XXXII. ¡No!

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Si alguien me hubiese dicho que quien fue mi mejor amigo querría hacerme daño en un futuro probablemente no haría amistad con él. Marco estaba detrás de Ben, apuntándome con un arma. Mi respiración estaba descontrolada, tenía miedo. El sonido del objeto que yacía en sus manos sólo podía traer sufrimiento. Y eso era lo que menos quería. Su mirada era fría, podría decir que este hombre me odia, se nota con tan solo mirarme así. No se porqué, no entiendo que pude haberle hecho. Solo quería que no ocurriera una tragedia. Entonces pense...

-¿Tú? -pronuncie muy bajito, casi inaudible pero se que él logró escucharme puesto que una sonrisa apareció en su rostro.

-¿De quién sospechabas? ¿Quién pensabas que había planeado que un coche chocará a propósito, y de frente, con el fin de lograr que murieras? Por favor mi querida Sam, te creía mas... ¿inteligente?- dijo con una risa corta al final- Lástima que no logre mi objetivo pero hoy si que será tu final. -Está loco.

-Recuérdame ¿Qué te hice? - Me atreví a preguntar- Nunca te he hecho daño. Fuimos mejores amigos, te brinde mi amistad pero te alejaste de un momento a otro. Te fuiste y me sacaste de tu vida.

-¿Te saque de mi vida? Dime quién saco a quién de su vida Sam. Cuando comenzaste a salir con el patán de Erick, ya no te acordabas de mi existencia. Simplemente te alejabas. Cada día más. Ya no salíamos como antes, no me visitabas y siempre tenías una excusa para que yo no te visitara a ti. Una lucha comenzaba dentro de mí. Entonces cuando te pidió que fueses su novia, y aceptaste, mi corazón se rompió -¿Qué? Salió en un hilo de voz- Adivina quien estaba profundamente enamorado de ti, pero nunca me propase, nunca me declare, porque siempre me recalcabas que eramos los mejores amigos del mundo y que no sabrías que hacer sin mi amistad. Me enviabas directamente a la friendzone sin saberlo y yo cada día me rompía más. Ahora, no se si lo sabías y simplemente ignorabas mis sentimientos hacia ti. Te di lo mejor de mi. Contigo salía mi mejor versión y aún asi preferiste enamorarte de alguien mas. Pisoteaste mi amor.

-Yo no lo sabía- lagrimas amenazaban con salir- jamás me di cuenta de que estabas enamorado. Éramos los mejores amigos. Salíamos y nos divertíamos. Tú y Nat siempre fueron mi mayor apoyo hasta que te alejaste.

-Me aleje por tu culpa -Estaba llorando, pero no con cordura. Se notaba que necesitaba ayuda, necesita que alguien hablara con él, pero no alguien como yo, sino profesionales.
Gire y pude ver a Erick, no se si entendió lo que quise decirle pero esperaba que si.

-Podemos hablarlo Marco, no cometas un error que puedes pagar en la cárcel por el resto de tu vida.

-No será un error deshacerme de ti para por fin poder sacarte de mi cabeza. Si tengo que pasar el resto de mi vida en la cárcel, lo haré, pero todos los días pensaré en que ya no puedes ser feliz con alguien mas que no sea yo.

-No lo hagas por favor- Volví a mirar a Erick y me hizo un pequeños gesto confirmandome que habia hecho lo que le pedi. Ben se acercaba cada vez mas a mi, estaba a un par de metros a mi lado. Cuando intentó acercarse mas, Marco disparó a su lado.

-Un paso más y el próximo disparo va a tu cabeza. - Me tense. No quería que le pasará nada a Ben - ¿Qué pasa Sam? No me digas que te has enamorado por segunda vez.

-¿Cuál piensas que es mi respuesta? -Pregunte dirigiendo mi mirada a Ben.

-No quisiera contestar, pero creo que nuevamente has caído como una estúpida - sentenció a lo que yo le dirigi una pequeña sonrisa a Ben llena de tristeza. Necesitaba hacer tiempo, si mi papá leía rapidamente el mensaje no tardaría en llegar con mi padrino.

-Saber Marco, nunca te lo dije por miedo a que me rechazaras y colocaras de frente nuestra amistad. Pero antes de Erick estabas tú en mi corazón.

-No me vengas con eso ahora, te conozco. Sé cuando estas enamorada y cuando no, y nunca vi ese sentimiento hacia mi -Seguía apuntándome con su arma y aún cuando quería ocultarle mi miedo y sentía que mi corazón saldría de mi pecho, no era del todo buena -Se que tiened miedo, lo veo en tus ojos. No puedes ocultarlo.

-Si, Tengo miedo. Pero tengo miedo por los demás, más que por mi misma.

-¿Y por qué por los demás? -Preguntó enarcando una ceja.

-Porque mi papá sufriría otra gran pérdida, mis hermanos se quedarían sin su hermana mayor y -Pense en decir esto último. Veía a lo lejos una sirena de policía. No estaba encendida puesto que ya Marco habría disparado. Tenía esperanzas de que fuera mi papá.

-¿Y que? - grito, acercandose un poco mas. Ya solo estaba a unos pocos metros de distancia. Y yo me asustaba más - No retrocedas y responde.

-Y siento miedo de lo que podrá sentir la persona que me hizo volver a querer al yo irme - divise a mi papá y a mi padrino con armas detras de Marco, estaban un poco lejos aún pero habían llegado. Mi papá tenía miedo. Podía verlo, estaba igual que yo. Volví mi vista a Marco, quien tenía en su mirada un deseo profundo de hacerme daño y a la vez estaba triste, seguramente porque no era él quien gobernaba en mi corazón.

-¿Tienes algo para decir antes de morir? - dijo apuntando fijamente a mi pecho con una sonrisa.

-Te amo papá - Mi papá corrió hacia Marco, este último miro hacia atrás sorprendido aún apuntando hacia mí. Inconscientemente cerre mis ojos esperando el disparo en cuanto vi que Marco volvía a mirarme. Dos disparos se escucharon pero no senti dolor en ninguna parte de mi cuerpo. Al abrir los ojos mi respiración se detuvo, mis lagrimas pesaban y mis manos sudaban. Marco estaba tirado en el suelo con un disparo en la pierna, mi padrino se encargaba de él. Pero...

-Ben- Articule bajito. Él me miraba con una pequeña sonrisa, con una lagrima rodando por su mejilla. Logre colocar su cabeza encima de mis piernas.

-Yo tambien -logró decir con dificultad.

-No hables, no te esfuerces. Por favor Ben, tienes que ser fuerte - dije con un llanto descontrolado. Mi papá llegó a mi lado abrazándome.

-Ben, ya vienen con ayuda. Aguanta hijo.

-No cierres los ojos por favor, quédate -pedi.

-Te quiero- susurro al momento en que sus ojos se cerraban.

-¡No!- grite- ¡Papá por favor, necesita ayuda ya!- no podía parar de llorar. Escuchaba como la ambulancia se acercaba. No quería que muriera. Sus ojos se habían cerrado y sus manos se sentían muy frías.

-Por favor Dios, no te lo lleves. Ayúdalo Mamá -pedía a gritos, él me salvo la vida. Se sacrificó por mí. No quiero que se vaya. Quiero que se quede conmigo -Te quiero- susurre en su oído mientras lo abrazaba y esperaba así a que llegaran para ayudarlo.

-Todo va a estar bien -Me decía mi papá.








Hasta que...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora