XXXIV. Tú y yo.

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Soy partidiaria desde hace unos meses para acá que la vida hay que vivirla un día a la vez. Siempre lo había escuchado, sin embargo, no fue hasta que tuvimos que pasar por tantos obstáculos, situaciones y dolores, para pensarlo así. Ahora, hoy por hoy, me siento realmente feliz, tengo una familia maravillosa, un novio encantador, que me ama y yo a él, y los mejores amigos del mundo. Por primera vez despues de tanto tiempo, me siento plena.

Por otra parte, obviando la palabras que dije en la que estoy feliz con mi vida ahorita, hoy no es un buen día,  pues mamá cumple un año más desde que se fue al cielo.

Mis hermanos, papá y yo, nos dirigimos a misa para luego pasar a dejarle flores. Aunque para muchas personas esto sea una perdida de tiempo y piensen que lamentablemente ya esa persona no la tendremos cerca ni yendo a su lugar de descanso, para nosotros es lo contrario. Si, sabemos que ella no está, pero ahí descansa una parte de ella, de alguna u otra manera sentimos que yendo a ese lugar sentimos que podemos estar con ella, sentimos que está aún mas cerca, aunque todos sabemos que siempre está con nosotros, es grato poder ir cada vez que podamos y dejarle flores. Las que le encantaban y seguramente le siguen encantando.

...

Al salir de la misa, inmediatamente vamos a su encuentro. Papá en el camino compra sus flores y al llegar todos bajamos y nos tomamos de las manos. Caminamos en silencio, el cual no es incómodo, nos da la calma y la paz que necesitamos cada vez que venimos los cuatro. Veo a papá sentarse al frente de su tumba y todos hacemos lo mismo. Y por fin, después de tanto tiempo, me decido a contarles lo sucedido.

-¿Recuerdan el accidente que sufrí hace ya algún tiempo? -Pregunte con la vista fija en la foto de mamá.

-¿Cómo no recordarlo? Fue uno de los peores días, sin contar los que estuviste en coma -Respondió papá, a lo que Tomas y Mateo asintieron.

-Lo que para ustedes pareció días, para mi fue quizá una hora, podría decir que menos -Los mire - lo que realmento quiero decir es... que la vi. Mamá estaba ahí, conmigo.

-¿Qué? - Preguntó papá, mientras que una lágrima rebelde caía por su mejilla derecha por lo que me apresure a limpiarla y dedicarle una cálida sonrisa.

-Debo confesarte que le pedí que me llevara con ella, que quería estar a su lado para ya no sufrir su pérdida nunca más - lágrimas cayeron de los tres esta vez, y sentía como mi corazón me decía que lo mejor fue quedarme, no haberme ido aquel día.

-¿Por qué? -Preguntó Mateo -Si te hubieses ido aquel día, nuestro dolor sería mayor.

-Hermanito, no debemos sentir dolor. Mis lágrimas siguen cayendo porque no la veo, no la puedo tocar, no la puedo abrazar, pero ¿saben algo? Ella siempre está con nosotros y está muy feliz de vernos juntos a los cuatro como familia.

-Puede que haya sido un sueño producto del coma que provocó el accidente-habló papá.

-Pa, el cielo si existe, todo en ese lugar era mágico, todo estaba blanco e irradiaba luz y ¿Sabes por qué se que no fue producto del accidente? -Negó- porque me dijo que quería vernos felices, que estaba orgullosa de lo que hoy somos y que te ama. Me dijo que siempre está y estará con nosotros y desde ese día les puedo jurar que creo sentirla.- papá no dejaba de derramar lágrimas, su mirada ahora estaba dirigida al cielo mientras esbozaba una pequeña sonrisa delicada, llena de ternura y de amor.

-Mamá siempre estará con nosotros- habló Tomas.

-Si hermanito, así es.- lo abrace, y Mateo se unió a nuestro abrazo.

-Yo también te amo- dijo papá en un susurro dirigiéndose a mamá con la vista al cielo- vivirás por siempre en nuestros corazones.- mi corazón se agitó, las mismas palabras que le había dicho yo aquella vez que pude verla, ahora las decía mi papá para ella. Los cuatro nos unimos en un abrazo, dejamos las flores y nos fuimos a casa.

Era sábado, habíamos aprovechado la mañana para ir a la iglesia y a visitar a mamá. Ahora, era de tarde y estabamos pensando qué preparar de cena. Había invitado a Ben a cenar. Papá y él se la llevan muy bien y con mis hermanos, ¿Qué puedo decir? Siento que lo quieren mas a él que a mí -Exagere-.

-¿Preparamos pizza? - Preguntó Tomas.

-Mmm, ¿No les gustaría mejor unas hamburguesas? - Preguntó Mateo.

-¿Qué dices tu papá? - Le pregunte.

-Lo que decidan ustedes estará bien para mí. -Sonrió.

-Bien entonces se hará de manera justa y madura- sonreí- Si cae sello será hamburguesas y si cae cara será pizza- Tomas y Mateo rieron por lo que yo sonreí, pero luego asintieron. Era la mejor forma de salir del debate.
...
Pasada las 7 de la noche, ya la carne para las hamburguesas estaban listas. Por lo que me encontraba cortando y lavando los vegetales que les agregaríamos. El timbre sonó y una sonrisa apareció en mi rostro. El amor definitivamente es mágico.

-Buenas noches Sr. Williams- le escuché decir desde la puerta.

-¿Cómo que señor? Dime Steven hijo, ¿Cuántas veces me harás decírtelo?

-Lo siento, Steven, es cuestión de costumbre. No todos los días se gana el respeto y la confianza de un suegro- escuché la risa de ambos, y mi corazón brincó de felicidad.

Creo que algunas veces puedo ser demasiado romántica o empalagosa.

Durante la cena, todos reímos y compartimos anécdotas que hayamos vivido. La pasamos tan bien como siempre, hasta que Ben toma su vaso y con el tenedor se ayuda para dar unos golpecitos en el mismo y llamar nuestra atención.

-Hmmm, hmmm- carraspea su garganta- Familia, sé que puedo llamarlos así porque eso han sido desde hace un año para acá. Es por eso que delante de ustedes quiero decir lo siguiente: Tú- Me mira  fijamente- mi amor, que has podido con todas las adversidades que te ha puesto la vida, que has seguido adelante pese a los obstáculos, que has sabido llevar cada peso en tu cargo, que sé que si has podido con todo el pasado, podrás con todo lo que pueda venir ahorita y en el futuro. Quiero decirte delante de tu papá y tus hermanos que... -y se arrodilla, mi corazón está latiendo a mil por segundo, mi respiración se ha descontrolado y las manos me han comenzado a sudar, todos lo han notado y me miran sorpresivamente ¿Es lo que yo estoy pensando o?- me tienes completamente enamorado y te amo. Fin- Mi expresión cambia totalmente a una confundida.

Todos empiezan a reír y mi respiración se normaliza.

-Por un momento pensé que...

-¿Qué? - pregunta Ben.

-Que era una propuesta -Sonrío.

-¿Una propuesta? ¿Cómo cuál? -Pregunta de  nuevo.

-Olvídalo. Yo también te amo- y lo tomo para darle un corto beso en los labios. Esta vez papá carraspea.

-Bien, ¿En qué estábamos?

-En que seremos tú y yo toda la vida- me dice Ben mirándome a los ojos aún arrodillado.

-Ella es mía- contraataca papá.

-De los cuatro- le responde Ben señalando a mis hermanos también.

Y así comienza una batalla entre los dos mientras mis hermanos y yo solo podemos reír.

Hasta que...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora