Capitulo 23

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++++++++++ narra Justin

Just solo un empujoncito con mas ganas y pones a dos mocos con patas fuera de juego.

Ufff…pero que chorrada me cruza por la cabeza estoy laburando no exterminando pequeñas encarnaciones del Diablo. Eso de los monstruos y demas dejemoselo a Buffy.

Si deja ha un lado tu lado vengativo y segui balanceando a las nenas en el columpio. Centrate en tu laburo.

Había llevado a los c...lones de Chuky al parque tras recoger al moco mayor en el colegio. Este estaba sentado a una de las mesas del parque, concentrado en montar un barco de juguete.

No iba a poder hacer nada respecto a la investigación hasta esa noche, cuando todos se hubieran acostado, asi que para que los diablillos no me estropearan los planes habia tomado la opcion del parque como una via de emergencia para aniquilar sus baterias, se dormirian mas temprano y tendria un obstaculo menos con el que lidiar, bueno aunque aun contaba con dos mas: la abuela y la tia. Y este último era el más peligroso de todos.

—Queremos jugar en la arena —dijo Adriana a la vez que empezaba a frenar su columpio con los pies.

Emily secundó a su hermana con una de sus frases favoritas.

—Fuera, fuera...

Y es que esa nena nunca iba aprenderse una palabra nueva.

Las dejé jugando en la arena como aveztruces y me dirigi en dirección hacia Leo. Cuanto más estaba con el nene, más me identificaba con él. Yo también había sido un solitario; de hecho, aún lo era, y también había echado en falta la atención de mi viejo. Cuando era niño solía portarme bastante mal y me metía en bardos cada dos por tres, solo porque recibir cualquier clase de atención era mejor que no recibir ninguna.

—¿Qué tal van las cosas?

El nene simuló una despreocupación que sus hombros encorvados contradijeron.

—Bien.

—¿Y los eructos?

Una sonrisa alivió por un instante la melancólica expresión del niño.

—Bien —jugueteó con la vela del barco mientras la sonrisa desaparecía con tanta rapidez como había llegado—. Pero ahora tengo problemas aún peores.

—Tal vez pueda ayudarte.

—Lo dudo.

—Pruébame —¿qué podía ser tan malo en la vida de un niño de seis años?

—Tengo problemas con una chica.

¡Mierda! Aquello me sonaba.

Buff… que ironico yo ofreciendole ayuda a él, y ha mi quien me la daba. Snifff…

—¿Qué sucede?

—Le gusto a Chloe Green —susurro Leo cabizbajo, con las orejas más coloradas que la grana.

—¿Y a ti te gusta?

—¡No! Es una chica.

—De manera que vos le gustas, pero a ti ella no te gusta.

—No está mal para ser chica. Cuando estoy cerca de ella me siento como mareado.

—Eso es duro. Sé cómo te sientes.

—¿En serio? ¿Vos también tienes problemas con alguna mina? ¿Sientes que vas a vomitar cuando está cerca?

¿Vomitar? Nananina…Ha eso no se le llamaba vomitar, pero claro aun nene de seis años no se le podia decir su verdadero significado. Y más cuando esa reacion la provocaba su propia tia.

El Niño Grosero [Novelas de Justin Bieber y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora