- De acuerdo, ¿entonces, os habéis enterado todos? - Preguntó Mike a su equipo y ellos asintieron, sosteniendo los globos llenos en alto- será a la hora y lugar acordados, quien falte tendrá una represalia peor -advirtió con tono amenazante antes de tomar entre sus manos una pistola de agua e irse.
- Ey, Chris -Logan se acercó y le puso una mano sobre su hombro.
Era jueves y ya casi acababan las clases. Ella estaba feliz ya que la semana próxima no tenía exámenes pendientes y quizás Logan le iba a pedir ir a su apartamento. Lo estaba deseando, aun que dudaba que Alex la dejara volver a sacar un pie del internado.
- ¡Hola, Logan! -exclamó emocionada.
- Oye, ¿de qué conoces a Aron Hasting?
Ella titubeó y se aclaró la garganta- un día nos encontramos por casualidad y nos hicimos amigos. -no era del todo mentira, si se le miraba por el lado correcto. Quizás no se encontraron por casualidad la primera vez.
- ¿Sois solo amigos? -susurró Logan.
- ¡Claro que si! -alzó los brazos como si fuera lo mas obvio e hizo una mueca- ¿Qué te pensabas?
- Oh, nada. Solo preguntaba. Voy a ir a la habitación de Cralos y Kendall a terminar el trabajo de arte. ¿Vienes?
- Lo terminé la semana pasada. Pensaba quedarme aquí fuera a respirar aire puro mientras hago álgebra -puso una cara de disgusto que causó gracia a Logan.
- Entonces nos vemos luego. Adiós.
Se despidió con la mano y fue a paso apresurado a las plantas altas, donde se encontraban las habitaciones. La habitación de los chicos no estaba muy lejos de la suya, a unos tres pasillos. Entró sin llamar y encontró a dos de sus mejores amigos jugando a la Play Station que acababan de regalar a Kendall. Tenían los cascos puestos y hablaban a gritos por un micrófono.
- ¿Hola? Ya he venido -les dio a sus amigos en la cabeza y se sentó entre ellos.
Estaban absortos en un juego de lucha con pistolas y zombies. Las tripas y la sangre salían disparadas a la pantalla junto a unos gemidos de dolor e ira. Logan desistió y sacó el cuaderno de arte junto con el libro. Intentó concentrarse pero no podía con esos ruidos y sus amigos gritando a los dígitos de la pantalla. Dejó las cosas en el suelo y se acercó a la ventana.
Desde ahí podía ver el jardín, y a Christian escribiendo como un loco en su cuaderno. Solo paraba para pulsar los botones de su calculadora o borrar con una gran frustración.
Sonrió inconscientemente y algo lo sacó de su mente. Miró a unos metros de Chris y vio como un chico estaba subido a un árbol, sujetando un globo hinchado de algún liquido. Frunció el ceño y miró al otro lado, descubriendo a otros tres de la misma manera.
Todo sucedió a una gran velocidad.
Mike salió de ninguna parte corriendo, sujetando entre sus manos una enorme pistola de agua. Se puso frente a Christian y le disparó un liquido espeso de color azul mientras lanzaba un grito de guerra. Él se levantó inmediatamente y se tapó la cara con las manos. Un montón de chicos empezaron a salir de sus escondites y le lanzaron los globos llenos del mismo liquido azul a la cabeza y cuerpo.
Logan se quedó en shock mientras miraba como su amigo quedaba totalmente pringado en escasos minutos. Mike dijo algo que, no pudo entender, antes de irse junto a sus amigos. Él sospechaba que se trataba de los jugadores de rugby o, como una vez los llamó Christian, sus “secuaces robóticos”. Sonrió ante el recuerdo pero se le esfumó la sonrisa al ver como su amigo recogía sus cuadernos manchados y entraba al centro.
Él volvió a su sitio entre Kendall y Carlos sin contarles nada. No sabía si ir a ver si estaba bien o no. Suspiró y miró a la pantalla donde más zombies morían.
Kim corrió por los pasillos, tapándose la cara con su sucio cuaderno, para poder evitar sentirse más avergonzada por las risas de los chicos que encontraba por el pasillo. Aún tenía claras en su mente las palabras de Mike.
“No puedes ser mejor que yo, marioneta. Podría aplastar tu mundo con mi dedo meñique izquierdo”
Dudaba que alguien como él pudiera herirla tanto, pero lo que acababa de pasar en los jardines había sido una gran humillación. Suspiró y entró a su habitación. Tiró su cuaderno al suelo y se miró la ropa embadurnada de pringue azul.
Logan abrió sigilosamente la puerta de su habitación. No podía quedarse quieto después de haber visto lo que el est*pido de Mike le había hecho a su compañero de habitación. Cuando entró, vio como Christian estaba de pie, quieto en medio de la habitación mirando su ropa, ahora azul.
- Te odio, Mike-Lady. Porque eso es lo que eres, más nenaza que yo -farfulló mientras se quitaba la chaqueta. Le resultaba muy pesada.
Logan sonrió al oír como su amigo se quejaba de Mike. En realidad, él también lo odiaba. Era un engreído y creía que tenía poder sobre todo el mundo.
- Y encima has arruinado mi álgebra -suspiró Chrsitian.
Él empezó a sentirse mal y notó que necesitaba apoyo de un amigo. Se acercó sigilosamente pero se quedó estático en el suelo.
Christian se agarró del pelo y al tirar, debajo descubrió una redecilla color carne. Logan empezaba a estar muy confuso. Frunció más el ceño cuando empezó a quitarse unas orquillas. Finalmente, se quitó la redecilla, rebelando una media melena rubia. El corazón de Logan se aceleró mientras miraba a su compañero anonadado. Sonó un sonido seco y dejó sobre la ropa manchada unos trozos de pelo del mismo color oscuro.
- Por tu culpa me va a costar una barbaridad quitar esto de la peluca. -volvió a suspirar y se giró. Su corazón se paró en seco.
Logan estaba justo delante de ella. Con los ojos bien abiertos. Su rostro había palidecido automáticamente.
¡Era ella! ¡La chica del club!. No podía creerlo. Ambos se miraban a los ojos, sorprendidos. Se fijó detenidamente en sus rasgos. Era Christian y a la vez era Kim. Se maldijo en silencio por no haberlos reconocido antes.
- Logan, yo…-susurró Kim. Tenía un enorme nudo en la garganta y temblaba como si hubiera sido abandonada en una alta montaña como Dios la trajo al mundo.
- No. Ahora no. -Miró a Christian por última vez, bueno, a Kim Negó con la cabeza y se fue.
Ella se quedó pegada en el suelo mientras las lagrimas caían abundantemente de sus ojos e intensos sollozos salían de su boca. Había fastidiado todo.