XIV. Regresé

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Iba en camino a mi verdadero hogar, lo cierto es que ya lo extrañaba; extrañaba a mi familia.

Erick ya había regresado dos días atrás, se lo pedí yo misma de manera que, estando sola al menos 48 horas, podría ,por fin, pensar sobre todo; Él, mi nueva yo, porque si, si antes ya había decidido ser feliz, hoy mas que nunca deseo serlo, ya me canse de ser esa amargada que llega y se encierra en su habitación, esa aguafiestas a la que invitan a cada reunión y siempre tiene "algo más importante que hacer", ¿qué cosa más importante tenía que hacer? al menos que sea pasar tiempo con mis hermanos y mi papá y ni eso ocupaba aquella frase en ese entonces. Estaba dolida conmigo misma; Primero, porque no puedo creer que pase tantos años de mi vida esquivando a mi familia, perdí casi 10 años de poder vivir de alegrías día a día junto a ellos y ya eso no volvería a pasar, no importa lo que pudiera suceder, siempre tendría una sonrisa en mi rostro cada vez que lo necesiten, así como me la han regalado a mi para darme fuerzas, esas que hasta el momento no me han dejado caer; Segundo, ¿Hasta que punto voy a tener que llegar para dejar de ser así? por ser tan vulnerable es que el dolor me ha arrastrado siempre, cualquier cosa me afecta demasiado y eso no es para nada bueno. Él corazón no puede cuidarse solo ¿o si?, el mio ha tenido que pasar por tanto y aun así parece estar dispuesto a darle una oportunidad al hombre que lo hizo romperse ya una vez, ¿sería capaz de volver a dejarlo acercarse y herirlo de nuevo?, aunque le deje en claro a Erick que por lo momentos solo somos amigos, no creo que el se quede de brazos cruzados y me trate de manera amistosa. Dejare mi vida amorosa a un lado, mi prioridad es hacer feliz a los que llenan mi corazón de verdadero amor.

Sin darme cuenta ya estaba por llegar a mi casa así que comencé a buscar mi celular para llamar a papá y avisarle que salieran a recibirme. En cuanto lo hice, se contentó por la noticia ya que no tenia idea de que llegaría un día antes de lo pautado. En el camino encontré algunos dulces que sé, aman mis hermanos, y chocolates para mi papá y para mi; compre algunas película de igual manera para convertir la casa en un cine solo para los 4.

- ¡No sabes cuánto te extrañamos! -dijo papá mientras me abrazaba al bajarme del auto.

- Y yo a ustedes pá. La próxima vez iremos todos, sin ustedes no iré.

- Entonces... ¿Cuándo nos vamos? - preguntó tomas y todos nos echamos a reír, acababa de llegar y ¿ya quería que nos fuéramos y que dejara aquí el trabajo y mi universidad por más tiempo?

- Me encantaría que fuese muy pronto bebé pero voy llegando y debo reintegrarme en el trabajo y ponerme al día con la universidad, no puedo dejarlo por más tiempo dentro de poco - respondí.

- Esta bien pero en cuanto te den tus vacaciones nos iremos a pasarlas allá - sonreí mientras lo atraía hacia mi para abrazarlo.

- Por supuesto que sí.

-¿Por qué no entran? - preguntó Mateo parado en la puerta de la entrada.

- ¿Es que acaso tú no me echaste de menos? No has salido a saludarme.

- Estaba esperando que entraras hermana, voy despertando. Además, no seas tan exagerada, que no salga a recibirte no quiere decir que no te extrañe- En su cara se notaba que efectivamente acababa de levantarse.

- Esta bien, entremos.

Mientras los hacia decirme lo mucho que me querían y que no les daría lo que les traje si no lo hacían, papa ya estaba comiéndose uno de los chocolates que traje y revisaba las películas.

- ¿Tienen algo preparado para hoy? espero que no porque... -observe la cara de Tomas quien no estaba muy convencido de dar su respuesta- ¿Qué pasa Tomas?

- Es que hoy iba a salir con Tara, al cine precisamente... Papá se ofreció en llevarnos.

- ¿Y que te parece si la invitas a pasar un rato con tu familia? traje muchas películas que estoy segura le gustarán, además de dulces deliciosos los cuales son los favoritos de su... -Tomas se sonrojo de inmediato y papá, Mateo y yo comenzamos a reírnos.

- ¿Su qué? - preguntó apenado.

- Nada Tommy... - Su cara se sonrojó aún mas y nosotros no parábamos de reír.

- ¡No se burlen de mí! -dijo molesto.

- No nos burlamos Tomas, solo que eres una ternura, con 14 años y tus ojitos no mienten acerca que esa niña te gusta mucho; Te delatas tú mismo.-habló esta vez papá.

- Le diré a Tara si le parece venir a ver películas con nosotros. Por cierto Sam, ya quiero mis dulces - sonreí mientras caminaba en dirección de los dulces, los tome y se los di.
...
La tarde pasó y Tara si pudo acompañarnos. casi podía escribir un poema con la cara de Tomas cada vez que la veía,  eran tan lindos los dos; ambos sonrojados y apenados con tan solo dirigirse la palabra e incluso cuando sus miradas se cruzaban, mientras veíamos la película, se notaba el nerviosismo dentro de ellas y un sentimiento escondido en el silencio. Sus sonrisas reflejaban más de los que ellos podían imaginarse y cuando vinieron por Tara y al darse cuenta que ninguno de los dos quería despedirse, Tomás tomó las fuerzas necesarias para darle a ella un beso en el que dejaba al descubierto, frente a sus ojos, lo que él ha estado sintiendo desde que la conoció. Esta a su vez con una sonrisa tímida y aún sorprendida por la iniciativa de Tomas, agarró sus manos y le devolvió el beso, un beso fugaz y salió corriendo a donde la esperaban.

-Este fue el mejor día de mi vida. - dijo Tomas mientras admiraba como se marchaba Tara.

-Bien hecho campeón. - le dijo papa, quien ya se encontraba a su lado con una mano apoyada en los hombros del pequeño.

-Tienes que pedirle que sea tu novia, pequeñín. - comenté y volteó teniendo los ojos como platos y sonrojado por mis palabras.

-¿Creen que ya sea el momento correcto para pedírselo? Yo... No es que no quiera, pero lo que no quiero es hacerla sentir incómoda o presionada.

-Te dirá que si. - lo alenté con mis palabras - ¿Cierto Mateo? - no había comentado nada y estaba perdido en sus pensamientos.

- ¿Ehmmm qué? - todos comenzamos a reírnos.

-Creo que no soy el único que está enamorado aquí. -asentimos con una incógnita, que sé, todos teníamos en este preciso momento- Lo haré mañana mismo, la invitare al parque y se lo pediré. -que ternura.

- Te llevaré, así compramos unas flores en el camino. -Estoy más emocionada yo, que él.

Y así nuestro día terminó con la felicidad como invitada especial.

Hasta que...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora