Capitulo 24

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Y como si una tachuela estuviera colandome el trasero vole de mi asiento, llevandomelo por cierto de propina al mismisimo suelo. Y es que no podia ser más tarada. Y Leo diciendole tarada a Adriana, cuando la reina número es su tia. Maldición que papelón, pero esto me pasa por boluda, que tengo yo que estar tomando en serio un comentario de una nena que no sabe ni siquiera lo que dice.

Nena es que ...no te pases de boluda, y disimula. Mira que montar la pantomima que has tirado.

—Uyy…Parece que se me a clavado una astilla. Auch…-Mientras me masajeaba disimuladamente la supuesta area lastimada. La sonrisa que no se inmuto en esconder Justin decia a luces que no me habia creido, y ni hablar de Lili que habia girado su rostro y lanzado un bufido de incredulidad. Los niños eran otra cosa, ellos si habian puesto cara de penita por su adorada tia. ¡Adorada! ¡Ja! Lo que tiene ser niño que se lo creen todo mentirosilla. -¿Quién está listo para el postre? Yo sí. Es nuestro favorito, Adri: donuts de gelatina.

—¡Hurra! —gritaron los niños al unísono.

Cuando volvi a la mesa, vi que Justin me miraba especulativamente. El brillo de sus ojos delató sus intenciones.

Nooo…No sería capaz de hacerlo. ¿O si?

Y si. Lo hizo.

—Me encanta bailar. Soy un auténtico Joaquin Cortes. ¿Qué clase de baile le gusta a tía ____, Adri?

—El baile de colchón. Oímos cómo te lo preguntaba.

Juzgando por la cara de trucha perdida que habia colgado Justin, esperaba que la niña dijera la noticia completa y no solo el titular.

Diablos. ¿Cómo Adriana y Emily habian escuchado mi conversación con Lili? Debía hacer algo, cualquier cosa, por salvar la situación.

Y como en mi cabeza no se colo ni medio piojo, me quede paraliza como un poste sin saber que hacer o decir.

Las cosas no podían joderse más.

Pero se jodieron.

Adriana sacó un osito de peluche que compartía el asiento con Emily.

—Tía ____ lo rompió.

Inmediatamente reconoci el osito con el que había tropezado el día anterior.

Emily presionó un botón que tenía en la cabeza.

—«Hola, Justin, ¿qué te parece si practicamos un poco el baile de colchón?» —Mi voz salió del osito, alta y clara, y resonó en la habitación. No una vez, sino varias. El repugnante muñequito, o mas bien el buchon muñequito llevaba dentro uno de aquellos malditos artilugios para grabar.

Rayos. Tirada a los tiburones por un estupido muñeco pansón.

Adriana repitió su acusación.

—Lo rompiste.

Por desgracia no había sido así. Era una asquerosa lástima que no lo hubiera aplastado cuando tropecé con él.

—Yo lo arreglare, cariño —un buen par de golpes se ocuparían de ello.

—¿Te gusta el baile de colchón, señor Justin? —preguntó Adriana con inocencia.

—¿Qué es el baile de colchón? —preguntó Leo.

—Yo no lo he practicado demasiado, pero espero que vuestra tía ____ me enseñe todos los pasos que sabe. Y ustedes, niños, deben llamarlo como todo el mundo: cha cha cha. De otro modo, sus amigos pensarían que son...

—¿Estúpidos? —concluyó Leo, horrorizado ante la posibilidad de ganarse aquel apelativo.

—Bueno, sí, podrían pensar que son estúpidos si lo llaman baile de colchón. No deben volver a decir eso nunca.

Lili apenas podía contenerse. Tenía los ojos llenos de lágrimas y reprimía la risa contra su servilleta.

Leo miró con curiosidad a su bisabuela.

—¿Qué le pasa a Lilie?

—¿Se encuentra bien? —Adriana parecía preocupada.

Las sugerencias de Lili habían desembocado en la experiencia más humillante de mi vida. Había sido incluso peor que cuando Elena Smith difundió por todo el colegio que rellenaba mi sujetador.

—No se preocupen por Lilie. Solo está disfrutando de uno de sus momentos de ancianidad.

¡Bingo! La expresión de Lili cambio en fracion de un segundo. ¡Ja! Le habia dado en la vena sensible. ¡La vejez!

++++++++++ narra Justin

Crucé la puerta de la habitación de Joe y Hanna Hudgens y sali al patio. Con los niños dormidos, Lili fuera de casa y ____ en la ducha, había aprovechado para revisar rápida, pero a conciencia el dormitorio. Había descubierto que a Joe le gustaban los mocasines negros y que Hanna era adicta al maquillaje, pero no había descubierto ningún rastro de los objetos robados. Nada.

Caminé por uno de los senderos de ladrillo que se adentraban en el jardín y me detuve bajo un roble. Desde allí podía mirar la casa sin ser visto. Una luz brillaba en la cocina. En el otro extremo brillaba otra en lo que debía ser el baño.

Tome mi movil y marque un número, ansioso por obtener la información que esperaba sobre ____. Mark respondió a la segunda llamada.

—Soy Justin. ¿Has averiguado algo sobre ____ Benson?

HOLA BOMBONES DE CHOCOLATEEEEEEEEEEEEE!!! AHQ JAJAJAJAJA , NADA ACA ESTOY PARA ALEGRARLES EL DIA , LES TRAIGO MARATON (:(:(:

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El Niño Grosero [Novelas de Justin Bieber y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora