

-¡Recuerdas cuando te desmayaste! -dice alterada como siempre.

-¡Si no soy Dory! Me desmaye más no perdí la memoria -le respondo. Siempre  se altera por cualquier cosa, así sea una tontería, un día de éstos le dará un infarto.

-Bueno, sigo, apenas te desmayaste tocaron la puerta del salón y la profesora la abrió angustiada, todos estaban observando lo que pasaba pues yo estaba levantándote,  enseguida entró un chico y la  verdad  era guapísimo,  alto y hermoso.

-¡Te agradecería me cuentes detalladamente lo que pasó!  -le digo angustiada.

-Okey, okey, bueno te levantó y te colocó en su pecho, se notaba algo preocupado y al verme me dijo que llamara a emergencias. Al marcar el número le dije la dirección de un hospital  y salió del instituto rápidamente,  pero se fueron y no logre preguntarle su nombre ni de dónde te conoce. Al llegar al hospital pregunte por ti y me dijeron que ya te estaban atendiendo y  que un chico te pagó la consulta supongo que era él, pero jamás lo había visto -Cuando Taylor termino de hablar quedé atónita y sorprendida juraría que había abierto mis ojos del tamaño de un plato.

-¿Es enserio? -lo dije tartamudeando.

-Sí, deseaba comentártelo  antes pero estabas en el hospital y no quise asustarte -ahora me siento  peor que antes, quien  es chico, o sea, no socializo con nadie y Taylor dijo que estaba preocupado,  ella y yo literalmente conocemos a las mismas personas, tengo mucha curiosidad. ¿Quién es chico?

-Por favor Taylor ¿Podrías  describirlo detalladamente? -le pregunto ansiosa.

-Es alto y hermoso como te  dije antes, es de tez blanca, cabello entre castaño y negro, tiene un poco de barba y  buen estilo, tenía puesto unos pantalones de mezclilla pegados y una camisa azul que deja ver sus fuertes brazos -habla mi amiga con mucha facilidad.

-Okey, dije detalladamente, pero  solo te faltó decir de qué color tenía su bóxer -digo con sarcasmo- pero bueno estaré pendiente, además acuérdate que antes de entrar a geografía te dije que  tengo que contarte algo.

-Sí me acuerdo -habla como sí a un niño le fueran a dar dulces.

-En los últimos meses, he sentido que me vigilan, cuando camino al instituto, siento que me persiguen -lo digo en tono bajo- y creo que es el chico del que me hablaste.

Michelle en multimedia.

Bajo Mis Poderes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora