Kim pestañeó y una molesta luz blanca le molestó en los ojos. Por un momento pensó que volvía a estar en aquel horrible lugar junto a Matias, pero después intentó lo ocurrido en el cementerio.
Todo era muy confuso, pero abrió los ojos y vio una habitación totalmente blanca y pulcramente ordenada. Intentó mover los brazos pero sintió como una vía estaba conectada a una vena. Sacudió la cabeza y sintió una mirada sobre ella. Era Logan.
- Logan -susurró sin fuerzas pero con una inmensa alegría.
Él sonrió y le agarró la mano. Estaba más pálido de lo normal, pero se veía mejor que cuando había recibido la puñalada. Kim miró hacia bajo y notó como Logan vestía una bata blanca de hospital, al igual que ella.
- Estaba preocupado por ti -dijo Logan con voz ronca.
- Yo si que estaba preocupada por ti.
Kim sintió como sus ojos empezaban a picar y extendió el brazo que no tenía la vía. Logan le dedicó una de sus brillantes sonrisas y la abrazó con suma delicadeza.
Kim se tranquilizó entre sus brazos y toda la seguridad que sentía junto a él, flotó sobre su corazón. Logan olía a alcohol y medicamentos -al igual que todo el lugar-, pero seguía conservando su olor masculino e irresistible que él poseía.
- ¿También vais a pelear sobre quien quiere más a quien? -bromeó una voz familiar.
Kim se separó un poco de los brazos de Logan y sonrió al ver a Alexander, parado en el marco de la puerta. Le hizo un gesto con la cabeza y él se unió al abrazo.
Era como sentirse de nuevo en casa. Junto a la gente que quería y necesitaba.
Cuando el abrazo terminó y Logan ayudó a Kim a acomodarse sobre la cama, los hombres tomaron sitio y ella miró a su novio con enfado.
- ¿No deberías estar en la cama? -gruñó. Lo último que quería era que Logan empeorara.
- Los médicos me han dicho que estoy bien.
- Falso -dijo Alexander con una sonrisa-. Los médicos han dicho que mejoras bien.
Logan sacudió la cabeza y los cortos cabellos cayeron sobre su frente, devolviéndole su aspecto de siempre. Del Logan que ella amaba. Prefería que Logan estuviera en una cama descansando, pero no la obedecería ni aun que se lo pidiera con voz de niña.
Kim se puso seria de repente y ambos hombres lo notaron.
- Quieres saber lo que pasó -no era una pregunta, sino una afirmación que había hecho Alexander.
Ella asintió levemente con la cabeza y se miró a las manos. Estaban repletas de rasguños y sus uñas estaban demasiado cortas. Su piel tenía un tono más blanco -si era posible- que la hacía parecer un esqueleto. Se sentía enferma. Pero todo había acabado. O eso esperaba.
Logan y Alexander se miraron durante unos segundos hasta que Logan asintió con la cabeza y Ron comenzó a hablar.
- Cuando el tiroteo comenzó, tu caíste a los pocos segundos al suelo. Pero gracias al cielo, no tenias herida de bala. Matias acabó muriendo por varios tiros -Alexander paró para tomar aire- al fin y al cabo nada le habría sucedido si no lo hubiera merecido.
- ¿Y qué pasó con el profesor Skyles? -musitó.
- Está bien.
Kim miró la puerta cuando la voz de Steven le llegó desde ella. Tenía la espalda recostada sobre la pared y la miraba con unas inmensas bolsas negras bajo sus ojos, que solo servían para enmarcar el tono claro de sus ojos. Se le veía cansado y derrotado, pero mantenía su postura.
- Prof… - Kim no acabó la palabra ya que fue interrumpida.
- No. No me llames así -sacudió la cabeza y suspiró.
La habitación quedó unos segundos en silencio. Era incomodo, pero nadie tenía nada que decir. Kim alargó la mano y Logan se la acarició con delicadeza. Ella aun estaba pensando en algunas cosas que no encajaban.
- ¿Por qué os llamabais hermanos? -susurró con vacilo.
Steven tragó saliva, notoriamente, y se removió en la pared. Miraba a un punto fijo cerca de la ventana que daba al exterior lleno de palmeras y un cielo claro y hermoso.
- Éramos hermanos biológicos. Mi madre era una prostituta que quedó embarazada de un cliente. Trató decenas de veces de abortar, pero su cuerpo lo rechazaba. Matias fue abandonado frente a un hospital con días de vida. La historia se repitió dos años después, pero mi madre quiso actuar como tal y me crió ella hasta que cumplí los tres años. Fui recogido por los servicios sociales al estar desnutrido -se aclaró la garganta-. Años después, tras varios intentos, nos reencontramos e intentamos mantener una relación. Pero el cariño no era igual para los dos.
Y Kim pudo verlo. Steven amaba a su hermano mayor y de alguna forma trataba de admirarlo, de tener un modelo a seguir. Pero no había nada que admirar de él.
- Tú eres mejor que el -dijo Kim con una mirada real hacía Steven.
Él miró al suelo y se retorció las manos. Alexander lo miraba de reojo, con un mal sabor en la boca y todo volvió a quedar en silencio durante unos minutos.
- ¿Qué había en el cementerio? -preguntó con confusión Kim.
- No hemos logrado saberlo.
Kim asintió con la cabeza en otra parte. Miró a Logan a los ojos y una paz la llenó desde las puntas de los dedos de los pies hasta el último pelo de su cabeza. Con él se sentía con fuerzas y sonrió por ello.
- Quizás si volvemos a mi casa podremos encontrar algo.
Todos la miraron con sorpresa y ella rió bajito. No había vuelto a su casa desde aquél fatídico día en el que vio morir a sus padres. Pero ya no tenía miedo.