Cuando Kim miró la hora en su teléfono y descubrió que quedaban unos minutos para que se cumpliera la media hora, volvió sus pasos para reencontrarse con Logan. Con las manos vacías.
Llegó y vio como Logan movía las piernas y los brazos con gran nerviosismo. Ella arrugó el entrecejo y se acercó a él. Cuando Logan la escuchó y la observo, su corazón volvió a bombear sangre y su cuerpo se relajó rápidamente. Agarró su mano y entrelazó sus dedos.
- ¿Qué has encontrado? –preguntó Logan con un tono suave de voz.
Ella tragó y suspiró- absolutamente nada relevante. ¿Y tú?-
- Nada –Logan sonrió tímidamente- aun que he conseguido unas fotos geniales junto a las tumbas de ídolos del béisbol. ¿Quieres verlas? -dijo con emoción mientras sacaba su teléfono del bolsillo del pantalón.
Ella en vez de enfadarse, rió ante su tono infantil y se acercó a él para poder ver las fotos. Tenía bastantes, y eran tiernas. Podía notar en sus ojos como adoraba a aquellos jugadores. Como los idolatraba.
- ¿Quieres mirar tú mi zona y yo la tuya? --Logan la miró con seriedad.
Kim se sonrojó al interpretar más sus palabras y un extraño calor recorrió todo su cuerpo para después concentrarse en sus mejillas. Intentó evitar la mirada de Logan y negó con la cabeza. El sol empezaba a esconderse y el frío aumentaba considerablemente.
- No. Aquí no hay nada -suspiró Kim- será mejor que volvamos si no queremos tener problemas.
Logan asintió y sin soltar su mano, se condujeron hasta donde el coche estaba estacionado.
El cielo estaba lleno de unas oscuras y violentas nubes. Logan y Kim corrieron hasta el internado por si la tormenta comenzaba sobre sus cabezas. Suspiraron aliviados por que solo le cayeran algunas notas. Subieron hasta sus dormitorios y Logan se tumbó sobre su cama.
- Hasta mañana.
Ella rió al ver como se acostaba sin cambiarse. Se mordió el labio ante un pensamiento pasajero. Quizás…
Kim se acercó a la puerta y puso el seguro. Cuando se giró, vio claramente la confusión en el rostro de Logan. Ella le sonrió y entró al baño, junto a su ropa limpia.
Logan no entendió nada hasta que la vio salir. Vio salir a Kim, no a Christian. Ella se acercó a su cama y lo miró con inseguridad. Él se sorprendió de lo hermosa que estaba al natural. Logan posó un rebelde mechón detrás de su oreja y le acaricio suavemente el cuello. Se acercaron poco a poco hasta que sus labios se tocaron y se transmitieron su amor. Después de unos minutos, Logan se apartó y la empujó con suavidad hasta la cama de ella.
- Es tarde. Necesitamos dormir para recuperar fuerzas.
Ella asintió y se acostó en su cama. Cuando le dio la espalda, Logan se despojó de su ropa, quedando solo con la ropa interior. Se arropó con las mantas e intentó relajarse en su cama.
Kim se despertó sudando mientras los ruidos de la tormenta no cesaban e imágenes de cómo mataban a sus padres y como lo intentaban con ella pasaban por su mente. Intentó encontrar una postura cómoda, pero al girar vio la fuerte tormenta y se asustó. Volvió a girar su cuerpo, tratando de esquivarla y pensó en cosas bonitas para apartar su miedo. Logan, flores, mariposas, dulces. Nada podía quitar su cabeza de la tormenta que se encontraba tras su ventana. Tenía miedo de tener que hacer como aquél día y acabar huyendo. Además, se sentía más vulnerable al estar caracterizada como ella misma. Si algo pasaba y entraban, los problemas volverían a surgir.
Su respiración se aceleró considerablemente y tembló. Se tapó los oídos con las manos y apretó los ojos, intentando ocultarse de sus recuerdos. Pero le era imposible.
Un cuerpo grande se deslizó por su espalda y una suave mano se posó en su mano que presionaba contra sus orejas. Milagrosamente, su agarre se calmó al sentir la caricia. Bajó la manos lentamente y giró su cuerpo hasta quedar boca arriba. Logan estaba a su lado.
- ¿Qué pasa, preciosa? -susurró con enorme ternura mientras la abrazaba por la cintura, atrayéndola a sus brazos.
Ella sollozó y escondió su cabeza en el pecho desnudo de Logan. Él acunó su cabeza mientras le susurraba palabras cariñosas para que se calmara. Y lo consiguió. La tormenta había pasado a segundo plano y ahora solo le importaba Logan.
Subió su cabeza y se encontró con sus labios muy cerca. Al tener un pijama tan grande, Kim había decidido dormir solamente con la camiseta de su pijama, que la cubría hasta medio muslo. Ahora sus piernas se entrelazaban con las de Logan, sintiéndolo más cerca.
Logan tomó posesión de su boca con delicadez y recorrió sus piernas con una mano. En un momento determinado, se tumbó sobre ella, intentando evitar que todo su peso cayera sobre ella apoyando los codos sobre la cama. Kim se deshizo de su timidez y lo besó con pasión. La ropa les empezó a estorbar, y decidieron desprenderse de ella también, a pesar de que apenas llevaban. Logan desabrochó botón a botón la camisa de Kim, dejando al descubierto una nueva porción de piel de porcelana. Cuando consiguió llegar hasta final, la miró a los ojos mientras se la quitaba por completo.