VII. Ahora que decidí...

154 6 0
                                    

Mientras me dirigía a casa de Nat, pensaba en lo que me estaba pasando y es que ahora que decidí ser feliz, él vuelve a aparecer; viene a revolver todos mis sentimientos solo para confundirme; vuelve a hacerme daño, porque sí, me duele más que nunca, porque fuimos nosotros y nuestros recuerdos, sonrisas, te quiero y me afecta que aún así, después de lo que me hizo fue capaz de venir y hacerme desvanecer, enviarme de nuevo a ese vacío en el que me sentía sola, donde no podía ser feliz, abriendo esa caja fuerte que intentaba mantener oculta en el fondo de mi corazón para obligarme a no verla y volver a caer.

Es difícil para mí volver a verlo después de un año y ¿Todo este tiempo batallando conmigo misma solo para tenerlo en frente y que las piernas me tiemblen, o que de pronto sienta ganas de besarlo, abrazarlo y no soltarlo? no quiero creer que aun puedo sentir todo esto luego de lo que me hizo pero, no iba a ir a su juego, no pensaba volver a ese "amor" que solo me causó dolor, porque si, es cierto que me devolvió poco a poco esa felicidad que me fue arrebatada hace casi 10 años, pero también es cierto que la destruyó y me hundió mas.

Llegue a su casa y me estacione justo enfrente, me había dejado la puerta abierta para poder acostarse y esperar así a que llegara -Nat suele ser mas floja que yo- entre y subí inmediatamente y en cuanto llegue a su habitación, me tire en la cama quedando a su lado y recosté mi cabeza en su estomago.

-Lo vi... volvió- dije y una lágrima se me escapo, ella se estremeció y se incorporó en la cama mirándome fijamente.

- ¿Erick? - preguntó con el ceño fruncido y luego pasando a una cara de rencor cuando vio lagrimas caer por mis mejillas. Yo solo asentí- ¿Como se atrevió a buscarte? ¿Dónde te encontró?-soltó mientras se acercaba para abrazarme

-No lo se, yo... me siento mal... no puedo creer que me haya buscado, ¿por qué simplemente no se va para siempre y ya? No puedo verlo... me hace daño.

-Shh, tranquila, tranquila, ¿qué fue lo que te dijo?

Le conté todo lo sucedido y lo que sentía, ella no podía creerlo, se preguntaba: ¿Cómo supo que estabas ahí? ¿Por qué volvió? y la entiendo, la verdad es que yo tampoco se cómo se le ocurrió buscarme allí, nadie sabía que iría pues tenía mucho tiempo sin pisar ese lugar, nadie me imaginaba en ese sitio y menos sola.

Lloraba en los brazos de mi mejor amiga, pensado en lo que pasó, en todas sus palabras y volvían a llegar esos recuerdos tan hermosos que teníamos, todas sus promesas, los momentos importantes de nuestras vidas que compartimos con el otro; vuelvo a pensar que todo fue mentira, que nunca me quiso y solo buscaba hacerme daño o tal vez, sólo tal vez, si me quería y cayó en seducciones de mi amiga -No Samantha, No, nadie lo obligó a hacerlo. Te traicionaron- todo me causaba dolor.

Nat se levantó de su cama y bajo a la cocina, subió con un vaso de agua y me lo tendió. Se metio a su baño y escuche el agua caer, supuse que se daba una ducha. Salio y se vistió de una manera casual pero concordaba con lo que yo llevaba puesto. Con un movimiento me obligó a levantarme, secarme las lágrimas, a darle las llaves del auto y con una seña me ordenó salir.

-¿A dónde vamos? No tengo ganas de salir- dije con pesadez y montándome en el auto, la verdad es que los parpados me pesaban porque pase toda la noche llorando y hacerlo ahorita solo empeoraba mi sueño y mi cara de horror.

-Ya saliste, no estas en tu casa y tampoco irás allá.

-Pero estando en la tuya es como si lo estuviera.

-De igual manera, sigues estando fuera de casa - le voltee los ojos- Vamos Sam, quiero distraerte y en cierta forma hacerte sentir mejor, ya verás.

...

Llegamos a un lugar que era restaurante y bar a la vez, así que pensé que cenaríamos ya que eran las 7 de la noche y tomando en cuenta que no había comido bien y solo tenía en mi estómago el cereal de esta mañana -no se en que momento se fue el día- me pareció buena idea. Cuando entramos, pude ver a lo lejos a sus amigos: David, Tomas y Ben.

-¿Qué hacen ellos aquí? pensé que estaríamos solas, no quiero ver a nadie-me quejé, ya no me parecía tan buena idea estar en ese lugar y rodeada de gente.

-Les avise que vinieran, se que te harán sentir mejor, te caen bien y hacen reír mucho, amigos así necesitamos en estos momentos- fue lo que dijo y se dirigió rápidamente con una sonrisa hacia la mesa donde se encontraban.

- ¡Hola chicos! ¿como están? - esta castaña está alegre y yo aquí muriéndome por dentro por alguien que nunca lo ha merecido.

-¡Hoola, por fin llegaron! - dijo Tomas, hoy al parecer todos estaban felices menos yo.

-Hola- dije secamente, tal y como lo veo ya estos chicos saben de mi situación porque no han dejado de verme a los ojos, ¿cómo que nunca han visto a una mujer con ojeras?

-Oye Sam, ¿Qué nos cuentas? Nat nos comentó que trabajas en un restaurante, ¿sabes cocinar? -preguntó David.

-Oh no, no se cocinar, trabajo en un restaurante pero no se, solo me enseñan a fregar los trastes - mi tono sarcástico salió de maravilla porque todos se estaban riendo mientras David me hacia una cara de pocos amigos pero yo simplemente no podía reír, no en ese momento.

-¿Entonces si sabes?- Dijo Ben.

-Entré en un restaurante precisamente para cocinar, la cocina me encanta.

-Y la verdad es que lo hace muy bien y no lo digo porque sea mi mejor amiga- Nat ha probado mucho mi comida pues casi siempre que está en su casa sin Aisha -su mamá- me hace ir para cocinarle y dejarle todo listo para el día completo.

-Lo dices porque casi siempre me toca ir a tu casa para prepararte las 3 comidas del día sin contar las locuras de postres que quieres hacer- todos rieron nuevamente y yo seguía sin poder hacerlo, solo sonreía mientras ellos se divertían -de lo contrario, morirías de hambre.

Luego de cenar, nos quedamos mas o menos 1 hora sentados hablando -mas que todo ellos- y ahora nos encontrábamos en la barra pidiendo unos tragos.

-No deberías de llorar con esos ojos tan hermosos- Dijo Ben quien se había sentado a mi lado y estaba pidiendo dos "sexo en la playa", de verdad ¿Sexo en la playa?

-¿Yo, llorando?

-Vamos Samantha, se te ve en las ojeras que tienes y lo hinchado que están.

-Tu no me conoces.

-Y eso es justo lo que quiero, conocerte.

No se qué es peor: que Erick haya vuelto o que Ben me pida conocernos en estos momentos...

Hasta que...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora