¡¡¡¡FINAL!!!!
Los tres se habían acomodado en el sofá del salón. Inspeccionaban los documentos en busca de un documento con el nombre del cementerio o escrito o una elevada suma de dinero.
Llevaban más de una hora, pero no se daban por vencidos. La mayoría de los papeles eran facturas de la casa, entre otras. Alexander se encargaba de los papeles sobre la empresa que llevaba su padre. Pero no había nada.
Kim suspiró y se echó un mechón de pelo tras la oreja. Entre sus manos lo único que encontraba eran facturas y facturas. Había algún documento suelto de los pasaportes -que solamente usaba su padre- y su partida de nacimiento. Estaba exasperada y muy impaciente, lo que era normal en ella en casos extremos, pero trataba de mirar las cosas con calma y no desistir en la búsqueda.
La joven levantó la cabeza al escuchar una suave melodía. Logan la miraba con una gran sonrisa en su rostro. Estaba junto a la cadena de música y había puesto uno de los disco que ponía su madre cada día mientras se encargaba de ordenar la casa.
Era agradable y cálido el volver a escuchar las canciones que hacía unos meses la habían aburrido de tanto escuchar. Extrañaba a su familia.
- Esta canción me encanta -susurró mientras volvía la vista de nuevo a las hojas entre sus manos.
Logan asintió con la cabeza y se sentó de nuevo en el sillón. Kim se encontraba con la cabeza perdida en la música, y no sabía por qué eso era lo que debía hacer.
¿Qué le estaba diciendo la música?
Frunció el ceño al oír la canción. Hablaba sobre la vuelta a casa tras cumplir todos tus sueños. El gozo y tranquilidad al conseguir lo que tanto habías soñado tener y perseguido incansablemente. No encontraba algo que ayudara ahí.
Ella miró al exterior y, a pesar de los rascacielos que alcanzaban hasta lo más alto, se podía percibir que estaba anocheciendo. Sacudió la cabeza y tomó otro documento de entre todo el montón que había sobre la mesita de café.
Había un ticket de compra. Kim leyó el nombre de “Toys ‘R’ Us”, una famosa tienda de juguetes. Se sorprendió al ver la fecha. Hacía más de doce años de la compra, y solo había un producto. Un libro. Elevó las cejas y se sorprendió al leer el título. Era de un libro que su padre solía leerle cuando tenía cuatro años.
Su corazón se aceleró a un ritmo desenfrenado.
“Fundiendo Las Mitades Pacíficas”.
Esas iniciales… FLMP. Eran las mismas que las del cementerio. Se levantó del sofá en el que se encontraba y subió las escaleras a toda prisa.
Ya arriba, rebuscó entre su estantería. Estaban todos los libros que había leído desde los dos años. Claro, hasta los seis años solían leérselos. Y el libro que buscaba estaba entre ellos. Sonrió el leer el borde de un libro y lo tomó entre sus manos. La cubierta era de colores vivos y tenía dibujado un inmenso y turquesa mar con una ola llena de purpurina. Kim abrió el libro y vio dos mares con varias figuras pegadas en él. Ella recordaba que en al final del libro había un paquetito donde se guardaban las figuras: peces, delfines, ballenas, tiburones…
Pasó las hojas del libro hasta llegar a la última. Metió la mano en el paquete y abrió mucho los ojos al notar un grueso sobre. Lo sacó con manos temblorosas. No se había percatado que Logan y Alexander habían ido tras ella y la miraban, confundidos y asombrados.
Kim cogió aire y abrió el sobre. Se quedó boquiabierta. Miró a los hombres mientras sacaba billetes de cien dólares. En ese sobre había cientos de dólares. No, miles de dólares. Sacaba y sacaba pero no había final. También había cuatro tarjetas de crédito entre tantos billetes. Era increíble. Nunca había visto tanto dinero junto.
- ¿Pero qué… -murmuró Alex mientras se acercaba a ella.
El suelo se había llenado de miles de dólares. Al final, encontró una pequeña nota.
¨¨Para que tengas un futuro más cómodo. Lo demás lo invertí en el cementerio donde tu abuela descansa y donde un día tu madre y yo estaremos. Disfrútalo, es todo tuyo.¨¨
Kim no comprendía nada. ¿Todo ese dinero era suyo?.
- Hay más de cien mil dólares -murmuró Alexander mientras contaba los billetes que se amontonaban a su lado.
- ¿Cuánto habrá en las tarjetas? -Logan estaba sorprendido.
Kim sacudió la cabeza con una enorme sonrisa formándose en sus comisuras. Miró al cielo, sin comprender todavía los últimos acontecimientos. Ahora era suyo una enorme cantidad de dinero. ¿Era eso lo que buscaba Matias?. Dinero. Vaya.
Logan la rodeó con los brazos y se sumieron en un cálido abrazo de oso. No sabía como sería su vida a partir de ahora, pero de lo que si estaba segura, era de que sería junto a Logan Henderson.