Capitulo 28

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++++++++++ narra Justin

Maldita noche, más jodida ni en pesadillas. Solo falto la meada del perro. Grgrrg...Toda una perdedera de tiempo, y yo que deje a un lado la final de béisbol…Pero tal vez y brille una ráfaga de suerte en la noche y todavía no a haya acabado el partido. Y con esa vaga posibilidad me dirigi al estar, para un vez alli encontrarme con la television encendida y a una ____ despat...ajada en el sofa. Que o estaba muy concentrada, o no de muy buenas pulgas porque no se digno a dirigirme ni medio saludo.

—Un partido largo, ¿no? —Comente de pie a su lado tratando de romper el hielo de la tia mala leche, y de paso haber si me hacia un huequito en el sofa. Pero no, la minita ni se movio. Joder se notaba que ya no estaba enferma, pues ya tenía puesta su armadura de erizo de mar.

—Sí. Una cita corta, ¿no?

Uhmm… ¿estaria hablando con un tia agria o con una heladera?

—Un desastre. ¿Te importa si me siento?

Y para que le preguntas si es obvio que le importa porque ni siquiera te da un ladito. Rayos, ¿Y que tenia esta ahora? Yo no habia echo nada estos dias más que cuidarla. Bufff…Mujeres. Quien las entiende.

—Adelante —murmuro señalando con la mirada otro de los sillones. Ahhh pero y esta, ignorándome a mi. Ni siquiera quiere que me siente a su lado. Aunque tal vez le hice algo y ni me entero, o quizas aun estaba mala. Asi que con esa posibilidad la recorri con los ojos y pude notar que tenia unas ojeras bastante marcadas. Uyyy pues si como que es la segunda teoria.

— ¿Te sientes bien? ¿Han dado la lata los nenes esta noche? Estás un poco pálida.

—¿Has venido a casa corriendo para decirme que tengo mal aspecto?

Pummm.Toma papito, las aguas si que estan turbulentas. Turbulentas o no aquella frase me hizo sentir una punzada de culpabilidad. Ni siquiera estaba encadenado a una bola de hierro y ya me sentía como un marido que hubiera estado de juerga. Ayy Just mi querido amigo en que kilombo te estas metiendo.

—Solo hemos ido a cenar. Luego la he llevado a casa. Ni siquiera hemos tomado postre.

Aja, explicaciones. ¿Y eso? Ni que fuera tu mujer.

Mujer no, pero no se podia ser grosero.

¿Grosero? Y desde cuando a vos te importa eso Don eterno soltero, si no te vale ni un rabano podrido la opinión que se lleven de vos la minitas.

Este…bueno hay excepciones ¿No? y esta es una de ellas.

Si y las excepciones se toman cuando de verdad te importa algo.

Importar…Ja. Esa esta buenisima. Yo. Si como no. yo solo me importo por mi mismo, y punto.

—¿Por qué? ¿Acaso era una chica demasiado fea? ¿O aburrida? ¿Te daba vergüenza que te vieran con ella? —Y la tia se irguio por fin del sofa al mismo tiempo que hacia una pausa en su perorata para respirar. Asi que aproveche la oportunidad para trasladar la revista o instrumento de tortura que llevaba en mi bolsillo trasero a la mesa de café y colarme en mi asiento habitual.

—¿Qué tenía tan terrible la chica?

Deje la revista que sostenía en la mesa y señale la portada con un dedo. Una preciosa castaña aparecía en portada.

— Amelia Pinilla. Mi cita de esta noche.

La tia miró la foto de Amelia y luego a mí alternativamente. Como si no pudiera encontrar el problema que yo habia visto. Era una suerte que ya hubieramos dejado claro que yo no era gay. De lo contrario, ella hubiera vuelto a sacar el tema. ¿Por qué, que hombre podria rechazar un monumento asi? Si no lo digan lo se, o un pajarraco, o un cura, o un hombre que este enamorado de otra. El problema es que yo no encajba en ninguna de esas categorías. ¿O si?

—¿No te has quedado a tomar el postre con «esa» mina? ¿Y puede saberse qué tiene de malo?

—Es estupenda. Entretenida. Muy atractiva. Lista —con cada calificativo la boca de ____ se fue encogiendo. Upps como que a la tia no le gusta que yo halague a otras. ¿Por qué sera?—. Pero... yo quería volver a ver el partido. Ella no es aficionada al béisbol.

Y como si por una varita magica fuera la tia cambio su semblante en un pestañeo.

—¿Voy a por más palomitas y un par de botellas de cerveza?

—De acuerdo.- Me dio la razon con una leve sonrisa. En sus labios. Fiuu…Como que la tia se endulzo un poquito.

Fui a la cocina y volvi en tiempo record.

Entregue a _____ una botella abierta. Ella no bebió de inmediato, sino que prestó atención al partido. Mientras lo hacía, deslizó los dedos con lentitud hacia arriba y hacia abajo por el largo cuello de la botella.

Diablos, diablos, ¿Pero esta mujer es un sadica o que? Es que no sabe lo que me esta haciendo. Jooo…Una parte de mi cuerpo se habia endurecido como si la estuvieran tocando a ella en particular. Y eso que decian que era impotente.

—Discúlpame. Si no sucede algo pronto, puede que no sea capaz de permanecer despierta durante todo el juego.-murmuro entre un bostezo.

Por mi ella se podía quedar dormida si queria, pero si no dejaba de acariciar la maldita botella, él que permanecería despierto toda la noche seria yo. Sniff…

Just…el partido, recuerda. Concentrate en el. A fin de cuentas, para eso has vuelto, ¿no? Si, si eso.

—¿Ha marcado alguien ya?

—No. Parece que no consiguen sujetar bien las pelotas —____ dejo de juguetear al fin la botella llevársela a los labios.- Mierda porque de pronto me daban deseos de ser botella. Buff…-Echó atrás la cabeza y dio un largo trago. Luego suspiró, satisfecha—. Hmm. Qué buena...

Snifff…Porque, porque a mi. Al gran Justin Bieber nunca le habia pasado algo asi. Ayy Dios…Pobre de mí, apenas podía respirar. Y no podía pensar en absoluto. Toda la sangre de mi cuerpo había gravitado hacia determinado punto. Sniff…

Mientras el comentarista anunciaba un inminente lanzamiento que también acabó en fracaso, ____ terminó su birra y se levantó.

—Voy a por un vaso de agua. ¿Te apetece algo? —Ayy tiita si supieras todo lo que me apetece, ni me lo preguntaras. —De la cocina. ¿Quieres que te traiga algo de la cocina? —preguntó, y se volvió hacia la puerta., pero en lo que fue cosa de un segundo su trayecto se vio interceptado, su pie habia tropezado con la pata de la mesa y cayó de espaldas sobre mi. El recipiente que sostenía en la mano volcó y una lluvia de palomitas se derramó sobre nosotros. Una de sus piernas quedó encajada entre las mias, y su trasero firmemente apoyado en mi entrepierna.

Ayyy Dios. Y yo que me quejaba hacia unos segundos. Sniff…

—¿Estás bien? — le pregunte, porque yo no se ella, pero yo me sentía de maravilla.

—Solo un poco retorcida —y se movió sobre mi…Ayyy pero que con esta minita. Se creia que yo era de palo. —. Y tu botella de cerveza se me está clavando en... —deslizó la mano bajo su trasero con intención de apartarla. Y por supuesto yo no la deje porque no habia nada que apartar.

—Eso no es una botella, querida. Y me alegro mucho de que no se haya roto.

—Oh —aquella simple palabra revelo mas de lo que contenia. Y sin hacer ningún esfuerzo por levantarse, la tia se movió sobre mí. Jollines y dale con la tia. Y yo diciendole erizo.

En el fondo de mi mente, yo sabía que había varios motivos por los que no debía hacer lo que estaba a punto de hacer. Pero no lograba recordarlas. Incline la cabeza hacia delante y tome con la boca una palomita de su cuello. Luego pase la lengua por la mancha de mantequilla que había quedado en su piel. Sabía a sal y a mujer, y no la tia no estaba ni un cc agria.

—Esa ha sido la mejor palomita que he comido en mi vida.

____ se deslizó de mi regazo y se puso de rodillas frente a mí para mirarme. Su pelo caía revuelto sobre sus hombros.

—Sé que hay un motivo por el que no debería hacer esto... —susurro, en un tono ronco y más grave de lo habitual—... pero ahora mismo no logro recordarlo.

Ha ves Just, no solo vos tenes problemas de memoria.

—Yo tampoco.

5/10

El Niño Grosero [Novelas de Justin Bieber y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora