XXXIII. No me dejes.

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La brisa acariciaba mi rostro con dulzura mientras el mar abrazaba mi cuerpo para darme calor. Las aves se escuchaban tanto como las olas, ellos hablan sin emitir palabras, ellos dicen todo y a la vez nada, ellos dan paz en medio de la tormenta. Y eso me recuerda a ti. Estar en este lugar que siento que me cubre como un manto para cuidarme de los males, me recuerda a ti. Te pedí que no me dejaras, que te quedaras conmigo, y eso hiciste. Luego de tres meses de sufrimiento al final pudiste con la batalla y te has quedado para cuidarte y para cuidarme. Descubri después de eso que ya te amaba, te sigo amando y aún mas. Ahora juntos, siempre juntos y con una vida para vivirla juntos. Siento que de nuevo ha llegado la felicidad a mi puerta, ahora completa, con mi familia y contigo. Hay mucho por recorrer, por descubrir y experimentar, y quiero hacerlo pero contigo. Solo contigo. No pense volver a sentir esto, al menos no tan pronto, las mariposas en mi estómago y el vaiven de emociones cada que te veo. Y es que te miro a los ojos y me siento segura, te miro y me veo a mi, te miro y no hay nadie más. Ahora mas que nunca creo en el destino y que el futuro siempre nos trae algo bueno. Te trajo a mi. Ahora te tengo y no quiero soltarte. Quiero tomarte de la mano frente a todos, darte un beso debajo de la luna , correr contigo en medio de la lluvia, disfrutar de la playa a tu lado -ya lo estoy haciendo y no puedo estar mas feliz- admirar las estrellas y decirte que siempre fuiste tú, porque no fue hasta que tú llegaste que entendi lo que es realmente el amor. Lo entiendo hoy y lo entenderé toda la vida.

-Entonces es él. Si es él. Lo veo en tus ojos, lo miras como si no existiera nadie mas -Me dijo Erick. Quien ahora se había vuelto nuestro amigo y parte del grupo.

-Lo miro como se mira a quien se ama. Es él quien tiene mi corazón en estos momentos y si lo cuida como yo el de él, lo tendrá por mucho tiempo -respondí con una sonrisa enamorada- pienso que quizás siempre fue él pero primero tuve que recorrer parte del camino contigo. A veces las personas no llegan para quedarse, sino para enseñarnos lecciones. Creo que nuestro destino era este. Todo estaba planeado. No eramos el uno para el otro como dos personas enamoradas, somos el uno para el otro pero para entendernos y apoyarnos, asi como ahorita que tenemos nuestra amistad. Me siento bien con eso y me siento bien y feliz al lado de Ben. Estos seis meses han sido extraordinarios. La tristeza se fue de mi vida Erick, he soltado el sufrimiento por mi mamá, la extraño, muchísimo, pero como ella me dijo, solo quiere vernos felices.

-Creo que verte de esta manera me hace feliz a mí. Aunque ya no seas para mí, me alegra tanto saber que quien te tiene, te merece, te cuida y te ama tanto como lo hice yo.

-¿Que tanto hablan ahí? -Escuche a Ben gritar mientras se acercaba a nosotros y no podía evitar sonreirle.

-Que te amo- solte. Ahora me acompañaba con su sonrisa, llegó a mi y me abrazó con tanta fuerzas como pudo mientras depositaba un beso en mi frente.

-Te amo Williams -No podía estar más enamorada.

-Tortolitos -gritó Nat esta vez -Vengan con nosotros.

Nos dirigimos hacia la fogata que estaban armando todos y nos sentamos alrededor.

-Mira quien habla de tortolos-le hable a Nat- ¿Tú y David que? Picarona.

David y Nat desde hace dos meses son novios. Se ven felices. Aunque los primeros días parecían odiarse, ahora solo irradian amor. Mi mejor amiga olvidó a su ex novio de un momento a otro en los brazos de David. Merece que la quieran, merece estar como está: rodeada de amigos, de personas que ahora son su familia, de alguien que la ama, asi como David lo hace. Siempre hemos sido su familia sin tener su sangre.

Todos hemos venido a este viaje, nuestros amigos de la universidad e incluso papá, Tomas y Mateo están aquí.

Mi vista viajaba de la fogata que aún no iniciaba y al maravilloso paisaje que tenía frente a mí. La playa es el lugar perfecto para reiniciarse.

-El atardecer es aún mas lindo si estoy contigo- me susurro Ben al oído - recuerdas lo que me repetías y repetías en el hospital.

-No me dejes.

-Sería un idiota si lo hiciera. Sam -gire para encontrarme con esos ojos que me cautivaron desde el primer momento en que los vi- no te dejaría. Eres mis mejores momentos, la persona mas especial en mi vida, mi alegría, mi felicidad, mis sonrisas, todo eres tú. Y será así hasta que tú lo decidas o el destino nos depare algo más pero, si no me equivoco, eres tú y quiero pasar mis días contigo -¿les ha pasado que al escuchar palabras como estas de su chico las hace temblar, flaquear las piernas y querer desmayarse? Un drama total, lo sé, pero es lo que estoy sintiendo en estos momentos.

-Yo no decidire separarme de ti. Creo que somos el uno para el otro. Llámame exageradamente romántica, tonta tal vez, todo lo que quieras. Pero con todo lo que hemos pasado, lo que sufrimos al vernos el uno al otro en un cuarto de hospital, como cuando te vi ahí Ben, en frente de mi, sentí que mi mundo se vino abajo, lo único que quería en ese momento era que no te fueras, que no me dejaras, que te quedaras conmigo y lo repetí, si, miles de veces para que me hicieras caso y aquí estamos. Te amo, como a nadie, y quiero y voy a estar contigo hasta que Dios me lo permita -una lágrima corrió por mi mejilla.

-No llores preciosa -susurró mientras pegaba su frente a la mía.

-Lloro de felicidad, porque se que ya no serán mas lagrimas de sufrimiento. Mientras este contigo, con papá, Tomas y Mateo, estaré muy bien- Solo... nunca me sueltes.

-No lo haré. El destino nos juntó y nosotros lo haremos funcionar, día tras día. Te lo prometo.

Un beso sello nuestro momento, estaba feliz, después de tanto tiempo me sentía plena. Mi mamá está conmigo, está con nosotros, luego de hablar con ella, se que nos mira. Cada día, cada minuto, cada segundo, se encuentra observando nuestros movimientos y solo desea nuestra felicidad. La tenemos, hoy en día y se que al igual que yo, mi familia también desearía que estuviera fisicamente aquí pero en nuestro corazón siempre estará, hasta el día que volvamos a estar juntos. He pensado en contarle a mi papá, al llegar del viaje lo haré. Quiero que sepa que la vi, que se que no fue una ilusión o un sueño, que para mi fue muy real. La sentí, volvi a sentir su calor a través de su abrazo y que su dulce voz inundó mis oidos durante el tiempo que estuve con ella. Necesito que escuche lo que mamá me dijo. Necesito que sepa que ella lo ama y que todos los día nos cuida.

Definitivamente el amor de una madre en infinito. Va más alla del cielo.

Hasta que...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora