Capítulo 32: Clarisa.

65.7K 3.6K 829
                                    

En multimedia : Coldplay - Paradise

Estoy nerviosa, preocupada y tensa, además de muy asustada. Todo a la vez, he estado fingiendo más calma de la que realmente poseo para no alterar a Zed. Lo que pasó en las carreras alteró mis recuerdos a un nivel desastroso. No entiendo el punto de esos tipos al asustarme de esa manera, no pararon de decir todo el tiempo que no me harían daño, que se trataba de una broma, un pequeño susto para Zed, sin embargo, me dejaron ahí, debajo de todas esas escaleras y asientos en donde quizás nadie me hubiera visto si no hubiese empezado a gritar como lo hice.

Entre más intentaba soltarme, más recuerdos atormentaban mi mente. Ahora mis alarmas suenan dentro de mí. ¿Realmente Zed ha resuelto sus problemas con Donaldo? ¿Qué tan peligroso es ese hombre? No soy ninguna tonta, sé bien que Zed me está ocultando información, y también sé que lo hace para no alterarme más, sin embargo, ya me encargaré de averiguarlo todo con Eva.

Aprovecho la soledad del baño para llamar a Amber, aunque está muy asustada y totalmente preocupada porque no tenía idea de mi paradero y tampoco el de Zed me tranquiliza escuchar que ya está en la habitación y que está dudando respecto a volver a asistir a alguna carrera, lo cual sería genial.

—Ya hablaremos de todo Amber, estoy bien, no llores... te quiero —le digo antes de colgar.

Termino de llenar la bañera de agua y me meto en ella, está más caliente que fría y eso relaja mis músculos instantáneamente. Dejo caer mi cabeza en el borde después de hacerme una coleta y suspiro. Lo normal sería que justo ahora estuviera pegando gritos o llorando a mares sin encontrar la tranquilidad necesaria para entender que el susto ya pasó, y estoy aquí, metida en una bañera con agua caliente, desnuda de pies a cabeza esperando a que mi señor tatuado aparezca y haga con mi cuerpo lo que le plazca.

La verdad es que, por muy extraño que parezca, cuando estoy con él todos mis problemas, incluso lo que acaba de pasar deja de tener tanta importancia, a su lado siento que estoy plenamente segura y que si él me dice que todo está bien es porque así están las cosas, en calma. Sé bien que eso puede ser el indicio de una relación dependiente, estoy tratando con todas mis fuerzas de no aferrarme a él como si de un salvavidas en medio del mar se tratase, estoy intentando quererlo de la forma en la que lo quiero sin caer en la necesidad absurda. Pero, es algo sumamente difícil, dado que es la única persona con la que he podido hablar de papá, y el único ser que está logrando que descubra quién realmente soy.

Casi quince minutos después regresa con las toallas limpias, las deja sobre el mueble del lavado y quita su camiseta mientras me mira directamente, suspiro y cómo no hacerlo si queda a la vista su cuerpo perfecto y todos esos tatuajes en sus brazos, en su costado, su espalda es un sinfín de tinta negra, tiene plasmado el rostro de un tigre rodeado de un sin número de figuras. Es espléndido, guapísimo, me intimida cuando se pone en plan seductor porque no sé qué idea se le puede ocurrir y es lo que está haciendo, sabe bien que me gusta demasiado. Quita su pantalón de forma sugerente y me río como una estúpida cuando descubro su miembro ya despierto, sube las cejas de forma graciosa y tira su bóxer en el suelo.

Camina hacia mí y me pide que me mueva unos centímetros hacia adelante, entra en la bañera y se sienta detrás de mí, de forma que quedo en medio de sus piernas. Cruza sus brazos por mi estómago y tira de mí hasta que mi espalda queda pegada a su pecho, nos hundimos más en el agua y el líquido me llega hasta la clavícula. Muevo mi rostro para sentir el ir y venir de su barba incipiente, me hace cosquillas y la sensación es placentera.

Con cuidado el pasa las puntas de sus dedos desde el espacio que queda en medio de mis pechos hasta mi ombligo, sube y baja con esmero. Giro un poco el rostro y le doy un beso en el cuello, lo escucho gruñir.

RETANDO AL DESTINO. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora