Capítulo 12

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-¿Qué? ¿Cómo... ¿Cómo es posible? Ustedes no son...-un nudo se formo en mi garganta impidiendo el paso de la última palabra.

-Michelle cálmate, sabemos que esto es algo que te debimos decir mucho antes, pero...

-¿Pero qué? ¿Pensaron qué me dolería? Pues sí, me dolió, pero,  ¿Por qué? ¿De qué o quién me están cuidando? ¡Y no me digan: "De personas que te quieren hacer daño!". ¡Porqué ya me quedó muy claro eso!- les dije con lágrimas en mis mejillas.

-Hace años, en una empresa de experimentos uno de  los mejores científicos decidió llevarse una reciente creación y mejorarla para aplicarla en animales, pero luego, ocurrió un trágico accidente- dice mí  padre y mira a mi madre nervioso.

-¿Y cuál fue el trágico accidente?- digo interesada en la historia.

-Su nieta, siendo apenas una niña sin pensarlo bebió de ése experimento, pensando que era agua, pues, era incoloro, un día después el padre de la niña fue a buscar el experimento, al no encontrarlo el abuelo de la niña llegó a la conclusión de  que lo habían robado, hasta que la niña confirmó que ella se lo había tomado, todos quedaron sorprendidos, la madre comenzó a llorar  pensando que su hija no resistiría a los químicos de esa bebida, el padre y su abuelo buscaron los mejores científicos para evitar que el liquido consumiera su cuerpo. Cómo habían transcurrido los días, y la niña no tenía cambios en su cuerpo, o algo que identificara el experimento en sí, el abuelo recordó qué había guardado un poco del experimento, así que él también bebió la última pizca que quedaba de la poción para ver sí hacía alguna reacción en él, y efectivamente, las habilidades aparecieron, y se obtuvo la conclusión que servía en adultos, no en niños. El secreto lo mantuvo el abuelo y los padres de la niña, porque era de lógica que le iban a informar a sus padres. Meses después no encontraban nada en cuánto a una cura, hasta que un científico logró descifrarla, la cuál era quitarle sus habilidades que surgirían al tiempo, ella tendría que morir, pero no sin antes someterla a miles de estudios, debido a que el líquido ya formaba parte de su organismo. Pocas empresas se enteraron de lo ocurrido, pero, sólo una se interesó en la niña, fueron a su casa, ya que, querían absorber sus habilidades la cuales surgirían con el tiempo. Sus padres la ocultaron para que ninguno de ellos la encontraran, por lo que decidieron enviarla a un lugar lejano, con una familia diferente, para rehacer su vida con su condición, y con espías alrededor, hasta que ella creciera- me dijo mi padre mientras que yo sólo me abstengo a observar.

-¿Y esa niña es...?- dije con un presentimiento sin querer saber la respuesta que era evidente.

-Esa niña eres tu Savannah-dice mi padre y mi madre sólo observaba nerviosa.

Es aquí cuando encaja una respuesta a una de mis preguntas. Recuerdo el día de la fiesta, que horas antes limpiaba el cuarto de mis padres y encontré una imagen de mí con un nombre diferente, y una fecha de nacimiento distinta, aunque en eso no hay mucha diferencia, cumplo años en el mismo mes, sólo que días antes.

-¿Savannah?- digo un poco confundida más de lo que estaba. Aún no lo puedo digerir.

-Sí, tu nombre real es Savannah Miller, y tus padres...

-Eso no podemos decírselo, está contra las reglas-interrumpe mi madre, se me hace muy difícil no tratarla cómo si no fuese mi madre.

-¡No! Díganme,  yo quiero saber, quiero conocer a mis padres verdaderos, ¿Creen que vivir en una mentira es sano? ¿Creen que estar rodeada de personas que me han mentido desde que tengo memoria está bien?- dije con mi voz rompiéndose y con un nudo en la garganta el cual es difícil de ignorar. Ellos se miraron de una manera cómplice y arrepentida, luego se dirigieron a mí.

-Lo siento Savannah, no podemos- dijeron, pero, de algo estaba segura, es que no descansaré hasta encontrarlos.

-Pues lo averiguaré, con o sin la ayuda de ustedes, ellos deben de estar en peligro y todo por mí culpa- hablé sin medir mis palabras, pero fue lo único que pude decir. Imaginarme a mis padres verdaderos en peligro se me rompe el alma, pero no puedo dejar que estén en riesgo solo por mi culpa.
No es que no quiera a los padres que me han criado en toda mi vida, pero no es justo que me hayan mentido, que me hayan ocultado semejante información sobre mi persona, eso, no tiene justificación.

-No, no puedes, estás en peligro y si te vas te perseguirán, créeme  son buenos buscando lo que quieren- dice William.

-Yo también soy buena buscando lo que quiero- escupo mis palabras.
Dicho esto salí de  mi casa, necesitaba ordenar mis ideas, saber que toda mi vida fue una mentira, es algo horrible, mis verdaderos padres se arriesgaron por mí y eso me hace sentir de una manera horrible y a la vez mal agradecida.

-¿Por qué tan sola?- dice una voz a mis espaldas.
No me había dado cuenta que estaba en una calle oscura, me volteo, y visualizo a un hombre con un aspecto de delincuente y ebrio, ignoro su comentario y sigo caminando, pero siento unos pasos detrás de mí.

-¿No me escuchaste?- insistió.

-Oye, cierra la boca y lárgate- le dije, no estaba de humor, hasta que sentí que me tocaron y giré rápidamente.

-Lo siento, pero no hago caso- dijo y me apretó la muñeca, a tal punto de lastimarme, empecé a moverme para desprenderme de su agarre.

-¡Suéltame! Maldita sea ¡Suéltame!- dije en un tono alto lo suficiente como para romper los tímpanos de alguna persona.
Recuerdo cómo lancé al chico de la fiesta ésa vez con solo empujarlo, coloqué mi mente en blanco para hacer lo mismo, pero, alguien lo sostuvo y me soltó, al darme la vuelta vi a Logan.

-Te  ha dicho que la sueltes imbécil- dijo con su mandíbula tensada, desde el punto de la calle en la qué me encontraba, pude observar las facciones definidas de su rostro, se veía demasiado sexy. Pero elimino esos pensamientos de mi mente para concentrarme en lo que ocurría, el chico lo miro de soslayo y se fue sin más.

-¿Estás bien?- me preguntó con un tono de  preocupación.

-Sí, eso creo ¿Cómo sabías donde estaba?- le pregunté.

-Ya te dije soy un espía y...- hizo una pausa, siento la incomodidad que existe entre nosotros, pero de igual manera, encuentra algo que decirme- ¿Ya sabes todo Savannah?- pregunta, pero se da cuenta con solo el cambio de mi cara que la respuesta es afirmativa.

-No me digas- expreso con ironía- Tú ya lo sabías- le dije, recordando que, todos lo sabían menos yo, bueno no todos, sólo las personas que me rodean, para mí éso es mucho.

-Sí, es sólo que no me correspondía decírtelo- me miro detenidamente y le devolví el gesto.

-Dios, ésto es mucho para mí- mí voz se escuchó agotada, mientras caminaba de un lado a otro en la calle oscura.

-Si, te entiendo, ven yo te llevaré a casa, no vaya a ser que tengas tan buena suerte y te encuentres con otro idiota, debes descansar- me dijo y sonreí un poco.

-Okey, como digas- dije, deseando que mis padres o las personas con las que viví todo éste tiempo, no se encuentren en casa, lo último que quiero hacer es verlos.
Entré a su auto, una vez ahí aproveché la situación para hacerle una pregunta que me carcome desde que salí de casa, y éso ya es más de dos horas.

-Logan ¿Puedo pedirte un favor?- él me observó mientras conducía con una media sonrisa en su rostro al escuchar mi pregunta.

-Depende- dice con tono burlón.

-Necesito que me ayudes, a encontrar a mis verdaderos padres, a mi abuelo y a dominar mis poderes- le dije, él abrió los ojos y freno de repente el auto.

-¡¿Qué?!- me dijo con asombro en su rostro descompuesto ante mi petición, pero, necesito ayuda, y él es mi única opción.

Bajo Mis Poderes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora