Alegato final
Argumento, discurso, etc., a favor o en contra de alguien o algo.Escrito en el cual expone el abogado las razones que sirven de fundamento al derecho de su cliente e impugna las del adversario. (Derecho.)
————————————————Christian, no puedes tener a esa niña todo el tiempo en brazos.
—¿Quién dice que no?
—Yo, su madre.
—Pero yo, su padre, considero que el contacto físico es el mejor vínculo para que crezca confiada en sí misma.
—¿Argumentando de nuevo, señor abogado?
—Sabes que es mi especialidad.
—Debo irme a ver los vestidos de las damas de honor; si llego tarde, Kate se pondrá histérica; ya me ha llamado cuatro veces para recordármelo.
—Eso no es ningún secreto, tu amiga vive histérica. ¿No es cierto que tu madrina está loca? ¿Has oído, Anastasia? Phoebe acaba de decir que tengo razón.
—¿Cuándo dejaréis de trataros como el perro y el gato, Kate y tú?
—Jamás, porque nunca nos soportaremos más allá de ti y de Elliot.
—Haz dormir a Phoebe; no le hables mucho, que luego se le cambia el sueño.
—¿Qué problema hay? Tendremos que pasar otra noche en vela junto a ella.
—Pero yo quiero dormir, no tenerla colgada de la teta la noche entera.
—Vete ya de una vez; miraremos un capítulo de los Simpson y luego nos acostaremos a dormir con papá, ¿verdad?
—Christian, no la podremos sacar de nuestra cama si continúas malcriándola. Adiós, me voy.
Ana se inclinó para besar a su hija en el cuello y disfrutar de los ruiditos que ella hacía; adoraba el olorcito y la sedosidad de su piel, pero la pequeña mandona no quitaba su vista de los ojos de su padre.
Él la tenía capturada, embobada y totalmente enamorada, y ella entendía perfectamente que estuviera abducida por él, porque a ella le pasaba exactamente lo mismo cuando se perdía en el gris de sus ojos. Agarrándolo por el mentón, la médica lo obligó a que le prestara atención, capturó su boca y le lamió los labios.
—Más te vale que esta noche duerma y no se desvele, porque quiero mucho de ti.
—¿Mucho de mí, señora Grey? Humm, Phoebe, tendremos que negociar la noche, porque creo que tu madre no se conformará con uno rapidito, quiere una buena follada.
—No le digas eso a la cría.
—Aún no lo entiende.
—Pero, si sigues diciéndole palabras lujuriosas, será lo que diga antes de decir mamá o papá.
—Papá, dirá papá primero, ya estamos trabajando en ello.
—Chao.
Ana se apartó y Christian le dio un cachete en el trasero.
—Creo que esta noche sé con lo que me entretendré.
—¿Quieres esto? —Ana se tocó las nalgas—. Haz dormir a tu hija temprano.
—Trato hecho.
[...]
Phoebe dormía en su habitación, y por fortuna no se había despertado. Christian y Ana yacían exhaustos después de haber hecho el amor.
—¿Sabes qué creo?
—Que es hora de dormir; me has agotado, Grey, con tu Kamasutra personalizado.
—Fue lo que pediste esta tarde, me dijiste que querías mucho de mí.
—Y tú siempre eres tan obediente.
—Si se trata de complacerte, sabes que jamás me resisto.
Él sonrió alegremente y esa sonrisa la sintió como si estuviera besándola en el séptimo cielo.
—Lo que iba a decirte era que creo que no es normal que me gustes tanto. —Lo dijo mirándose en el aguamarina de sus ojos—. Sólo explícame, ¿por qué me tienes totalmente enamorado?
Ana se acurrucó junto a él y Christian olfateó su cuello y pelo; luego ella buscó de nuevo su mirada.
—Pues creo que es lo mismo que deberías explicarme tú a mí. Hueles a peligro, Christian Grey; lo supe cuando te vi la primera vez, me atrapaste antes de que te dijera que sí.
Christian cayó sobre su boca y el beso fue largo y profundo. La luz estaba baja y las persianas, abiertas; la ciudad era testigo, una vez más, del amor que se profesaban. Los ojos de Christian estaban oscurecidos y sus pómulos parecían una roca cincelada; sus labios se veían exuberantes y codiciosos.
—Mi esposa, mi amor, la madre de mi hija —dijo agarrándola por el cuello, su mano firme y grande, al tiempo que su pulgar pulsaba en la vena que latía brutalmente en su garganta—. Eres tú la que huele a peligro; si no, mira dónde y cómo me tienes. ¿Quién hubiese dicho que el lobo perdería el pelo y también las mañas? Dejé de cazar todo lo que se cruzaba en mi camino. —Las palabras parecían salir de su perfecta boca dándole una vista excepcional de su lengua lamiendo sus labios.
«Que el cielo me ayude, porque siempre me sentiré abrumada por este hombre. Estar cerca de él me da apetito de todas las punzantes maneras.»
Los dobles latidos rebotaban y reverberaban en el pecho de la joven médica, mientras sus pensamientos volaban, extasiados, por el sonido de su voz.
—Por ti me convertí en un león —sus ojos decían «volvamos a hacer travesuras»— que eligió entre sus víctimas para llevarse a la mejor.
Christian se movió para encender el iPod, y Joss Stone cantó Super duper love. Sus ojos se anclaron en la boca de Ana, donde permanecieron mientras su mano recorría su costado.
—Tú y yo somos muy buenos cambiando el sentido a las cosas, así que te invito a borrar el sabor amargo que nos dejó esta canción, y a que recuperemos el del día de nuestra boda, cuando me la dedicaste. Voy a hacerte el amor de nuevo, hasta borrar todos los malos recuerdos.
—Phoebe se despertará, con la música tan alta.
—No te preocupes, esta tarde hemos mantenido una conversación entre padre e hija y hemos llegado a un acuerdo.
—¿Ah, sí? ¿Qué acuerdo?
—Durante el día soy todo suyo, pero, por las noches, sólo tú eres mi dueña.
«Omnia sanat amor. In saecula saeculorum / El amor lo cura todo. Por los siglos de los siglos.»
«Fin»
..... Gracias, por acompañarme en este proyecto. Besos.
(Por favor lean el siguiente, es información)
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Peligroso Amor©
FanfictionLa ordenada vida de la doctora Anastasia Steele de pronto se desmorona y se encuentra con el corazón destrozado por haberse enamorado del hombre que no debía. El reconocido abogado Christian Grey continúa sumando éxitos en su carrera, pero aunque lo...