Capítulo 6 | Una puñalada en el pecho.

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—Dime, Mía, ¿cómo voy a mirar a Kate a la cara?, ¿cómo hará ella para mirarme a mí? Sentí tanto dolor... por ella, por mí, por lo que nunca será con Christian, pero sobre todo me sentí asqueada y traicionada por ambos. Todo este tiempo... me han estado ocultando la intimidad que habían compartido, y descubrir ahora que ella lo conoce tan profundamente como yo... Tal vez tengo prejuicios, lo sé, pero Kate es como mi hermana, y oír cómo le gritaba en la cara que estuvo enamorada de él. ¡¡Dios!!, estuvieron a punto de tener un hijo, y saber que por culpa de ese aborto mal practicado ella nunca podrá tener otro bebé... ¿Cómo podría construir mi felicidad sobre sus ruinas?

—Ya te he escuchado, y es suficiente, ahora me escucharás tú a mí, porque llevo más de una hora oyéndote sin interrumpir. —Ana sorbió sus mocos y asintió con la cabeza—. Han pasado diez años, ¡¡diez!! —resaltó con énfasis—. La causa, la historia, el rollo, el affaire, o como diantres quieras llamarlo, prescribió.

—Kate no puede tener más hijos. Eso no ha prescrito, es una desgracia que acarreará el resto de su vida.

—Mira, no hace mucho que conozco a Kate, obviamente tú la conoces mejor que yo, pero, por lo poco que la he tratado, me atrevo a asegurar que no es una mujer que se deje pisar, así que, disculpa, no me cuadra la historia que te ha contado, y siento mucho decirte también que ha sido una hijoputez cómo te lo ha dicho. No ha tenido nada de tacto.

—No lo veo así; creo que intentó por todos los medios que no me enterara, pero todo detonó al ver que yo había regresado con él; quería que entendiera de una buena vez quién es Christian.

—¡Qué alma tan caritativa! Si había decidido callarse, debería haber tenido que seguir haciéndolo. ¿Qué ha ganado con contártelo? Perdón, tal vez hasta suene cruel lo que te voy a decir, pero, con revelar la verdad, no volverá a ser fértil. Lo que ha hecho es pura venganza contra Christian y, además, se ha cagado en ti. Ahora me pregunto, este hombre, ¿hay algún sitio donde no haya metido su polla?

—Te das cuenta, siempre será así. Estoy harta.

—No sé qué decirte, es obvio que Christian tiene una nutrida agenda de mujeres, pero, si le perdonaste lo de la abogada y decidiste darle otra oportunidad para que te demostrase que contigo las cosas son diferentes, creo que lo de Kate no deberías tenerlo en cuenta, ella también ha sido una más.

—Ése es el problema: para mí no es una más y, además, sé cuánto sufre por su esterilidad, o ¿por qué te crees que, en el fondo, nunca se involucra emocionalmente con ningún hombre? Ella se siente incompleta como mujer.

—Creo que Kate y tú deben sentarsen a hablar.

—No quiero verla. Me mintió; estoy dolida y, además, no puedo dejar de imaginarlos juntos y ella ha dicho que lo amó, ¿te das cuenta?

—Por supuesto que me doy cuenta, y lo que creo es que no quieres verla porque lo que temes es que te diga que aún lo ama.

Sonó el móvil de Ana... ella miró la pantalla.

—Es Christian otra vez. No quiero atenderlo, necesito que me deje en paz. ¿Por qué no lo entiende?

—Sé lo veía muy preocupado cuando vino a mi casa.

—No me importa. Tengo la cabeza llena de imágenes de él y Kate; te juro que no puedo con esto, no puedo superarlo. Me siento una estúpida, ¿cómo no me percaté de lo que había pasado entre ellos?

—Mira, Ana, cada vez que oía a Kate despotricar contra él, y además hacerlo con tanto ahínco, ya me imaginaba que algo de esto había pasado, incluso hasta te lo pregunté. Me parece que, en el fondo, tú también lo sospechabas.

Peligroso Amor©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora