¿En cuánto tiempo se puede acabar la vida? 1 hora, 30 minutos, tal vez 15 ... Incluso en 1 puede terminarse la vida. Una luz, un paraíso totalmente en blanco y la maravillosa, dulce y melodiosa voz de la mujer de mi vida, mi madre, es lo único que puedo recordar.
Vivimos sumergidos en una ideología donde creemos que nuestra vida no la podemos mejorar, que nuestro por venir depende de los días malos que tenemos y que esa mala suerte nunca se irá; que nuestro desamor se debe a nosotros mismos y que las falsas amistades nos llegan porque lo merecemos, pero no, nada es así, y ahora me doy cuenta por haber estado apunto de morir, porque por un poco más hubiese estado en otro lugar y no donde aún pertenezco. Vivimos culpándonos por nuestro dolor y lo cierto es que nada es nuestra culpa; son pruebas, montañas gigantescas que se nos coloca en el camino esperando que seamos capaces de subirla y bajarla, con dificultad, sin dificultad, da igual, algunos son más fuertes que otros, la verdadera misión es lograrlo, llegar al otro lado cueste lo que cueste, con nuestra resistencia, fuerza y las ganas de luchar. Las experiencias que vivimos no son más que maneras de hacernos ver diversas perspectivas, todos los lados, tantos buenos como malos, para que no nos vuelva a pasar lo mismo una y otra vez y eso NO ESTÁ MAL. No está mal equivocarnos, no está mal llorar, sentirnos mal e incluso no está mal pensar que estamos haciendo algo mal o que tenemos algún defecto. Todos cometemos errores, nadie es perfecto, todo el mundo llora y en algún momento de la vida alguien tiende a sentirse mal; lo que sí está mal es dejar de intentarlo, dejar de buscar lo que está saliendo mal, lo que no me está haciendo bien y pasar por alto el defecto que pueda estar causando en mí una negativa, porque puedo intentar cambiar lo que está mal por aquello que este bien; y a defecto me refiero a que puede que seamos groseros ciertas veces, egoístas y algunas personas no tienen humildad, y si alguno no lo sabía, esos son defectos, no debemos ir por la vida tratando mal a los demás, gritándole o siendo grosero con nuestros padres o amigos y hasta desconocidos, teniendo el corazón tan duro como para no ayudar al prójimo que necesita de nuestra ayuda; defecto no es no tener un cuerpo perfecto, cada quien debe amarse tal cual como es, con sus características propias, su corazón único y su pensar: todos diferentes, pero todos valiosos. Y pienso todo esto porque la vida es plena felicidad, es un viaje único y especial, y a mí me ha dado la oportunidad de poder seguir viviéndola, de seguir soñando, de estar con mi familia, con los amigos que tengo, de ser quien quiero ser de ahora en adelante y cambiar lo que está mal en mi.
El sonido de la puerta abriéndose con apuro y ferozmente ocasionó el alejamiento de mis pensamientos y que una sonrisa se asomara en mi rostro haciendo elevar mis mejillas probablemente golpeadas. Las lágrimas no tardaron en salir de los ojos del hombre que más amo, admiro e idolatro en la vida, mientras se acercaba con valentía a observar a su hija, ella que había despertado y pensaba que tal vez, solo tal vez, no volvería junto a él.
-Tranquilo, estoy aquí papá y siempre voy a estarlo. -le dije cuando escondió su rostro en mi cuello intentando abrazarme con cuidado.
-Sam, tuve mucho miedo de...
-No lo digas, no sucedió. Mírame, estoy aquí. No creas que vas a deshacerte tan fácilmente de tu única niña, la mayor y más guapa por cierto. -logre sacarle una sonrisa y eso calmó mi corazón.
-Gracias a Dios has vuelto mi niña, no podía imaginarme una vida sin ti.
-Y yo no quería una vida sin ustedes, Pá. -sus manos acarician sutilmente mi rostro, sin que pudiera hacerme daño debido a mis hematomas.
-Te amo- susurró, mientras sonreía y una lágrima dulce se deslizaba por su mejilla y mi mano con cuidado la retiraba devolviéndole la cálida sonrisa que él me regalaba.
-Y yo te amo a ti viejo.
-¿viejo? -preguntó ofendido- ¿cómo qué viejo?- dijo esta vez riendo y una risa escapo de mis labios pero me causó un dolor cerca de mis costillas y eso mi papá pareció notarlo. -No te rías, no quiero que te duela nada.
-Papá, creo que es imposible que Ahorita no me duela nada. -dije sonriendo y tratando de poder recostarme un poco.
-Sabes, hay muchas personas esperando poder verte, pero hay una en especial que ha estado a mi lado desde que no aparecías hasta Ahorita -una sonrisa y una lágrima se desliza ahora por mi mejilla- ¿Crees saber quién es?
-Creo que me premiaron con la mejor amiga del mundo ¿cierto? -digo feliz y triste a la vez por imaginar los días que ha tenido Natasha al tener que pensar en lo peor. Soy la única persona con la que cuenta, ya que en su casa tiene muchos problemas y sus padres están atravesando por una situación difícil.
-Ya vuelvo -asentí y mi padre salió en busca de Nat, mientras yo, esperaba ansiosa ver a mi mejor amiga otra vez.
Los amigos son tesoros valiosos, son la fuerza que tenemos fuera de nuestra casa. Jamás conté con muchos amigos, siempre fui cuidadosa al escogerlos, porque así como conoces a buenas personas, hay muchas falsas que no les interesa tu bienestar y si bien es cierto, amigo es quien se preocupa por tu estabilidad tanto física como emocional-sentimental, aquel que estará para ti en la buenas pero aún más, y nunca te dejará solo, en las malas, aquel que se adentra en tu familia como un miembro más, con el que puedes contar para cualquier locura e incluso aquel con ganas de matar -exagero, pero si es así... Solo un poco- a la persona que te rompa el corazón (pero no lo hacen) , aquel con el que llevas 100 años conociéndolo -vuelvo a exagerar- pero, con todo esto quiero decir que Natasha Prill es esa amiga, y es más que eso, es la hermana que nunca tuve, la mejor amiga en todo el mundo, la que siempre estuvo para mi en mis noches más oscuras, cuando me levanto y tiene que ver de nuevo mi recaída, en las buenas, malas, muy malas; Nat sin duda, siempre pertenecerá a mi núcleo familiar, ya es parte de nosotros y la amamos así. Creo que nuestra amistad, perdurará por siempre o eso espero y anhela mi corazón.
Nuevamente la puerta me despeja mis pensamientos, pero esta vez con unos toques avisaron su llegada. Al verla asomar su carita por la misma, llena de lágrimas y con una sonrisa melancólica pero feliz al mismo tiempo, mi corazón se comprime y trató de elevar mis brazos para decirle que es recibida en ellos. Se adentra a la habitación y me abraza cálidamente, tratando de no causarme dolor pero puedo entender que ese abrazo es para hacerse saber a ella misma y caer en la realidad de que sigo con ella.
-Sam, por Dios, no vuelvas a hacerme esto -es lo primero que logra articular entre sollozos y mirándome a los ojos- eres mi mejor amiga, creo que la única amiga sincera que he tenido en mi vida, es mas, eres más que eso, somos hermanas, ¿como se te ocurre tan siquiera dejarme días en ascuas sin saber que pasaría contigo? Esto es... - su llanto no la dejo continuar.
-Prometo no volver a dejarte sola Nat. Palabra de hermana - Levante mi mano para apretar nuestros dedos meñiques en forma de promesa.
-Eres una de las personas más importantes en mi vida, con la única persona que cuento y tú lo sabes. Tuve mucho miedo de perderte, de no volver a verte, eso me hubiera entristecido para toda la vida, ahora te entiendo cuando estás siempre mal por tu mama, entiendo todo, perdóname.
-Nat, basta. ¿De qué se supone que te estás disculpando? No tienes culpa de nada. Y ya no estaré más así, así que tú tampoco. La vida me dio otro oportunidad de vivir, me ha dejado permanecer aquí con ustedes y la voy aprovechar, ¿entiendes? Ya no mas tristezas, viviré feliz, como ella quiere que lo haga y por esa razón me ha permitido volver y corregir mis errores.
-Deberías pensar en la posibilidad de escribir frases motivadoras ¿sabes? Eres buena. -ambas reímos.
-¿Siempre juntas, no? -pregunté.
-Siempre juntas, claro. -ambas sonreímos.
Y ahí, demostramos lo que es una verdadera amistad una vez más, porque con las ojeras que lleva, puedo entender que no se ha despegado de mi papa y mis hermanos desde el día del accidente. Una vez más Natasha Prill ha demostrado ser la mejor amiga y persona que pude conocer en toda mi vida.
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Hasta que...
RomanceTodos merecen una segunda oportunidad, eso dicen. Pero, ¿Qué pasa cuando sientes que esa persona te hizo mucho daño? Tanto, como para no poder darle lo que pide: otra oportunidad. ¿Y qué pasa si esa persona vuelve justo cuando alguien más está quer...