Capítulo 42

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—Además de que Mar? —Me dice Yashua sacandome de mi trance.

Si, estaba pensando de todo mientras él me dictaba la letra de una canción.

—¿Que? —Emito yo incrédula.

—Como que, que Mar? —Me dice el mirándome fijamente como tratando de encontrar la respuesta en mi rostro.

—Y será que podrías decirme que es lo que te tiene tan distraída? —Agrega sin apartar sus ojos de mi.

Estaba pensando en Silvia y Erick.

—Hmm.. estaba pensando en la fiesta de mañana. —Miento.

—Aja. —Dice él no muy convencido.

—¿Seguimos? —Él pregunta y continúa.

Observo sus ojos y son super lindos. Son color miel, claros y muy intensos. Lo sigo mirando y veo que sus pestañas son super largas creo que tiene hasta más que yo, que injusto.

Bajo mi mirada a sus brazos que por cierto están descubiertos al él llevar una franela sin mangas. Sus brazos están bien trabajados.

Dios, que bueno está.

¿Lo tendrá grande? Pasa eso por mi mente y me río queriendo abofetearme.

Es que les ha pasado que les cruza algo por la mente sin querer? Si, eso me acaba de pasar. No quería pensar en eso.

—Qué te estás imaginando? —Habla Yashua con los ojos entrecerrados mirándome con diversión.

Dios, qué vergüenza.

Tranquila, por suerte el no sabe que estás pensando.

—Nada. —digo rápidamente y el se ríe.

—Mentirosa, solo faltaba que me pidieras una foto porque no dejabas de mirarme y luego te ríes. —Dice entrecerrando sus ojos nuevamente.

—¡Yashua, ya!—Digo riéndome.

—Ajá. —Articula.

—Sigamos. —Añade.

Estaba acostada boca abajo en la cama y Yashua en la silla y de repente me caigo.

¿Pueden creer? Marianella Hidalgo acaba de darse en la madre.

Me froto la cabeza con cautela y miro a Yashua que se pone de pie a ayudarme, conteniendose.

De repente suelta una carcajada como un desquiciado.

Lo fulmino con la mirada y el sigue riéndose.

—Si supieras que lo único que pareces es una rana riendote no te rieras tanto. —Su cara cambia y me mira mal.

—Y tú parecías una gata cayendo así. —Rebate soltando una risita y sacandome la lengua.

—Si, como no. —Hago una mueca rara.

—¿Te duele? —Pregunta con diversión en su rostro.

—No, no ves que mi frente emana felicidad? —Respondo con sarcasmo y el se ríe.

La verdad me duele mucho mi frente y éste idiota burlándose.

Lo observo sacar una pomada de su mochila e ir hacia mi.

—¿Y eso? —Pregunto.

—¿No ves ? Es un cuchillo. Voy a matarte. —Dice ahora el con sarcasmo y me río.

Se acerca a mi y me pone un poco en la frente con cautela frotando lentamente.
Se siente un fresquito en cuanto me lo pone.

—Pica un poquito luego. —Se muerde el labio y me observa queriendo reírse.

¿Un Famoso Se Podría Enamorar De Su Fan ? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora