— Deberías estar tumbada en una hamaca y disfrutando de un sabroso sexo en la playa.
¡Pigigiggggggggg!!!!
Eso era precisamente lo que había planeado, ¿pero cómo lo sabía Liliana?
¿Tendria una bola de cristal o algo por el estilo?
— ¡Queee!...
— Aggg… Hay ____ por favor. Con precacución nena. ¿Como frenas asi? No quiero morir ahorcada. Aggg… Este cinturon tira fuerte ¿Sabes? Por poco y te cargas la fuente de entrada que a Hanna le costo tanto armar, mira que no me quisiera ni imaginar la que se te armaria con Hanny si eso llegara ha suceder. Y si tan sol…
— ¡Hay ya! parale Liliana. ¿Qué es eso de sexo en la playa?
— Tststst… Que defasada estas nena. — Exclamo Liliana chasqueando los dedos. — Ponte al día. Es una bebida. A lo que me refiero es, ha que deberías tener ese trasero tuyo adicto al trabajo aparcado en alguna playa en lugar de aquí, volviendo a resolver los problemas de tu hermana. Cuando por fin decides tomarte unas vacaciones, resulta que Hanna tiene que irse y te estropea la fiesta.
Mi hermana gemela Hanna y yo habiamos creado alguna clase de relación simbiótica mientras estabamos en el vientre de nuestra madre. Hanna era la belleza; yo el cerebro. Hanna era la romántica; yo la práctica. Hanna había respondido a la llamada del matrimonio y la procreación; yo solo enamoraba mi propio negocio. Hanna desordenaba las cosas; yo las ordenaba. Llevabamos mucho años perfeccionando aquella relación.
— Hanna dijo que era una emergencia. Tenía que acompañar a Joe y me ha pedido que me ocupe de echar un vistazo a la nueva niñera — Me sentia muy resentida con Hanna. Porque mierda. No tuvo ni siquiera la molestia de hablar conmigo antes del asunto. Pero no claro, como siempre. Yo tenía que recoger los trapos sucios de Hanna. Era lo que hacia siempre. Ella se metia en el berengenal, y yo como super nena la rescataba. Años y años con el mismo dilema.
Detuve mi descapotable rojo de alquiler frente a la casa y sali de él con rapidez, no sin antes tomar una pequeña bolsa de donuts que habia comprado para mis sobrinos. Liliana lo hizo un poco más despacio refunfuñando por lo bajo.
— Sigo diciendo que no deberías haber cancelado tus vacaciones para ocuparte de resolver los problemas de Hanna.
Yo había reservado mis primeras vacaciones desde... desde... bueno, desde siempre. Había planeado toda una semana alejada de la empresa de software que había creado seis años atrás. Yo estaba al tope de mi límite de aguante, el estrés me estaba asfixiando, y necesitaba un respiro pero todo se fue por el caño. Yo solo queria sol, arena y sexo... no necesariamente en ese orden. No era tanto pedir. Pero Hanna me había necesitado y mis vacaciones se volvieron de planes a planasos.
— Puedo ir al caribe en cualquier momento. ¿Cómo iba a disfrutar estando preocupada por los niños? —adoraba a mis sobrinos. Me encantaban sus travesuras y caratoñas.
Liliana solo atino a contestar con un gruñido.
Subi las escaleras de la casa estilo colonial de Hanna y Joe seguida de mi abuela, que aun no paraba de refunfuñar. El personal de servicio no trabajaba en domingo, y la única empleada que debía estar en la casa era la nueva niñera.
El silencio reinante me desconcertó por un momento. ¿Qué pasaba allí? A que tanto silencio.
— ¿Oyes lo que yo oigo?
— No oigo nada — murmuro Liliana.
— Exacto. Yo tampoco. ¿Has visto alguna vez a Leo; Adriana y Emily tan silenciosos? ¡Hey, niños! Tía ____ y Lili están aquí.
El silencio que siguió a mis palabras se hizo aún más intenso.
— Vamos, niños. He traído unos donuts llenos de gelatina — eso haría que aparecieran era su golosina favorita.
Pero nada paso. Como respuesta solo obtuve el chirriar de unos grillos, y le croar de una rana en la distancia.
Y el silencio se rompio solo unas milesimas de segundos cuando se produjo un ruido procedente de la biblioteca, que se hallaba a la izquierda de las escaleras. Girandome rápidamente me dirigi hacia allí con mi corazon casi golpeando el suelo. Crucé el vestíbulo y abri la puerta de la biblioteca.
— ¡Ahhh! — Chille como una loca.
— ¿Qué? ¿Qué… que pasa? — Grito Liliana histéricamente mientras frenaba de golpe tras de mi.
— ¡Oh mi Dios! ¿Pero que es esto? — Me quedé paralizada en el umbral frotandome los ojos incapas de aceptar la realidad de lo que tenía frente a mí. El torso masculino desnudo más perfecto que habia visto en mi vida, sentado en medio del suelo y envuelto en cinta adhesiva de empacar. Unos furiosos ojos miel me miraron por encima del trozo cinta que sellaba su boca. Unos hermosos ojos, que hacian perfecta armonia, con la preciosidad de su cuerpo. Mmm… ¿Pero que haces ____? Los niños… ¡Ayy no!
HOLAAAAAAAAA *-* VOY A SUBIR 2 CAPITULOS HOY , PORQUE EH , COSO , LAS AMO Y NADA , ESO ♥
EM FELIZ SEMANA SANTA A LAS QUE SEAN CATOLICAS Y A LAS QUE NO LO SON FELIZ FIN DE SEMANA LARGO XD