—¿Lo has atrapado, tía? —preguntó Adriana desde el otro lado de la puerta, haciendo que cortara mis maldiciones internas, y centrandome en Miguelito. Que por lo que acaba de descubrir hizo que perdiera todo mi asco hacia él. Grrg. Ahora mismo mi asco estaba enfilado en otra rata en particular.
Sin pensármelo dos veces atrapé a Miguelito y lo meti en su jaula.
—Oh, sí. Claro que lo he atrapado —ord...ené velozmente el cajón. Eché un rápido vistazo a mí alrededor y vi que la puerta del armario estaba entreabierta. Diría que había encontrado a Miguelito allí. Asi la rata mayor no se oleria que lo habia descubierto, antes de que averiguara los motivos por los cuales el estaba haciendose pasar por lo que no era.
Sali de la pieza jaula en mano.
—Gracias, tía. Eres la mejor.
Don rata o mejor conocido como Justin apareció en ese momento con Emily sujeta contra su cadera.
—¿Qué sucede?
—Tía ____ es la mejor del mundo —proclamó Adriana.
Si yo lo mejor, a diferencia de otros que son unos farsantes.
—En eso estoy de acuerdo. No hay duda de que lo es —murmuro Justin mientras me recorria con sus ojos de arriba a abajo, dando a sus palabras un significado distinto por completo. —. Pero, ¿qué está haciendo?
Yo descubriendo cosas querido. Grgrg.
Unos minutos antes yo habría disfrutado con aquella mirada picara, pero en aquellos momentos me habría gustado darle un tortazo que le pusiera todos los dientes de collar. Pero no, no podia. Debia actuar hasta descubrir que perseguia Justin. Asi que le lance una sonrisa más dulce que manzana caramelizada.
—Acabo de atrapar una rata.
++++++++++ narra Justin
—Tengo que cazar unos insectos para un proyecto científico. ¿Quieres ayudarme, señor Justin? — Pregunto Leo al entrar en la cocina con un cubo cubierto por una tapa ventilada y un par de largas pinzas.
—Yo también quiero cazar insectos —Chillo Adriana.
—No quiero que vengan las niñas.-Farfullo entre dientes Leo.
Yo sabía que el problema no eran las niñas, si no que Leo quería que le prestara toda mí atención.
—¿Qué te parece si salimos todos a cazar insectos y que vos seas el jefe de la expedición?
—Yo soy el jefe.
— Vos sos el jefe.
La expresión de Adriana reveló con claridad que estaba a punto de armar la pataleta asi que procure otra tactica.
—Es su proyecto, Adri. Pero vos podrías llevar el bloc de notas.
La niña sonrió y se puso a bailar con su hermana pequeña por la cocina.
—¡Vamos, vamos!
Bufff. Un lloriqueo menos en el dia.
Liliana tomó a su nieta por el brazo.
—Vamos. Podemos tomar nuestro café en el patio mientras los niños cazan. Fuera hace una temperatura muy agradable. Además, quiero que me cuentes todo lo que hiciste anoche.
Hay abuelita no creo que tu nieta te cuente todooo lo que hizo anoche.
—¿Qué te sucede, nena? ¿Acaso perdió tu equipo el partido?
Yo sabia muy bien quien habia ganado pero no me quede para escuchar la respuesta y preferi salir a cazar insectos que aguantar el interrogatorio de Liliana.