XXXI. Tú.

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Mi papá llegó a casa con preocupación, a pesar de que intentó ocultarla para no preocuparnos a nosotros, imagino, yo pude darme cuenta de ello. No imaginaba qué era podría tenerlo así pero preferí callar y no decirle nada para disfrutar del agradable momento que estábamos viviendo.

Ya había pensado mucho en mi situación y en que quizás Erick salga lastimado pero no puede esperar que al llegar iba a correr a sus brazos y volver como si nada hubiese pasado, y aunque no pasó nada con Rousse, estuvo un año ausente, año en el que muchas cosas cambiaron en mí y desde hace un tiempo para acá Ben estuvo conquistándome.

Siempre he considerado el hecho de que el destino coloca a la persona indicada en el momento indicado, y es que ya está escrito el por venir de todos, solo que poco a poco se van despejando las nubes y dejan ver lo que tienen preparado para nosotros. Todo llega a su tiempo y deber, y todo está para que cada quien tome decisiones y sencillamente hasta eso ya lo sabe el destino, que decisión tomarás para así dejarte dar el próximo paso. Nos regalaron la vida para vivirla como nosotros así deseemos y es por eso que cada movimiento ya está coordinado, y no, no somos títeres de la vida, simplemente ya sabe qué darnos, qué no y cual será nuestra reacción.

Con todo esto, creo que la vida, y el destino, me colocaron a Ben cuando lo necesitaba, ya estaba predestinado que nosotros nos conociéramos y que le diera la oportunidad que me pidió, con el fin de que él pudiese desaparecer mis demonios, silencios y tristezas, y yo hacerlo feliz como el a mí.

No sé que pasará mañana, solo lo sabe Dios, pero si sé que me arrepentiría si hoy día no intento ser feliz de nuevo y dejo ir a esa persona que llegó para lograrlo, para quererme, como yo lo quiero a él.

Mientras mis pensamientos estaban enfocados en Ben, mi sonrisa no desaparecía, la gratitud que tenía en estos momentos con la vida no dejaba que se marchara. Mi papá lo notó cuando bajo y me encontró en la cocina mientras preparaba nuestra cena. Toda la tarde la pasamos con mis hermanos viendo cualquier película que ellos eligieran -no me dejarían a mi colocar una romántica, no les gusta- y ahora ellos estaban durmiendo. Tendría que despertarlos para comer.

-A ver, a ver ¿Qué es lo que te tiene tan feliz? Dímelo, para hacer que se quede siempre -dijo él con una gran sonrisa mientras me abrazaba y depositaba un beso en mi frente.

-Pá ¿Crees en el destino? -pregunte.

-Tanto así, que siempre supe que el me envió a la mujer más maravillosa para hacerme padre de mis tres hermosos hijos y hoy día sea feliz con ellos. Sé que todo pasa por algo hija y que el dolor no es eterno, es pasajero, como todo lo malo: no dura para siempre -la respuesta de mi papá me dejó anonadada, no es la primera vez que me dice cosas como esta pero si es la primera en que me lo dice con alegría, con devoción, como si estuviera realmente feliz aunque mamá ya no nos acompañe en nuestro camino.

-Yo también creo en el destino pá, y pienso que me han colocado a Ben en el camino porque sabían que lo necesitaba -conteste a su respuesta- Pá, me gusta Ben, y quiero darle la oportunidad que me ha pedido y hablar con Erick para explicarle todo -él parecía sorprendido, como si esperaba otra respuesta de mi parte.

-No te miento, estoy sorprendido, pensaba que a la final ibas a estar con Erick, pero... Ben me cae bien hija, se le ve que te quiere tan solo cuando te mira aunque sea de lejos. No se despegó ni un momento del hospital, aún así no quiso que tu lo supieras para no confundirte más, no quería que tomaras una decisión de la cual pudieras arrepentirte luego. Además, en el tiempo que estuviste dormida, entró a verte y te puedo asegurar que cuando entre yo pude ver como limpiaba lágrimas de sus ojos, aunque él intentó esconderlas. No fue muy bueno en hacerlo- ambos sonreímos - el punto es, que siempre te he dicho que lo que tu decidas estará bien para mi y estaré para apoyarte, siempre mi Sam.

Abrace a mi papá tan fuerte para que entendiera el amor que siento por él; mi papá y mis hermanos son todo para mí.

-Te amo mucho, pá.

-Y yo te amo a ti, Sam - contestó.

...

Había llegado el sábado, y yo aún no sabía que le diría a Erick en cuanto llegara la hora de encontrarnos en aquel café. Pense en miles de palabras que no lo hirieran y le hicieran entender que mi corazón había elegido a alguien mas. Ahora me encontraba alistándome para vernos y también imaginándome el inicio de una nueva historia.

Llegue al café y pude verlo sentado en una de las mesas del lugar esperando por mí.
En cuanto notó mi presencia, se levantó de su asiento para ayudarme a sentarme.

-No es necesario Erick -Él me miró confundido.

-Quise hacerlo, así como lo hacía antes.

Cada uno pidió lo que quería tomar. Se notaban sus nervios. Creo que algo le decía lo que yo estaba por espetar. No quería hacerle daño, lo que él llegó a hacerme, aunque no haya sido su culpa, ya pasó y no es mi idea hacerle lo mismo a los demás. Creo que la venganza no es buena. Hay un karma que existe y quien daño hace, daño le hará el tiempo.

-Erick necesito decirte...

-Creo que se lo que me dirás Sam.

-Bien, de todas formas quiero que me escuches. Hasta hace unas semanas yo solo despertaba, comía, estudiaba, trabajaba y dormía. Asi eran todos mis días. Mi familia había pasado a segundo plano por mi tristeza. No encontraba consuelo hasta que un día simplemente llegó a mí. Me di cuenta del error que cometía al no pasar tiempo con ellos y al no dedicarme a sacarme del vacío. Lo logre, por amor, porque comence a ver la vida como la veía cuando tu llegaste para complementar a los que ya día tras día intentaban anirmarme. Y conocí a Ben, al principio era intimidante, casi no hablabamos pero luego me dijo todo lo que pense que no quería escuchar de nuevo. Le guste, aún teniendo mis demonios, mis tristezas, aún cuando casi no sonreía, cuando le daba todo lo que podía a los demás para levantarlos y no lo hacía conmigo misma. Me gustó. Porque logró verme tras las oscuridad en la que vivía. Y me gusta, porque intenta ayudarme a sacarme de ahí. Y no quiero hacerte daño, sabes que no me gusta la venganza y aunque no haya sido tu culpa, todo lo que pasó me ha hecho entender que quizás tú fuiste un capítulo de mi vida que me enseñó que puedo volver a ver el mundo de color. Pero ahora me lo está enseñando alguien mas. Puedo ofrecerte mi amistad si lo deseas, podemos intentar ser buenos amigos. Pero siempre y cuando aceptes mi decisión.

Me miró fijamente durante mis palabras, estoy segura que cada una de ellas le había sentido. Me siento mal por eso, pero debo aceptar yo también lo que quiere mi corazón. Debo aceptar que merezco una oportunidad. Ben merece una también. Y si no sale bien, al menos lo intente.

-Ok -dijo- solo quiero pedirte una cosa.

-Dime.

-¿Podrías regalarme un abrazo? - pidió. No le negaría eso, así que me levante de mi asiento y me acerque a él. Lo abracé y luego todo pasó muy rápido: Erick estaba besándome a la fuerza y lo próximo que pude ver al soltarme de su agarre fue la cara de decepción de Ben. Si, Ben estaba justo detrás de nosotros observando la escena.

Mi corazón se agitó en cuanto lo vi salir del café. Salí corriendo tras de él para explicarle todo.

-¡Ben, espera! -Grite.

-Sam, no tienes nada que explicar si es lo que quieres hacer ahora. No te preocupes por mí.

-Eres tú -Dije sin más.

Hasta que...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora