XVII. ¿Una rosa para mí?

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Era impresionante mi ánimo cuando desperté esta mañana, no lo podía creer. Es asombroso sentirse bien consigo misma, soltar aquello que te hace mal y empezar desde cero por completo. Me sentía viva, amaba la vida, y la viviría como debía ser.
Me encontraba en la universidad con Nat y ambas no dejábamos de sonreír, ¿la razón? ¿Alguien o algo tal vez?, no, la verdad nosotras mismas lo decidimos porque merecemos estabilidad, la misma que pueden tener otros y no tener algunos que están encerrados en esa burbuja de malas vibras, malos pensamientos y sentimientos débiles en la que estuvimos una vez.
Aunque todavía no supero lo de Nat y su ex novio, hablaban, ella aún no lo superaba y se entera que tiene novia, debió ser muy duro para ella, hace creer que es de sentimientos fuertes y que no le importa lo que pase a su alrededor, pero yo que soy su mejor amiga y la conozco como a mí misma, sé que no es así; si es cierto que trata de serlo pero nunca puede y alguna situación puede desequilibrarla de inmediato, lo bueno es que definitivamente si sabe esconderlo, no demuestra ningún rasgo de tristeza frente a los demás, solo frente a mí.

Estábamos sentadas en las gradas de la cancha hablando sobre los trabajos pendientes que tengo cuando llegaron Ben y David y se sentaron en las gradas que estaban debajo.

-Hola preciosas, ¿Por qué tan Solitas?-Saludó David.
Me sentía un poco incómoda con la mirada de Ben, después de lo que pasó en el restaurant, no habíamos hablado y tenerlo frente a mí, mirándome de esa manera me hacía sentir de una forma extraña, no sé cómo explicarlo.

-Hola-dijo Ben sin apartarme la mirada.

-Hola, no estamos solas tontito, ambas nos hacemos compañía. Digamos que está "Soledad" de ambas, nos sienta bien.

-Oh vaya, entonces ¿Nos vamos?-preguntó David al contestarme.

-Quédense un rato si quieren.-le contestó Nat con una sonrisa.

Así pasamos una hora los 4, hablando y riéndonos de cosas estupidas y sin sentido. La incomodidad entre Ben y yo se había esfumado y nos sonreíamos cada cierto tiempo. Cuando se estaban alejando sentí la vibración del teléfono en mi mano dictando que tenía un nuevo mensaje de un número desconocido.

Número desconocido
-Estas hermosa hoy...
9:35 Am.

Subí la mirada y él había volteado para sonreírme por lo que supe que era él, el del mensaje, eso me hizo tornar un color carmesí en mi rostro y Nat lo notó.

-Oh vaya, así que... ¿Te gusta Ben?

-¿Que? ¡no! -le coloque el mensaje que me envió y ella rió.

-¿Qué?-pregunté

-Nada, te parece atractivo Ben o no... Te gusta.

-Que no. Ya te dije que no pienso en relación ahorita, y está mi situación con Erick que tengo que arreglar. ¿Cómo va a gustarme Ben?

-Gustándote - dijo alzando los hombros y comenzando a reír. Nos dirigimos a clase y al salir me fui al trabajo donde Jan seguro estaba esperando por mi.

Al llegar, era otro quien me esperaba: Erick estaba sentado en una de las mesas del restaurant tomando una tasa de café y al verme se acercó a mí inmediatamente.

-Te estaba esperando, ¿cómo estás?

-Estoy bien, ¿qué haces aquí? -pregunté sin apartarle la mirada.

-Quería pasar a saludarte.

-Bien, ya lo hiciste. Es el trabajo, aquí no podemos conversar, estoy en mi horario. Hablamos después.

-¿Qué tienes? -preguntó elevando una ceja.

-Solo amigos Erick ¿Lo  recuerdas?, no quiero una relación. Quiero estabilidad por lo que ser amigos estará bien.

-Esta bien, hablamos después preciosa.

-Hasta Luego Erick.

Camine hasta Jan sin mirar atrás, quien me abrazó efusivamente y sonriendo me dijo:

-Estoy orgullosa de ti.

-Yo también-le conteste con una amplia sonrisa en mi rostro.

La tarde se pasó rápido y ya solo faltaba una hora para salir del trabajo.

-Sam -escuche a Jan decirme desde atrás.

-Dime Jan.

-Te dejaron esto. -dijo mientras estiraba su mano para darme una hermosa rosa con una nota amarrada a ella.

"Tan hermosa como tú"

...

¿Quién le habrá dejado a Sam esa rosa?

Hasta que...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora