Capitulo 25

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—Nada especial. Gana bastante dinero y lo gasta casi todo. Es una mina muy predecible.

La silueta de la mina en cuestión apareció recortada contra la ventana del baño. Observé hipnotizado cómo se inclinaba para envolver su pelo en una toalla. Como…Umm…Mmm…Ufff…

La boca se me volvio agua.

No, agua no nene, se llama baba.

¿Qué haces Just ahora te has convertido en asechador de minitas?...

Todo era culpa de la decencia. Esa ingrata ya ni visitaba mi masa cerebral, el deseo habia tomado las riendas como dueño de casa. Diablos…diablos…la deseaba con tanta desesperación que casi podía saborearla…Mmm…

Y una voz en mi oido me hizo recordar el porque estaba allí, y no era precisamente para descubrir que a ____le gustaban las bombachas de saten rojo…Glup…Uff…

—¿Justin?

—Sí, sí. No me sorprende. Gracias por la información.

—Hay una cosa. Probablemente no sea nada, pero me ha llamado la atención. Hace pocos días reservó y pagó unas vacaciones que no se ha tomado. Uno de esos paquetes con todo incluido en un centro turístico de Jamaica.

Senti derepente una incontrolable punzada de celos. ¿Celos? Boo…Que taradez.

—¿Iba a viajar con alguien? ¿Se iba a reunir con alguien?

No dizque, no estas celoso. ¿Por qué entonces queres saber si iba ha viajar sola?

Pues, para saber si cuenta con un complice en caso de que estuviera involucrada.

Hmmm..

—No que yo sepa.

Relaje la mandíbula a la vez que la luz del baño se apagaba.

—¿Alguna idea de por qué no fue?

—No. El vuelo estaba reservado para el domingo pasado, pero no se presentó.

El domingo pasado. El mismo día que se había presentado en la casa de Hudgens y había decidido quedarse. El mismo día que había empezado a desquiciarme.

++++++++++ narra ____

Había evitado a Justin como a la peste desde la comida. Mantenerme alejada me habría resultado un martirio.

Un martirio que iba tener que tragarme porque ni por un millon de ellos me perderia el segundo partido de las eliminatorias.

Entre al estar y me encontre con un Justin despatajado en el sofa con un inmeso tazon de palomitas y sus respectivas birras a su izquierda. Aprovechando que estaba perdido en la tele flanquee mi mirada en el. Llevaba unos tejanos desgastados y una camiseta negra de algodón que le moldeaba los bipces a la perfección. Uhhhmm. Que envidia le tenía a esa camiseta, aunque a los tejanos tampoco es que le tuviera mucha buena fe. Ufff y es que este hombre se veia comestible con cualquier cosa que se pusiera...O no se pusiera. Mm…

—¿Te importa si vemos juntos el partido?

—Oh, contaba con ello —Justin sonrió como si fuera un gato dispuesto a jugar con el ratón que acababa de atrapar—. Suponía que no te perderías el juego.

¿El que había entre nosotros, o el de la pantalla? Yo no era un ratón. Había tomado notas cuando había leído la revista de Lili. Si él era un gato, yo también lo era.

Bueno, o al menos eso intentaba creer.

—No me perdería este juego por nada.

—Me halaga que prácticamente se me considere parte de la familia, pero ese asunto de la impotencia... —Justin me dedicó una mirada dolida, pero el tono burlón de su voz reveló que no se sentía dolido en lo más mínimo.

El Niño Grosero [Novelas de Justin Bieber y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora