Capítulo 5

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Me levanto de inmediato al escuchar la alarma, tengo clases y me siento mejor que ayer. Voy al baño, me cepillo los dientes, me baño y me coloco ropa común, unos jeans y una blusa holgada con mis zapatillas. Abro la puerta de la habitación y bajo las escaleras veo a mi madre en la cocina y mi padre debe estar arreglándose para ir al trabajo. Mi madre me mira de pies a cabeza y frunce el ceño, típico de ella cuando se molesta o cuando algo le impresiona de una manera extraña.

-¡Wow! ¿Te ves diferente?-dice en un tono muy expresivo.

-¿Enserio? Siempre me veo igual, bueno en fin buenos días -digo, no sé qué le pasa, ha actuado muy extraño estos últimos días para ser más específica desde que cumplí dieciséis y eso fue hace un poco más de seis meses, y con sus juntas de trabajo, tal vez se comporte así por el estrés.

-Bueno cariño toma tu desayuno que vas algo retardada, y tengo que ir a la empresa ya, si quieres te llevo al instituto- dice entregándome el desayuno.

-No, gracias mamá, queda sólo a unas cuantas cuadras-dicho esto me voy, no es que no quiera que me lleve sólo que necesito pensar algunas cosas.

Voy caminando al instituto, y recuerdo en cámara lenta lo que ocurrió ayer con el libro, y las pastillas, sigo sin entenderlo, además que hoy me siento diferente, en el sentido en que tengo cómo más energía y fuerza, me siento así.

Me falta una cuadra para llegar al instituto, y de mi cabeza no salen las palabras de mi madre ayer, se escuchaba un tanto nerviosa y preocupada, pero no me atrevo a preguntarle, necesito más información y pistas pero de ella aún no.

Me dispongo a entrar y llegar a mi casillero para sacar mi cuaderno y el libro de biología, lo que no me gusta es que la misma profesora que enseña geografía da biología también, así que es un tanto cansado verla en otra materia.

Voy llegando al salón de biología y me encuentro a una sonriente Taylor esperándome.

-Te ves hermosa hoy Mich- me dice al mismo tiempo en el que me da un abrazo y le respondo el gesto.

-Gracias Taylor, me siento mil veces mejor que ayer -respondo con una sonrisa a mi parecer enorme.

-Pero... te ves un poco diferente, estoy segura que son tus ojos, ¿Te colocaste lentes de contacto de color verde? Porque sí no me equivoco tú tienes los ojos de color gris -me pregunta extrañada, aunque como ella a veces ve cosas que no son me dispongo a ignorarla, le jalo el brazo para adentrarnos al salón y sentarnos.

-Buenos días alumnos -nos dice la profesora muy amable para mí gusto.

-Buenos días profesora Jones -le respondemos todos al unísono.

-¿Cómo te sientes Michelle? Te veo con un mejor semblante, y con un lindo cambio -me dice amable, aunque no entiendo la última parte.

-Me siento mucho mejor, gracias, pero, ¿A qué cambio se refiere? -pregunto ansiosa.

-Pues sus lentes de contacto, le sienta el color verde en sus ojos -responde con una sonrisa y comienza la clase.

No es la primera persona que me lo dice, ya veo que Taylor no está loca como pensaba, y mi madre también lo insinuó pero más no lo dijo.

Pasan todas las clases igual de aburridas como siempre y espero a Taylor en la salida ya que Tom la había llamado así que miro mis uñas como si fuera lo más interesante que existe.

-Ey Michelle -llama mi atención Taylor.

-¿Qué pasa? -respondo sin ganas, ya estoy cansada de estar esperándola aquí.

-Tom me acaba de decir que mañana habrá una fiesta en su casa, y como es de lógica irás conmigo -me dice entusiasmada esperando mi respuesta.

-No iré, han pasado muchas cosas estos días y me urge descansar, además los sábados son para descansar desde que te levantas hasta que te duermes.

-Bueno, con más razón irás conmigo, te despejarás de todo y disfrutarás la noche.

Bueno, pensándolo bien, no estaría mal divertirse un rato.

-Okey, iré -respondo mientras que Taylor da saltitos de alegría.

-Hoy a las dos en punto, en el centro comercial para comprar la ropa que nos pondremos mañana -me dice y no me queda nada más que asentir.

Salimos del instituto y me dirijo hacia donde está el auto de la madre de Taylor, cuando la señora Rose puede buscar a Taylor, me lleva también a mi casa.

-Hola amores -nos recibe en el carro la madre de Taylor. Siempre tan cálida y amable.

-Buenas tardes señora Rose -le digo en tono suave el cuál casi nunca me sale, pues casi siempre me repugna todo y no hablo.

Llegamos a mi casa, salgo del auto, Taylor me hace señas de que me acuerde lo que haremos a las dos, yo sólo respondo asintiendo y busco mi llave para entrar a la casa. Miro mi teléfono en la cocina, lo más seguro es que lo haya dejado ahí en la mañana, cuando voy a agarrarlo se viene a mí como sí mi mano fuera el propio imán. No lo suelto por dos razones, la primera, no quiero que se le quiebre la pantalla, segundo, ya veo que ayer no eran los medicamentos que creía que me hacían alucinar y ya me estoy acostumbrando a qué esto pase.

Reviso la hora y es la una y media, comeré el almuerzo que me dejo mi madre en el microondas, y me iré a bañar, cambiar, para ir al centro comercial.

Ya lista, salgo de mi casa con mi teléfono y un pequeño bolso. El centro comercial queda más cerca que el instituto así que llegaré dentro de diez minutos.

Llego al centro comercial y veo a Taylor observando una vidriera, me acerco a ella y voltea.

-Al fin llegas, vamos por aquí, vi uno vestidos hermosos -dice entusiasmada.

-Okey, pero ahorita voy, tengo sed, así que compraré una botella de agua -dicho esto me voy y Taylor se va a la tienda.

Recorro los pasillos cuando por fin encuentro un puesto de bebidas y dulces, cuando voy llegando, alguien se me atraviesa y caigo de espaldas al suelo.

-Estúpido, ¿Qué te pasa? ¿Eres ciego o ves borroso? -le digo en un tono molesto y literalmente le grité.

-Discúlpame, ¿estás bien? No vi, no era mi intención, ven levántate -lo dice en tono ¿Preocupado? Sí creo que es eso, me da su mano para levantarme pero lo ignoro.

-La próxima vez tendré más cuidado -me dice apenado.

-No gracias, no habrá próxima vez -al irme le golpeo su hombro con mi hombro a propósito y me voy.

Compro el agua y me voy a la tienda, Taylor me espera con dos vestidos a la mano.

-¿Por qué duraste tanto? -me pregunta.

-¿Será por qué un idiota tropezó conmigo? -le respondo
-Uh... -dice mi amiga pero nos olvidamos de lo ocurrido.

Compramos nuestros vestidos, el mío es corto sin mangas color turquesa, es mi color favorito y el de ella es de color salmón también corto, sin mangas pero con encaje en su falda.

Nos disponemos a salir de la tienda, cuando ya vamos a salir del centro comercial, está a unos cuantos metros de nosotras el idiota que me empujó.

-Mira Taylor, el chico de allá fue él que se tropezó conmigo -le digo molesta, mi sangre se vuelve a hervir.

-Michelle, estoy segura que el chico que me señalas es el mismo que te sacó del salón de geografía cuando te desmayaste -me dice sorprendida.

-¿Qué? -respondo atónita.

Bajo Mis Poderes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora