- Eso te pasa por ser distraída -se reprendió Kim.
En el invernadero se había distraído con el color de las flores y se había desprendido del grupo. Con tantas plantas le fue imposible encontrarlos, por lo que había decidido volver por sus pasos y esperar en el autobús. Estaba disgustada por perderse la visita, pero era mejor que perderse del todo y no poder encontrar el camino de vuelta.
Estaba apoyada en el autobús, mirando al horizonte. El cielo estaba nublado por unas esponjosas y blancas nubes que se movían a merced del viento. Le resultaba hermoso poder observar esas vistas sin ningún edificio que se lo impidiese. Había acabado acostumbrándose a ese tipo de vida, y ya le gustaba más que cuando vivía en Nueva York. Allí apenas hablaba con gente. En el internado de California, había hecho amigos. Y sobre todo, había conocido a Logan.
Frunció el entrecejo al ver como Logan salía apresurado del invernadero y miraba nervioso a todos los lados. Cuando la vio, su rostro quedó inescrutable.
- ¡Kim! -gritó cuando la vio.
No se lo pensó y corrió hacia donde ella estaba. Kim, confusa, se separó del autobús y esperó a que él llegara a su lugar. Cuando Logan la alcanzó, tomó con delicadeza su rostro y la besó. Kim quedó en shock. Era un beso desesperado, pero se notaba la preocupación y sus labios se movían con total ternura. Cuando ella reaccionó, le correspondió el beso, aferrándose a sus brazos para no caerse debido al temblor de sus piernas.
Cuando Logan cortó el beso, la abrazó con fuerza, casi dejándola sin aire. Pero a ella no le importaba. Ese beso había sido el mejor de su vida. Y el primero.
Logan juntó su frente con la de ella y la miró de cerca. Tenían la respiración acelerada y el pecho de Logan se movía a un ritmo irregular.
- Me tenías muy preocupado. Has desaparecido de repente. Pensaba que…
Ella lo calló tomando posesión de sus labios. Eran dulces y carnosos. No conseguía obtener suficiente de ellos. Logan la besaba con total entrega, acercándose más a su cuerpo hasta acorralarla en el autobús.
- No vuelvas a desaparecer así. Casi me muero… -musitó Logan sin despegar sus ojos de los de ella.
A Kim se le hinchó el corazón al escuchar sus palabras. Su voz fue ronca pero delicada. Ella sonrió e intentó mantenerse lo más quieta posible para no perder su contacto.
- Estoy bien. Me perdí y decidí volver a esperar.
- Cuando no te vi sentí como si todo se desvaneciera…
Logan miró directamente a sus labios y mordió cariñosamente el labio inferior de Kim. Sentía una fuerte atracción que le impedía alejarse de ella. Y sabía que era lo que pasaba. No podía esconderlo más, y menos al recibir la respuesta que Kim le había entregado en aquellos besos.
- Estaba muy preocupado por ti. Kim, no puedo ocultarlo más. No te quiero solo como una amiga. Para mí significas mucho más.
Ella quedó anonadada ante el significado de las palabras. ¿Logan la quería?. No se lo había dicho directamente, pero dejaba entrever que quería a ella como una…
- ¿Qué tratas de decirme? -susurró.
- Trato de decirte que quiero que seas mi novia. No me importa por lo que tengamos que pasar, no me importa nada mientras esté junto a ti.
Los ojos de la joven se llenaron de lagrimas. Logan besó cuidadosamente sus parpados, nariz, mejilla, hasta llegar a rozar a sus labios. Hubo un largo silencio en el que él esperaba su respuesta mientras ella trataba de pronunciar una simple palabra. Al notar que por la emoción no era capaz, ella sonrió y lo besó sin vacilación. Miles de chispas estallaron a su alrededor. Por fin, ella notó como se empezó a sentir completa, gracias a Logan.
- Es un poco raro besarte con ese aspecto -bromeó Logan.
Kim se miró el uniforme masculino y rió.
- En realidad no estoy plana -en cuanto hizo el comentario se ruborizó.
Logan sonrió y acarició su rostro con las yemas de los dedos. Tomó su mano y se alejó junto a ella. Caminaron unos minutos por el verde suelo, oliendo la naturaleza y la humedad de la zona. Cuando llegaron a un punto donde podían quedarse sin ser interrumpidos, se tumbaron sobre la hierba y miraron en silencio al azul cielo.
- ¡Mira! - Kim señalo emocionada al cielo.
Un hermoso y brillante arco iris cruzaba el cielo. El entorno se había vuelto calido entre ellos, compartiendo pequeñas cosas que para ellos significaban más por estar el uno con el otro.
Cuando vieron que era la hora de que la excursión finalizara, volvieron al autobús, donde los profesores se agrupaban, llamando a todos los alumnos por orden de lista para que subieran a este.
- Logan Henderson -pronunció Skyles- ¿dónde se ha metido?
- Estoy aquí, profesor -dijo Logan como si él hubiera estado allí Steven no lo escuchara o viera.
- Suba -dijo con tono seco.
- Te guardaré el sitio -le susurró a Kim y subió al autobús.
Steven la miró con los ojos entrecerrados. Había algo raro en sus alumnos. Habría jurado que no los había visto poco después de que pasaran al invernadero. Sacudió levemente la cabeza y siguió con la lista. Cuando pronunció el nombre de Christian y él subió, se fijó de nuevo, intentando encontrar lo que andaba mal. Pero no encontró nada. Quizás estaba equivocado, pensaba él.
- Gracias por guardarme el sitio.
Logan bajó los pies del asiento sin que ella se lo dijera y esperó a que se sentara junto a él. Cuando lo hizo, se acercó disimuladamente a ella, pero antes de poder hacer o decir nada, anunciaron por el megáfono del autobús que el viaje comenzaba y Carlos hablaba a gritos con un compañero de la segunda fila.
- ¿Qué dices? No te escucho -gritó Carlos. Se intentó acercar más sin tener que levantarse. Finalmente acabó metido entre Logan y Kim, gritando y haciendo muecas.
Ella rió y con la mirada trató de tranquilizar a Logan, quien miraba a su amigo como si en cualquier momento fuera a saltar sobre su yugular.
El resto del viaje fue más o menos como la ida, tranquilo a ratos y con varias bromas. Pero esa vez, Logan no podía apartar los ojos de ella y esperaba ansioso el momento de la llegada. Entrar a su cuarto y no ser interrumpido.
- Aún queda un rato -dijo Steven- ¿Queréis ver una película?
Todos asintieron ya que ellos no se divertían tanto como los cuatro de la última fila. La película que el profesor eligió fue de miedo, que calmó a Carlos. Bueno, ya no bromeaba, sino que se acurrucaba contra Logan y Kendall mientras que le pedía a Kim que le avisara cuando las escenas sangrientas acabaran. Fue gracioso, menos para él.
- ¿Te fijaste cuanta sangre había? -dijo ella mientras dejaba su bolsa sobre la cama.
Logan entró y cerró la puerta con cuidado. Dejó su bolsa donde pilló y la miró fijamente. Ella seguí hablando sobre la película mientras colocaba las pocas cosas que había llevado a la excursión. Le daba la espalda a Logan y no notaba como él la miraba con una sonrisa en los labios.
En un momento, la atrapó por la cintura y la hizo girar, de forma que ambos quedaran de frente. Ella lo miró con el rostro serio pero los ojos muy abiertos. Logan acercó sus labios muy despacio, intentando encontrar respuesta. Cuando sus labios se rozaron, se besaron de forma dulce y lenta, disfrutando el uno del otro. Logan acarició su pequeña cintura y la atrajo más a él. Le encantaba poder sentir su amor correspondido. Tenía muy claro que no la dejaría ir por nada. Ella se apartó para tomar aire y lo miró con una sonrisa burlona.
- Te has quedado con los labios preparados para otro beso. -El asintió y antes de dejarla marchar a la ducha, la besó con más intensidad. Pensaba disfrutar un poquito más.