Capítulo 8

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Estoy un noventa y nueve por ciento segura de que hablan sobre mí. Me doy cuenta de que las personas que están a mí alrededor saben algo que yo no, pero, Taylor no, ella no me ha dado muestras, o se ha comportado de manera extraña, nada de eso.

Bajo las escaleras lentamente para escuchar mejor.

-Lo sé, mejor dicho, lo sabemos, pero aún no, creo que tiene que experimentar más- habla en un susurro poco audible para la distancia en la que estoy. Veo que mi padre sólo se dedica a mirar.

-Yo sólo vine a advertirles, ya está comenzando, y por lo que pude ver ayer, aún no los controla - lo dice en tono decisivo. Tom da media vuelta pero antes de irse piensa algo como para decirle una última oración a mis padres.

-Ya se está dando cuenta- se va.

Bajo las escaleras como sí se fuera a acabar el mundo, pero con rabia.

-¡Me dicen todo lo que acaba de ocurrir! Ya estoy cansada de que hablen a mis espaldas y más sí es sobre mí, toda las personas que conozco o me mienten o me ocultan cosas, pero sí lo ocultan significa que es importante- hablo en un tono muy alto, el cual nunca le había hablado así a mis padres.

-Cuida el tono- me reprende mi padre.

-Discúlpenme, pero la verdad es que ya es la segunda vez que los escucho hablando sobre mí, ahora me doy cuenta que Tom también es cómplice- hablo indignada.

-Amor, no es lo que tú crees- dice mi madre.

-¿No es lo que yo creo? Entonces ¿De qué me estoy dando cuenta según Tom? ¿De qué siento que me vigilan? ¿De qué tengo como una especie de poderes? ¿Ustedes creen que yo soy estúpida? No, no lo soy, ya no tengo doce años, tengo dieciséis y medio, por sí no lo recuerdan, y pienso que me merezco una explicación por parte de ustedes- finalizo, tanto que quería decirles eso y por fin se pudo cumplir, sólo espero a que uno de los dos se digne a hablar.

Mi madre le da una mirada a mi padre, mientas él se la devuelve esperando a ver quién habla primero.

-Sabemos todo lo que te iba a ocurrir- habla mi padre quien se lleva una mirada de advertencia de mi madre.

-Prosigue- hablo.

-No te asustes con lo que te está pasando, es normal en ti, te van a aparecer nuevos poderes. ¿Ya te ocurrió el de mano imán?- asiento- ¿Superfuerza?- asiento-¿Amnepatía?- niego.

Tardo en procesar todo lo que mi padre acaba de decir.

-¿Porqué saben todo esto?- pregunto confusa.

-Ésa pregunta no te la podemos responder- habla mi madre.

-¿Porqué me persiguen?- hablo.

-Para protegerte- habla mi padre nervioso.

-¿Protegerme de qué o quién? Ya ni sé qué esperar de todo esto- hablo ya desesperada.

-No te lo podemos decir,  por favor Michelle, no hagas las cosas más difíciles de lo que ya están- habla mi madre en tono nervioso y preocupado.

-¡Ustedes son los que hacen las cosas difíciles, yo no! Sólo trato de obtener repuestas sobre mí y lo que hacen ustedes es esconderme todo, sí ustedes me lo hubieran dicho, esto no estaría ocurriendo y estaríamos felices todos. Pero ya sé que no todo es felicidad- dicho esto subo las escaleras y cierro con un golpe la puerta de mi habitación.

Llorar. Eso es lo que hago, lo que puedo decir es que sirve para sacar todo que llevas dentro.

Me considero una persona muy leal con los que están a mí alrededor, para que me paguen mintiendo y guardando secretos en mis narices, no vale la pena dar tu mejor cara, pero por dentro ni sabes quién eres.

Mis padres ¿Por qué ellos? Puedo esperar de otras personas todo lo que le pueden hacer a alguien débil, pero ¿Ellos? Nos considerábamos una familia unida y sin secretos pero aquí tiene mucho sentido la frase: "No todo es para siempre". Así que en realidad, me hace daño todo lo que me acaban de decir.

Llevo parte del día en mí habitación, pensando todo lo que ocurrió con mis padres, debo hablar con Tom él sabe algo que yo no. Suena mi teléfono y atiendo, es Taylor.

-¡Michelle!- dice como siempre alterada.

-¿Qué ocurre?- digo preocupada.

-Estoy en la puerta de tu casa  ¡Abre!- ¡Dios! Sólo ella puede darme sustos estúpidos.

-Okey ya bajo, deja de ser tan alterada por una vez en tu vida- cuelgo y bajo, mis padres debieron salir, gracias a Dios ya que estoy molesta con ellos.

-¡Hola!- dice Taylor al abrir la puerta.

-Hola, oye nunca me dijiste que vendrías a mi casa- le digo.

-¿Qué? Claro que sí, ¿Recuerdas que ayer me dijiste "mañana hablamos"? y a eso vine, y por cierto ¿Por qué te fuiste de la fiesta así? Tan deprisa- cierto no recordaba yo le había dicho eso.

-Okey, te diré todo- digo y subimos a mi habitación.

Una vez en ella, nos sentamos en mi cama y empiezo a contarle todo lo sucedido anoche, también le dije que no sabía de dónde saqué tanta fuerza, ah, y sin olvidar lo del chico misterioso, con sus hermosos ojos mirándome.

-¡O-por-Dios!- dice con voz elevada y saltando en mi cama.

-Oye, ya cállate, ya te dije todo, y no es sorprendente, más bien asusta- digo.

-¡Claro que sí Michelle! Acabas de describir a un chico con lujo y detalle, eso sólo significa una cosa- dice y espero que no diga lo que pienso.

-¡Estás enamorada!- lo dijo.

-¿Cómo se te ocurre? Ni sé su nombre, claro que no, ya comenzaste a decir calumnias-digo molesta.

-Ah, cambiando de tema, porque éste no me gusta ¿Porqué llamaste a mi madre para decirle que iba a una fiesta? Con el mensaje que me enviaste ayer que decía que venías bastaba no tenías que llamar...- me interrumpe.

-Michelle, yo ayer no llame a nadie sólo a Tom pero él no cuenta, menos a tu madre- me interrumpe de inmediato, y dicho esto, otra duda comienza en mi mente, ¿Quién llamó ayer a mi madre? Tom no puede ser por una sola razón, sí el vino ésta mañana para hablar con mis padres, sí hubiera sido él pudo haber llamado, pero, entonces ¿Quién?

Bajo Mis Poderes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora