Capítulo 23

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-Tú no pierdes oportunidad, ¿verdad? -digo aún sosteniendo mi cabello y sintiendo su respiración.

-Shhhh. -Empieza a repartir pequeños besos en la parte trasera de mi cuello, enviándome ráfagas eléctricas por todo el cuerpo.

-Jose, esto no está bien. -digo soltando mi cabello y girandome a él.

-¡Por Dios! Los dos somos adultos..... Espera, ¿Qué edad tienes?. -me señala con su dedo índice.

-22. -Lo miro confundida.

-No veo el problema. -dice cruzándose de brazos.

-Tal vez tu no pero yo si: Tengo en Miami un novio furioso, que te recuerdo es amigo tuyo, mi best friend está enamoradisimo de ti y apenas te conozco.

-Tienes razón, Perdoname. -agacha la cabeza.

-Te perdono, bueno me iré a descansar. Buenas noches -Jose no responde.

Me levanto de cama, camino hacia la puerta y la abro.

-Espera. -dice Jose antes de que saliera de la habitación.

Doy media vuelta y él ya está atrás de mi, así que me giro por completo..
Se acerca poco a poco con la mirada fija en un sólo objetivo, mis labios. Intento retroceder pero rápidamente me toma de la cintura con su brazo izquierdo y me apega a él, mientras que con la mano derecha toma mi mentón.

-Jose, por favor, sueltame. -Susurro en sus labios, ya que están muy cerca de los míos.

-No lo arruines de nuevo, linda. Ambos sabemos que tú también deseas esto tanto como yo.

-¿Desear? ¿Qué? -río algo nerviosa, él sonríe sin despegar la vista de mis labios.

Sin más rodeos, acorta la poca distancia que hay entre nuestros labios, juntándolos. Empieza a mover los suyos con suavidad, yo no tardo ni 5 segundo en responder de la misma manera. Puedo sentir como sonríe victorioso. El beso se va intensificando y nuestras lenguas se acarician mutuamente.

Siento algo extraño es una sensación que jamás había sentido, ni con James, es rara pero me gusta.

Me suelta e introduce sus manos por abajo de mi blusa (bueno, en la de Carolina) y las coloca en mi espalda acariciándola suavemente de arriba a bajo haciéndome estremecer.
Yo rodeo mis brazos al rededor de su cuello y empiezo a jugar con su largo cabello, nos separamos por falta de aire, nos vemos fijamente.
Él desesperado de Jose no espera ni 3 segundos y me vuelve a besar, claro, yo le sigo. Me alza, haciendo que mis piernas rodeen su cintura, rápidamente me sujeta de éstas. Retrocede un poco y con su pie cierra la puerta.

Es como sentir una inyección letal, siento que muero entre sus brazos. Se separa y nuestras respiraciones son demasiado agitadas. Ahora besa mi cuello desesperadamente, llevándome al cielo o al infierno, no lo sé exactamente.
Inclino mi cabeza hacia un lado, dándole más exceso a mi cuello, da unos cuantos pasos, hasta llegar a la cama, me recuesta con cuidado, deja mi cuello para volver a mis labios. Yo aún mantengo mis piernas al rededor suyo, el coloca una mano en mi mentón y con la otra recorre mi pierna en círculos, hasta que comienzo a sentir como su erección va creciendo.

-Jose. -susurro entre sus labios y el sólo me contesta con un "¿mmh?" sin dejar de besarme -Tenemos que para. -pongo mis manos en su pecho y empujo hacia atrás despacio.

-No me arrepiento y no me disculparé. -Comenta divertido. Se incorpora, sentándose en la cama y yo hago lo mismo. - La que tiene que disculparse eres tú.

-¿Yo por qué? Tú fuiste el que me besó. -río.

-Porque seguiste el beso y por esto. -señala su notable bulto. - dejar a un chico con este problema es lo peor que le puedas hacer.

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